LA ECONOMÍA QUE VIENE

Los bancos ya se preparan para una aceleración en el retiro de depósitos en dólares

Desde octubre, la salida de las colocaciones en dólares cayó 30%, pero las entidades temen que la tendencia se revierta por la incertidumbre política
FINANZAS - 19 de Octubre, 2019
El lunes 12 de agosto, a menos de 24 horas de que se conociera el resultado de las PASO, gran parte de ahorristas e inversores fueron directo a los bancos a retirar los dólares que tenían depositados. Fue un día de furia en los mercados locales, con rojos de más del 50% en algunas acciones y una disparada de más del 30% en el valor de la divisa estadounidense.

Esos u$s208 millones que ese día salieron de los depósitos del sector privado, marcaron el comienzo de una sangría que nadie con certeza sabe cuándo se va a detener.

 
Si bien desde octubre el Banco Central logró achicar casi 30% el grifo con ciertas trabas al giro de dólares al exterior, en la city temen que la tendencia vuelva a acelerarse después de las elecciones presidenciales.
 
"Todas las medidas las estamos tomando preparándonos para el peor escenario", destacan en uno de los cinco bancos más grandes del sistema. "Ya no damos créditos en divisas, recuperamos más del 40% de lo que teníamos prestado y estamos híper líquidos en dólares porque sabemos que la salida puede acelerarse", agregan.

Según los últimos datos del Central, en septiembre la liquidez del sistema financiero en esa moneda se ubicaba en el 50,6% de los depósitos, con casi un cuarto de esos fondos en billetes.

"Hay visiones diferenciadas", cuenta el gerente general de otra entidad, de menor tamaño, pero muy activa en el mercado de cambios. "Hay muchos que creen que si finalmente gana Alberto Fernández se puede acelerar la salida de depósitos después de las elecciones y hay otros que ven otro escenario. Va a depender mucho de las primeras señales que dé", agrega el ejecutivo del banco que, desde las PASO, perdió casi el 35% de sus depósitos en dólares. Como sucedió con todo el sector. 

"Si las declaraciones que hacen los ganadores de la elección son jugadas, entonces puede haber una nueva salida de colocaciones. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de los fondos está a la vista. De ese total, la mitad es de empresas, que los necesitan y no se lo van a llevar. Pero la parte minorista puede irse de un día para el otro", advierten desde otro banco.
 
"Todo depende de qué van a hacer o decir", agregan.
 
En rigor, según los datos del BCRA, de los 21.024 millones de dólares que hay en depósitos privados en moneda extranjera, el 76% está en cuentas a la vista, mayormente en cajas de ahorro. Y de los $4.975 millones que están en plazos fijos, el 57% está a 30 días.
 
"La mayoría de las colocaciones son de personas físicas. Las empresas suelen tener más cuentas corrientes para tenerla a mano en determinado momento que la necesiten, o para pagar aguinaldos o impuestos, o lo que sea", explican en la City.
 
El único dato que aporta el Central en ese sentido es la cantidad de depósitos, tanto a la vista como plazos fijos, que son de más de un millón de dólares, una cifra que a veces excede los números que manejan Pymes o empresas medianas con poco poder de dolarización.
 
"Las primeras semanas después de las PASO, la salida fuerte se dio por parte de las empresas, en monto se fue mucho menos que de minoristas, pero el stock del segmento corporativo se redujo casi 50%", señalan en uno de los bancos de primera línea.
 
En ese sentido, de los u$s15.500 millones que hay a la vista, unos u$s2.850 millones corresponden a depósitos de más de un millón, y en los plazos fijos, el 26% supera esa barrera. "Ahí suele haber muchas personas físicas de alto poder adquisitivo", analizan en la mesa de dinero de un banco local.

Despejando el temor al "corralito"

Lo cierto es que desde octubre una medida del Banco Central logró reducir un 30% la salida de depósitos, que hoy promedia los u$s54 millones diarios, mientras que en los últimos 10 días de septiembre rondaba los u$s74 millones, también por jornada. La cifra es menor al promedio de todo septiembre, cuando la sangría se dio a un ritmo de u$s250 millones diarios.

