Caputo interviene para topear al dólar y el mercado teme que el "efecto soja" se esfume antes de elecciones
El "efecto Scott Bessent" se está devaluando en tiempo récord: el dólar vuelve a subir, los bonos de deuda soberana vuelven a caer, se recreó la brecha entre el dólar oficial y el paralelo… y otra vez en el mercado se instaló la duda sobre si el gobierno será capaz de llegar hasta las elecciones del domingo 26 sin que el tipo de cambio vuelva a tocar el techo de la banda.
Peor aun, la dinámica cambiaria pre-electoral genera la expectativa de que Toto Caputo termine gastando en pocas semanas prácticamente todo lo que compró por la entrada de "sojadólares" durante la ventana de exención de retenciones.
La jornada financiera del martes tuvo situaciones muy sugestivas, como el hecho de que en algunas fintech se haya suspendido la venta de dólares a los clientes, presuntamente por pedido del propio gobierno.
"Nos pidieron apagar", dijo en la tarde Ariel Sbdar, director de la firma Cocos, quien antes, en la apertura del mercado, había promocionado desde sus redes sociales el hecho de tener "el dólar más barato del país", a una cotización de $1.362.
La inesperada confesión provocó un shock en un mercado que todavía sigue alterado por las nuevas regulaciones que impiden el arbitraje entre el mercado oficial y el paralelo -lo cual trajo como consecuencia que la brecha con el "contado con liqui" ya ascienda al 11%-.
También llamó la atención que en las pantallas de los operadores de divisas apareciera una orden de venta a $1.380, en una jornada en la que el dólar mayorista había llegado a operarse en $1.450. Los analistas llegaron a la conclusión de que esa oferta no podía venir de otro lado que del Tesoro, con el afán de contener la cotización.
En cuanto al monto efectivamente vendido, las versiones de los operadores indican una cifra cercana a u$s500 millones.
¿Una situación más frágil de lo previsto?
Algunos lo atribuyeron a un movimiento típico de fin de mes, porque contener al dólar por debajo de las cotizaciones que los inversores habían comprado en el mercado de futuros posibilita que el Banco Central gane pesos por la diferencia.
Aun así, la operación fue objeto de críticas. "Vender spot en medio de una liquidación excepcional para marcar el A3500 de los contratos de futuro parece un negocio bastante chino", observó Gabriel Caamaño, director de la consultora Outlier.
"El Tesoro está vendiendo prácticamente todos los dólares que le compró al campo (u$s1.730 millones) a $1.380. Dejen de tradear las reservas, no sobran. Hay que pagar el AL30 de enero", advirtió, por su parte, la cuenta oficial de la consultora Roma Equity Research.
Mientras el economista Christian Buteler sintetizó lo que a esa hora ya era la preocupación generalizada: "Si todavía en el último día de la liquidación del campo el Tesoro tiene que empezar a vender los dólares que acaba de comprar hace cinco minutos, la situación es mucho más frágil de lo que se cree".
Y, para completar el panorama, se sumó otro dato preocupante: la venta de bonos dólar linked en poder del BCRA, a un precio implícito de $1.380, lo que equivale a un descuento de 7,5% respecto de la cobertura para fines de octubre en el mercado de futuros. Por cierto, el volumen operado en los futuros de A3 llegó a u$s1.923 millones, y quienes compraron contratos para protegerse de una devaluación en octubre aceptaron pagar una tasa en torno de 8% mensual.
El riesgo de que se esfumen los "sojadólares"
En definitiva, lo que todas estas operaciones están demostrando es que, lejos de tener la situación cambiaria bajo control luego del anuncio de ayuda del Tesoro estadounidense, el mercado continúa nervioso y con una fuerte expectativa devaluatoria para el momento post electoral.
De hecho, lo que se está comentando en los bancos es que la oferta privada, como es típico de estos momentos, prácticamente se corrió del mercado, mientras que la demanda viene creciendo, tanto a nivel de grandes empresas como de pequeños ahorristas.
Y es ahí donde surge la pregunta más inquietante: ¿se esfumará en el corto plazo la inyección de dólares proveniente del campo, con la cual Caputo quería mostrar un aumento en las reservas?
