El presidente del Banco Central, Luis Caputo, viajará mañana sábado a la reunión del Banco Internacional de Pagos (BIS) de Basilea con el fin de proponer un salvavidas para los bonos emergentes, incluidos los argentinos.

Según explicó durante la conferencia del IAEF, propondrá que los bancos centrales de países desarrollados puedan comprar con parte de sus reservas deuda de países emergentes que tengan un acuerdo con el FMI.

“Voy con una propuesta concreta, y me van a dar el tiempo para que exponga, de que los bancos centrales de los países desarrollados puedan diversificar un porcentaje chico de sus reservas, que podría ser un 2%, en bonos de países emergentes que tengan un programa con el Fondo Monetario, que pueda ser canalizado con la administración del BIS, por ejemplo”, anticipó Caputo.

La idea, novedosa, podría significar una buena noticia para los vapuleados títulos públicos locales. Pero no sólo para ellos. Según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), durante agosto los inversores vendieron casi u$s5.000 millones en bonos emergentes. 

Esta es la mayor fuga de deuda de países en vías de desarrollo desde junio, cuando habían vendido u$s6.500 millones en términos netos. 

Si bien no hay datos actualizados de cuánto vendieron de bonos argentinos, hay algunas aproximaciones. "Argentina vio una fuerte reversión en los flujos netos consistente con las crecientes preocupaciones del mercado", dice el IIF.

Y recuerda que los flujos de dinero hacia América latina "se vieron deprimidos por la crisis en curso en Argentina", además de la incertidumbre política en Brasil y las preocupaciones comerciales con los Estados Unidos.

El consorcio de bancos y fondos de inversión que forman el IIF aclaran que entre los países con un alto déficit en cuenta corriente, Argentina lidera el ranking de los países que vieron salida neta de dólares de sus activos incluso en julio.

"En particular, Argentina vio una fuerte reducción desde los más de u$s13.000 millones de entradas en junio a salidas de más de u$s2.000 millones en julio", ejemplifica.

Si bien la idea de Caputo es bienvenida por el mismo BIS que le dejará exponer sus ideas durante este fin de semana, en el mercado creen que las chances de que esto ocurra en forma rápida son virtualmente nulas.

Claramente que para que los bancos centrales del mundo puedan destinar sus recursos en bonos de países "riesgosos" como son los emergentes, deberán cambiar muchas regulaciones que justamente les prohiben comprar esta clase de activos.

De todas formas, el plan de Caputo (un "mesadinerista" más que un banquero central, en palabras de un ex funcionario de Cambiemos que no le tiene mucho aprecio) podría servir hacia adelante para intentar paliar otra crisis en el futuro.

Los bonos argentinos, con rendimientos del 10% u 11%, lucen muy baratos (por ende un buen negocio). Claro, si finalmente en el futuro el Gobierno de turno honra esos compromisos.