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Grandes acreedores de la deuda en pesos le ponen condiciones a Alberto F. para aceptar un canje

Bancos, aseguradoras y fondos, dispuestos a patear para adelante los vencimientos al inicio de la nueva gestión. Pero también surgen amenazas de juicios
29/11/2019 - 06:25hs
Grandes acreedores de la deuda en pesos le ponen condiciones a Alberto F. para aceptar un canje

Los abultados vencimientos de la deuda en el mercado local -y el escaso tiempo que hay para reprogramarlos- ya intranquilizan a los acreedores.

Los principales tenedores de Letras y bonos en pesos son inversores institucionales, léase compañías de seguro, fondo comunes y bancos. Y el gobierno entrante teme por el "camión de frente de los pesos" que tendrá ni bien asuma.

El tema es que esos jugadores hoy por hoy no tienen interlocutores. Hasta la semana pasada hablaban con Adrián Cosentino, el emisario de Guillermo Nielsen y quien sonaba para llevar adelante el tema de la deuda y quizás también el ministerio de Economía.

Su candidatura fue "freezada" y, se dice por estas horas, desactivada completamente por Cristina Kirchner. A tal punto que las reuniones previstas con los institucionales de esta semana fueron canceladas y el diálogo se cortó. "No nos volvieron a llamar", dicen en los fondos. 

Más allá de eso, la posición que están teniendo de los acreedores se mantendrá sea quien termine siendo el interlocutor de turno. Según pudo reconstruir iProfesional, hay algunas demandas innegociables para sentarse a negociar.

-No admitirán ningún "re-reperfilamiento" de sus tenencias reperfiladas a finales de agosto.

-Aceptarán bonos para canjear sus títulos reperfilados pero piden que sea de corto plazo para tener liquidez.

Sucede que en un primer momento Hernán Lacunza lanzó la medida que involucraba a las Letes, Lecer, Lecap y Lelinks. Pateaban los vencimientos en hasta seis meses hacia adelante.

Las aseguradoras y fondos comunicaron al "albertismo", y dicen que mantendrán esa tesitura, que no hay margen para que se repita esa experiencia.

E incluso advirtieron que en caso de que se proponga un nuevo reperfilamiento accionarán judicialmente contra el Estado. "Tenemos una responsabilidad fiduciaria y no podemos permitir que haya un reperfilamiento de esos instrumentos. Porque nos exponemos a que nos hagan juicios a nosotros", explican

La propuesta de los acreedores

Pero más allá de eso, los acreedores locales plantearon una alternativa para que haya un acuerdo más o menos viable. Saben que el gobierno de Fernández no quiere salir a emitir los pesos necesarios para pagar los vencimientos de deuda en moneda local. Por la magnitud de lo que tendrían que volcar al mercado, se correría el riesgo de un escenario mucho más inflacionario que el actual o una disparada del dólar paralelo (porque mantendrían las restricciones del cepo). 

Según cálculos de la consultora PxQ, de Emmanuel Alvarez Agis (quien sonaba para ocupar algún cargo en el nuevo gobierno), los vencimientos para diciembre -o sea el mes de asunción de Fernández- ascienden al equivalente a u$s1.741 millones en instrumentos en pesos (letras y bonos).

En enero, ese número baja al equivalente a u$s918 millones; pero en febrero del año que viene vuelve a saltar hasta u$s3.030 millones. Y la peor parte recae en abril, cuando entre bonos en pesos y Letras habría que pagar el equivalente en pesos a u$s6.595 millones.Sea como fuere, Fernández tiene vencimientos en moneda local por u$s18.000 millones entre diciembre y mayo del año próximo inclusive. El número hace inviable que puedan pagarlo sin una emisión monetaria que termine en híper.

Por eso, y tal como adelantó iProfesional, la idea original era hacer un roll over de esos vencimientos. O sea, emitir nueva deuda para ir rescatando lo que vencía.

Los institucionales plantean que podrían aceptar ese esquema pero de la siguiente manera: por un lado, que del total de lo que le debe el Tesoro, al menos la mitad sea en títulos (letras quizás) de corto plazo para tener liquidez.

Se escuchó que podría ser de tres a seis meses. Esa es una condición necesaria para tomar la oferta oficial. Dicen que la otra mitad podría ser resuelta con otro título a algo más de plazo (aproximadamente dos a cinco años).

Lo que calculan los fondos y seguros es que necesitan tener activos bien valuados en la cartera. El temor, como se dijo, es que haya una catarata de juicios por mal manejo de los activos donde estaban invertidos. Léase, el mercado le tiende una mano a Fernández pero no un cheque en blanco.

La pulseada que viene

Claro que más allá de que los grandes inversores del ámbito local acepten un roll over, el gobierno de Fernández tendrá que pagar una parte de los vencimientos en pesos.

Por ende, tendrá que darle a la "maquinita" porque hay inversores (más bien los individuales) que no tomarán ningún plan para reprogramar sus acreencias. Y eso lo sabe el equipo de asesores del presidente electo. 

Sea como fuere, el hecho de que los tenedores locales de la deuda no sean golpeados también ayudaría a no dinamitar por completo el futuro financiamiento (puertas adentro) que podría tener Fernández.

Se sabe que el mercado externo está y seguirá estando completamente cerrado para el nuevo gobierno. Pero los inversores domésticos, con cepo mediante y tasas a la baja, deberán encontrar nuevos instrumentos.

Podría ser, incluso, que si los referentes económicos de Fernández ofrecen alternativas que calcen para estos inversores, podría empezar a dinamizar el mercado de capitales (actualmente sin negocios). 

De hecho, esa era una promesa que dejaba Cosentino en sus charlas con los institucionales. El plan "vivir con lo nuestro" que emula el kirchnerismo versión Alberto 2019 podría llegar incluso al mercado local. Por necesidad o convicción, o un mix de ambas

Más allá de "solucionar" lo que sea de los vencimientos en pesos, quienes ocupen los casilleros en el equipo económico del kirchnerismo tendrá que salir a arreglar los pagos en dólares. 

En ese sentido, se cree que la deuda está muy atomizada si bien no hay tantos inversores pequeños como en el canje del 2005. Ahí podría jugar la propuesta de Martín Guzmán, quien ahora suena para comandar la secretaria de Finanzas y por ende la deuda en su conjunto.

Tendrá una tarea compleja: no sólo intentar encontrar una solución "amigable" con los bonistas si no quiere que el país entre en default, sino que tomar decisiones rápido.

Se escucha en Manhattan que algunos fondos buitre ya están comprando cantidades importantes de algunos bonos extranjeros para bloquear cualquier oferta que no les agrade

La película de la deuda ya empezó a pesar de que aún no haya confirmaciones de puestos, ministros, ni planes.