Para empezar, hay cierta desilusión por el porcentaje relativamente bajo que compró el Tesoro de la liquidación agrícola. El clamor generalizado desde hace dos semanas es que Caputo no deje pasar la oportunidad y que tome la cifra más cercana posible a los u$s7.000 millones del cupo con "holiday tax".
Pero hasta el martes, ante una liquidación registrada por u$s4.972 millones, el Tesoro había embolsado unos u$s2.100 millones. De confirmarse esa tendencia, será difícil que lo que ingrese a las arcas estatales llegue a u$s3.500 millones.
Además de las previsibles críticas por el costo fiscal excesivo -una recaudación equivalente a u$s1.500 millones-, lo que está generando alarma es la posibilidad de que, al fijarse la prioridad de llegar a las elecciones con un dólar alejado del techo de la banda, Caputo deba volcar divisas para contener la cotización, en una nueva pulseada con el mercado. Es decir, que realice, de manera informal, algo parecido a lo que antes hacía el BCRA por obligación cuando el tipo de cambio había alcanzado el techo de la banda.
¿Qué tan cierto es el peligro de que el dólar nuevamente toque ese punto? Actualmente el techo, que se ajusta diariamente, está en $1.481. Y el martes, antes de que el Tesoro apareciera con su oferta, el tipo de cambio había saltado de $1.360 hasta un pico de $1.450. Es decir, una disparada de 6,6% en media jornada.
El problema, como siempre, es que al mismo tiempo que trata de contener la demanda de un mercado nervioso, el Tesoro debe hacer frente a su calendario de vencimientos, que implicó este martes la erogación de u$s334 millones por cancelaciones con organismos internacionales de crédito.
Malos pronósticos para octubre
Más allá de los movimientos del Tesoro para manejar el día a día del mercado, lo que aparece como evidente para los economistas es que en octubre se volverá a registrar un déficit de cuenta corriente. Por un lado, la oferta tendrá un súbito bajón, una vez vencida la ventana de las "retenciones cero" del agro. Y, del otro lado del mostrador, están todas las condiciones dadas como para que vuele la demanda.
El último informe cambiario del BCRA marcó una disminución tanto en la cantidad de dólares comprados con fines de ahorro como por los adquiridos para turismo y compras online. Sin embargo, ese mes no puede tomarse como referencia, porque hubo un bajón en la demanda después del récord de julio, cuando el "efecto aguinaldo" y las vacaciones de invierno llevaron a que el sector privado demandara u$s5.432 millones.
Las previsiones para octubre indican una cifra más cercana a la de julio que a los u$s3.450 millones de agosto. Aunque el BCRA siempre hace la aclaración de que esa demanda no debe confundirse con "fuga de capitales", porque buena parte de esos dólares quedan depositados en los bancos -y porque los propios ahorros financian el 70% de las compras por turismo-, lo cierto es que todo apunta a un déficit creciente.
El efecto post "retenciones cero"
En agosto, el rojo ascendió a u$s1.133 millones, lo cual cortó la breve racha de dos meses con superávit que, no por casualidad, habían coincidido con la liquidación de la cosecha gruesa. Estos antecedentes permiten suponer que la cuenta corriente de septiembre podría haber resultado equilibrada -dado el incentivo de "retenciones cero"- pero que en octubre se produzca el temido "efecto del día después".
En el mejor de los casos, el ingreso por dólares del sector agrícola podría acercarse al de agosto pasado, que fue de u$s1.800 millones. Y, como contrapartida, la expectativa generalizada de una devaluación post electoral puede disparar el volumen de importación, dado que los empresarios tratarán de acumular stock al tipo de cambio "subsidiado".
En definitiva, la expectativa para octubre es un resultado de balanza comercial muy ajustado por la caída de las exportaciones. Y, en el mercado de divisas, los argentinos demandarán no menos de u$s4.000 millones.
Todos estos números implican malas noticias para Caputo y su equipo, que hasta la fecha de las elecciones legislativas todavía tienen que transitar cuatro larguísimas semanas con un mercado desconfiado, en el que abundan las versiones sobre medidas restrictivas para la demanda de dólares.