El BCRA cambió la regla del dólar y ahora todos recalculan: ¿se viene un salto del tipo de cambio en enero?
El dólar oficial cerró este martes 16 de diciembre a $1.480, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negociaba a $1.442. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vendía a $1.540 ( 1,49%), y el MEP se ubicaba en $1.499 ( 1,2%). Por último, en el segmento informal, el blue se negociaba a $1.500.
El dólar vuelve a ocupar el centro de la escena económica argentina a partir de una decisión clave que modifica el esquema cambiario desde enero. El Banco Central anunció ayer que las bandas de flotación dejarán de ajustarse a un ritmo fijo y pasarán a moverse en función de la inflación mensual, un cambio que obliga al mercado a recalcular escenarios y expectativas para 2026.
La medida apunta a corregir una de las principales tensiones del esquema vigente: la apreciación real del techo de la banda en un contexto en el que la inflación, aunque en descenso, seguía superando al ajuste nominal del tipo de cambio. Con la nueva regla, el dólar oficial incorpora mayor flexibilidad, pero también suma un componente de inercia al tomar como referencia la inflación pasada.
El giro no se da de manera aislada. Forma parte de una estrategia más amplia que incluye un plan explícito de acumulación de reservas internacionales, una normalización de la política monetaria y un intento por reconstruir previsibilidad en un mercado históricamente sensible a cualquier señal del Banco Central.
En ese marco, la gran pregunta vuelve a instalarse con fuerza: qué pasará con el dólar a partir de este nuevo esquema y si las herramientas anunciadas alcanzarán para evitar tensiones cambiarias en un año que aparece cargado de desafíos financieros.
Bandas por inflación: el cambio que altera la lógica del dólar
A partir del 1° de enero, el techo y el piso de la banda de flotación del dólar comenzarán a ajustarse de acuerdo con la inflación mensual informada por el INDEC, dejando atrás el esquema de corrección del 1% mensual que regía hasta ahora, según confirmó el propio Banco Central.
Desde la consultora Equilibra explicaron que el esquema previo generaba una apreciación real del techo de la banda. Sus estimaciones muestran que, de mantenerse la regla anterior, el techo habría quedado hacia fin de año alrededor de 9% por debajo del nivel que habría tenido si se ajustaba por inflación, profundizando el riesgo de atraso cambiario.
Con la nueva metodología, el tipo de cambio oficial deja de perder competitividad por diseño y se mueve al ritmo de la inflación pasada. Para Equilibra, el cambio es positivo porque reduce tensiones hacia adelante, aunque introduce mayor inercia nominal en el proceso de formación de precios.
El economista Christian Buteler también interpretó la medida como una flexibilización del régimen cambiario. Señaló que el abandono del 1% mensual implica que el dólar podría comenzar a moverse a ritmos más elevados si la inflación se mantiene por encima de ese nivel, como ocurrió en los últimos meses.
El plan de reservas del Banco Central y sus límites
Junto con la modificación de las bandas, el Banco Central anunció un programa para acumular reservas internacionales acompañando la recuperación de la demanda de dinero. En su escenario base, el organismo proyecta una remonetización de la economía que permitiría comprar alrededor de USD 10.000 millones durante 2026.
El esquema contempla que la base monetaria pase de representar 4,2% del PBI a 4,8%, en la medida en que crezca la demanda de pesos. En un escenario más expansivo, con mayor crecimiento económico, las compras podrían incluso alcanzar los USD 17.000 millones, según detalló la autoridad monetaria.
Sin embargo, el propio Central aclaró que las compras estarán condicionadas por la liquidez del mercado. En una primera etapa, no superarán el 5% del volumen diario operado en el Mercado Libre de Cambios, lo que introduce un límite operativo relevante.
Sobre este punto, Equilibra advirtió que, con un volumen promedio cercano a los USD 500 millones diarios, ese tope permitiría compras por unos USD 6.000 millones en todo 2026, es decir, cerca del 60% del objetivo base, lo que obliga a pensar en mecanismos adicionales si se quiere cumplir la meta.
Más demanda de pesos: la condición que juega a favor
Desde la consultora C-P, el economista Pablo Moldovan sostuvo que el esquema planteado por el Banco Central reconoce dos condiciones necesarias para poder comprar reservas sin generar tensiones cambiarias. La primera es el crecimiento de la demanda de pesos, algo que considera relativamente alcanzable.
Moldovan explicó que una expansión del crédito bancario y de la actividad económica genera más depósitos y, por lo tanto, mayor demanda de base monetaria para cumplir con los encajes. En ese contexto, el Banco Central puede emitir pesos para comprar dólares sin un impacto inflacionario directo.
El propio comunicado del Banco Central incluyó señales en esa dirección, al anticipar una normalización gradual de los encajes y un uso más activo de herramientas de mercado abierto para administrar la liquidez.
Para Christian Buteler, la mención a la normalización de encajes reconoce implícitamente el carácter excepcional de algunos cambios previos y busca reconstruir un marco monetario más previsible, reforzado además por la reintroducción de informes periódicos de política monetaria.
La escasez de dólares, el principal riesgo del esquema
La segunda condición señalada por Pablo Moldovan es la más desafiante: que exista oferta suficiente de dólares para que el Banco Central pueda comprar sin empujar al tipo de cambio hacia el techo de la banda. En este punto, las proyecciones para 2026 lucen ajustadas.
Desde C-P advirtieron que el sector público enfrentará necesidades significativas de financiamiento en dólares. Para no recurrir a reservas, el Tesoro debería conseguir alrededor de USD 14.000 millones en el mercado, un objetivo que calificaron como exigente.
Del lado del sector privado, el panorama tampoco es holgado. Con una cuenta corriente deficitaria y una demanda sostenida de dólares para atesoramiento e importaciones, el sector privado debería incrementar su endeudamiento neto en montos similares para equilibrar el mercado.
Moldovan alertó que, en un escenario donde el Tesoro no logre refinanciar intereses, la economía necesitaría ingresos de capitales privados del orden de USD 1.700 millones mensuales, niveles que solo se alcanzaron en pocos períodos de las últimas décadas.
Qué puede pasar con el dólar a partir de 2026
Con bandas ajustadas por inflación, el dólar oficial deja de atrasarse automáticamente, pero incorpora mayor sensibilidad a la dinámica de precios. Para Equilibra, el cambio reduce riesgos de acumulación de desequilibrios, aunque implica un menor énfasis en la desinflación.
El plan de reservas del Banco Central funciona como una señal de intención más que como un compromiso rígido. Christian Buteler remarcó que no se trata de un cronograma fijo de compras, sino de una estrategia condicionada por la demanda de dinero y la liquidez del mercado.
Desde el análisis privado coinciden en que el esquema puede ganar tiempo si se alinean varias variables: crecimiento, crédito, financiamiento externo y estabilidad política. Pero el margen de error sigue siendo reducido.
Así, el futuro del dólar quedará definido por un equilibrio delicado. Si los dólares aparecen, el esquema puede sostenerse. Si no, el tipo de cambio volverá a acercarse al límite de la banda y la pregunta sobre qué pasará con el dólar volverá a dominar la agenda económica.