Expensas en CABA: por qué suben más que la inflación y cómo afecta a propietarios e inquilinos

En un mes en el que la inflación fue del 2,3%, las expensas en la Ciudad de Buenos Aires volvieron a registrar una suba y profundizaron la brecha con el índice general. Según un relevamiento de Consorcio Abierto, la expensa promedio en CABA alcanzó en octubre los $303.108, lo que implica un aumento del 2,6% respecto de septiembre y una variación interanual del 36,9%. Un año atrás, el valor promedio era de $221.441.

El informe toma como base más de 550.000 liquidaciones de expensas de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. En paralelo, el Indec informó que el rubro Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles aumentó 2,8% en el mes.

En la provincia de Buenos Aires, las expensas promediaron $144.338 en octubre y subieron 52,6% interanual, aunque el avance mensual fue más moderado (0,5%). En Córdoba, la expensa promedio quedó en $130.679, con un alza del 46,3% respecto del año pasado.

En Santa Fe, el incremento interanual fue del 41,5%, mientras que Entre Ríos mostró la variación más fuerte: 62,3%.

Expensas, cada vez más difíciles de pagar 

Para Martín Eliçagaray, especialista en tecnología aplicada a la propiedad horizontal y fundador de Simple Solutions, "cada vez más familias están llegando a un límite que ya no pueden sostener. Las expensas dejaron de ser un gasto accesorio para competir con el alquiler o la cuota del crédito y vuelven más compleja la vida en comunidad".

Según explica, esa presión económica repercute en la convivencia diaria, abre fricciones entre propietarios e inquilinos y, en los casos más sensibles, compromete servicios esenciales de mantenimiento y seguridad que dependen de esos aportes mensuales.

La morosidad, en este contexto, se convierte en un termómetro del mercado inmobiliario porteño. No solo condiciona a los consorcios, sino que también influye en la dinámica de la oferta y la demanda: puede definir la firma de un contrato, explicar por qué una unidad permanece vacía o por qué ciertos valores locativos se vuelven prácticamente inalcanzables.

Los especialistas coinciden en que el encarecimiento de las expensas no responde únicamente a la inflación general. La reducción gradual de subsidios en servicios básicos suma una presión adicional que se refleja de manera inmediata en los gastos comunes.

"Ese aumento se traslada sin filtro al consorcio, y mes a mes se siente", advierte Eliçagaray.

Cómo mejorar la eficiencia de los edificios

Destaca el aporte de la tecnología como herramienta de eficiencia. Sensores de movimiento, iluminación LED, temporizadores y sistemas de automatización para bombas y calderas permiten reducir consumos y, a la vez, mejorar el funcionamiento general del edificio.

"Se trata de inversiones que se amortizan rápido y generan un alivio sostenido", dice.

Otra estrategia posible es repensar la prestación de servicios. En algunos casos, tercerizar limpieza o vigilancia resulta más económico y ordenado que mantener personal propio, siempre que la contratación esté bien supervisada y se haga con criterios de eficiencia.

Para Eliçagaray, el verdadero problema aparece cuando nadie se ocupa. La indiferencia, asegura, termina encareciendo todo. "Si los propietarios no se involucran, pagan más por servicios que nadie controla. Administrar un consorcio no es solo mover números: es cuidar el edificio como se cuida una casa".