La jugada del organismo monetario se dio con la Comunicación A6799, que aprobó el 30 de septiembre, en la cual además de desalentar las operaciones de compra de bonos para hacer el rulo financiero, limitó la salida de dólares al exterior. En rigor, dispuso que las personas físicas pueden girar al exterior la cantidad de billetes verdes que quisieran, pero únicamente cuando el destino sea una cuenta del mismo titular en un banco.

De ese modo, prohibió las transferencias a cuentas financieras, que son similares a las cuentas comitentes que hay en el país, y las que suelen ofrecer los brokers locales cuando dan el servicio de abrir una en el exterior.

"A nosotros nos cayó sensiblemente la salida tras el freno del BCRA a girar a cuentas financieras", explican en uno de los bancos extranjeros más grandes del sistema financiero local. "El que tenía la cuenta en el exterior ya la tenía desde antes. No es que la gente se cruza a Uruguay y la abre, tiene que tener domicilio fiscal allá. Y menos probable que ahora la abra en otros países", agregan.

La misma tendencia observan en otro de los banco de primera línea, esta vez de capitales locales, en donde notaban que hasta octubre la mayor parte de la salida era a través de giros a cuentas financieras del exterior.
 
"Ya prácticamente no había colas en sucursales, ni gente que sacaba los dólares para dejarlos en el colchón o en la caja de seguridad. La mayor parte del drenaje era por transferencias al exterior", explican en la entidad y agregan: "ahora vía giro se va menos de la mitad de lo que salía en septiembre".

En el banco, pero líquidos

Otra tendencia que se vio desde que comenzó esta sangría es la búsqueda de liquidez de los ahorristas, más allá de haber dejado sus dólares en el banco. "Una de las cosas que vemos es que hay mucha menos renovación de plazos fijos", destaca un directivo.

"En mi banco -agrega- estamos renovando cerca del 40% de los depósitos (en dólares), el resto se va a la cuenta corriente. No se van como se iban antes, pero se quedan líquidos". En poco más de dos meses, desde el 12 de agosto al 15 de octubre, se fueron u$s11.500 millones de los bancos, un 35% del stock que había previo a las PASO. El pico diario de salida se dio el viernes 30 de agosto, cuando dicho stock en moneda extranjera se redujo u$s1.100 millones, en lo que fue la antesala del cepo cambiario que ese fin de semana terminó instaurando el BCRA.

Ese domingo 1 de septiembre, mientras los técnicos del organismos ultimaban la nueva normativa, Guido Sandleris se reunió en el segundo piso de la entidad con los principales banqueros del país. En un encuentro que duró menos de 20 minutos les prometió que traería billetes desde la Reserva Federal por hasta u$s20.000 millones y les dijo que abastecieran de dólares a todas sus sucursales.

El objetivo era despejar el temor a un eventual corralito, que si bien en ese momento era prácticamente imposible que ocurra, llegó a impactar en minoristas, más aún después de un día de no haber podido operar en los Fondos Comunes de Inversión tras el default anunciado por Hacienda.

Ahora, si bien los bancos demostraron que "los dólares están" y lograron llevar cierta tranquilidad a sus clientes, ninguno canta victoria. "Depende de todo: de lo que digan en el discurso del mismo domingo de las elecciones, de si ponen un ministro de Economía más respetable o no. Todo puede pasar", dicen en un banco

Lo positivo, señala optimista el gerente general de la entidad, es que de los u$s11.500 millones que se fueron, más de la mitad deben estar en cajas de seguridad o en el colchón.

"Si el nuevo presidente le da cierto grado de certeza en algún momento, esos dólares tienen que volver al sistema financiero", agrega.

Sin embargo, nadie vaticina un piso. Algunos creen que el stock podría caer al nivel de u$s7.500 millones que había durante el cepo kirchnerista, otros creen que el goteo se podría frenar antes. Cualquiera sea la cifra, se vienen días movidos en la City, y los bancos ya están preparados para lo peor.

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