Definitivamente se cortó la racha para los bonos argentinos. Después de un tropezón el miércoles, cuando los títulos cedieron 2,5%, este jueves la deuda argentina ensaya un sell off (venta masiva) que dispara el riesgo país 4,5% arriba para situarlo en 1.600 puntos. Para los financistas, las razones son un mal clima general de los mercados del mundo que, en el caso local, están exacerbados por los cortocuitos que generaron las palabras de Cristina Kirchner sobre el FMI. 

Mientras que Martín Guzmán cerró para convencer de que el país quiere (y necesita) un acuerdo con el Fondo, ayer la vicepresidente marcó los lineamientos de lo que ella considera un programa "aceptable": pago a 20 años y tasas más bajas de las que está dispuesto a aceptar el organismo. 

Todo esto, que marcaría que la decisión política de arreglar no está cerca, es lo que dispara el malhumor con los bonos que derrapan por segundo día consecutivo. Este jueves, en forma más contundente. Marcos Buscaglia, de Alberdi Partners y ex Bank of America en Nueva York, dice que el mercado de bonos argentino muy ilíquido y que con pocas ventas cae fácil. "No hay flujo suficiente y mucha apatía. Pero está quedando claro que el gobierno está mostrando una radicalización en la Argentina, y que este es el tercer mandato de Cristina", indicó a FM Milenium. 

Para Buscaglia, el mercado refleja los riesgos de un gobierno donde la que manda es Cristina

Diferencias políticas van a los precios

Para Delphos Investment, el discurso de la Vicepresidenta "dejó en evidencia las claras diferencias que existen en la visión económica y política dentro del gobierno". Mientras el Ministro Guzmán negocia en Washington las primeras pautas de un nuevo acuerdo, CFK desde Argentina marca la cancha en la cual debería moverse el ministro.

"La tesis de apelar al momento único actual para obtener condiciones únicas tiene una ventana de tiempo muy corta. Nuestro país va por ese camino, con probabilidad de éxito muy acotada. El gobierno iba a buscar plazos y condiciones excepcionales, que no se encuentran contempladas en los manuales del FMI. El kirchnerismo siempre negoció duro, y esta no será la excepción", advierten. 

Pero agregan que "al final termina arreglando, y con el FMI no será la excepción". "Hay poco margen para obtener concesiones extraordinarias, pero el gobierno las buscará todas. Para los inversores, la buena noticia es que todo esto se encuentra mayormente incorporado en los precios, dejando cualquier noticia positiva como catalizador de recuperaciones de precios", señala Delphos.

Siguen las dudas si el Gobierno logrará un acuerdo antes de las elecciones de octubre

Ni el "regalo del cielo" fue suficiente

El desplome de los bonos se produce luego de noticias mixtas. Por un lado, la Directora Gerente del FMI Kristalina Georgieva confirmó que el directorio del organismo "transmitió un amplio apoyo" a una asignación especial de Derechos Especiales de Giro (DEGs) por u$s650.000 millones, que significarían para Argentina unos u$s4.400 millones.

El Ministro de Economía Martín Guzmán celebró la noticia a través de Twitter a sólo un día de haber mantenido una reunión con Georgieva en Washington, quien afirmó que "nuestros equipos están trabajando juntos constructivamente" en las negociaciones por el nuevo programa entre Argentina y el Fondo.

Pero lo que fue una buena noticia, ya que le permite recibir dólares "gratis y sin compromisos" al país, chocó con la lectura política. Cristina Fernández de Kirchner afirmó en un acto que "no tenemos la plata" para pagar la deuda con el FMI pero que "no estamos diciendo de no pagar", marcando cierta voluntad para alcanzar un acuerdo, aunque cuestionó los plazos de un nuevo acuerdo que serían "inaceptables". Alberto Fernández, haciendo malabarismo, mantuvo una reunión con el presidente del Banco Mundial David Malpass, a quien le confirmó que "Argentina va a honrar sus deudas". ¿Qué pasará entonces? Esta incertidumbre y cortocircuito interno del Gobierno hace que los bonos profundicen sus caídas. Los bonos "más baratos del mundo", hoy más baratos que ayer.