Hace 30 años, Guillermo Olszack fundó Centro de Diseño Italiano (CDI), dedicado a la importación y venta de telas y cortinas estampadas. Tuvo locales en el barrio porteño de Once y Caballito, y en el shopping Buenos Aires Design. En el 97 comenzó a importar sillones y los tapizaba en un taller propio. A partir de 2005, comenzó a fabricar localmente muebles y en 2011 abrió una planta en Berazategui. "Pasé de importador a fabricante, empujado por las trabas arancelarias, y desde entonces apuesto 100% a la producción nacional", cuenta.

Olszack fue adquiriendo tecnología y maquinaria para digitalizar y automatizar los procesos productivos en su planta, e incorporó más de 40 personas el último año. Ante la falta de personal capacitado, firmó un acuerdo con el sindicato y el municipio para instalar en su planta una escuela de oficios que forme a los futuros trabajadores del sector en técnicas de diseño computarizado y robótica. El proyecto de inversión para los próximos años es de $2.400 millones (unos u$s8 millones) para aumentar la producción.

Sin embargo, todo este plan de crecimiento y generación de nuevos empleos pende hoy de un hilo. "Usamos muchos insumos importados y no estamos pudiendo pagar esas importaciones por las restricciones para girar dólares al exterior. Estamos preocupadísimos. Tenemos stock para algunas semanas más, pero si esto no se resuelve en los próximos 30 días vamos a tener que parar la producción", comentó el empresario a iProfesional.

Cepo al dólar y el impacto de las medidas del Banco Central

"Hemos perdido el crédito por falta de pago, y aunque lo reactivemos hoy, los insumos tardan 90 días en llegar. Es una situación muy delicada. Estamos pensando cerrar la planta en enero y darle vacaciones a todo el personal. Es algo que nunca habíamos hecho, salvo en pandemia, que estuvimos casi un mes cerrados, pero luego la producción se pudo recuperar", describió Olszak.

"Si esto no se resuelve en los próximos 30 días vamos a tener que parar la producción", dice el 

Sin embargo, el fundador de CDI no baja los brazos. "Creemos que esto se puede solucionar. Nosotros hasta fin de junio veníamos bien. Pero ya desde julio cayeron un 20% las ventas porque hay productos que ya no podemos fabricar por la falta de insumos", describió.

Actualmente trabajan en CDI Muebles unas 160 personas, más de la mitad de ellas mujeres, en dos turnos, para la producción de sofás, sillones y almohadas.

"La idea era incorporar unos 20 operarios más, cuando terminen los cursos de la escuela de oficios", comenta Olszak, y destaca que "el mercado interno venía creciendo, se recuperó bien luego de la pandemia, porque la gente empezó a invertir en equipar su casa".

"Esperemos que se revierta esta medida del Banco Central que nos impide importar insumos a quienes producimos en el país. (Con las restricciones para acceder a dólares al tipo de cambio oficial) se está subsidiando al que no produce. ¿Por qué se puede traer un auto importado pagando en pesos y venderlo en dólares, y yo que necesito pagar en dólares los insumos para producir en mi fábrica no estoy pudiendo?", se pregunta el emprendedor.