El Senado aprobó un proyecto por el cual insta al Ministerio de Economía a gastar los u$s4350 millones que girará próximamente el Fondo Monetario Internacional para combatir la pobreza y hacer frente a las problemáticas provenientes del Covid-19, en lugar de usar ese dinero para pagar deuda.

Cabe señalar que este paso se produjo en la víspera de la reunión que mantuvieron Alberto Fernández con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, en el que fue el primer encuentro presencial entre ambos.

La resolución solicita que ese monto no se destine "al pago de la deuda por capital, intereses o gastos, que el país mantiene con dicho organismo financiero internacional y/o con otros países englobados en el Club de París".

Más allá de las interpretaciones que se hagan desde el punto de vista político,

Según explica el propio Fondo Monetario Internacional "el DEG es un activo de reserva internacional creado en 1969 por lo cierto es que este proyecto intenta soslayar una cuestión no menor: el dinero que ingrese no será bajo la forma de fondos frescos en dólares, sino bajo la forma de DEGs. el FMI para complementar las reservas oficiales de los países miembros".

"Hasta el momento se ha asignado a los países miembros un total de DEG 204.200 millones, que a la cotización actual equivalen a unos u$s293.000 millones", agrega el organismo. De ese total, unos DEG 182.600 millones fueron asignados en 2009 a raíz de la crisis financiera mundial.

Cabe apuntar que el valor del DEG se basa en una cesta de cinco monedas: el dólar de EE.UU., el euro, el renminbi chino, el yen japonés y la libra esterlina.

En la práctica, según el propio FMI "el DEG no es ni una moneda ni un activo frente al FMI, sino que representa un activo potencial frente a las monedas de libre uso de sus países miembros".

"Los DEG pueden actuar como un seguro en contra de un endurecimiento de las condiciones financieras para países de ingresos medios, que son los que enfrentan las mayores reestructuraciones de deuda el año próximo", indicó el número dos del FMI, Geoffrey Okamoto.

También aclaró que este fondeo "no sustituye los programas crediticios de los países con el FMI ni se usan para la reestructuración de deuda en situaciones insostenibilidad. Tenemos otros mecanismos previstos para esas situaciones".

Para hacerse de esas monedas, sus tenedores las pueden cambiar mediante la concertación de acuerdos de canje voluntario o a través de la designación por parte del FMI, de países miembros con una sólida situación externa para que compren DEG a otros países con una situación externa poco firme.

Los miembros participantes y los tenedores autorizados pueden comprar y vender DEG en el mercado voluntario.

Pueden ser utilizados por el FMI y sus miembros, existiendo un conjunto de organizaciones que estaban autorizadas para tenerlos en cartera, pero no pueden estar en manos de entidades privadas ni de particulares.

La ampliación de capital del FMI

Recientemente el Fondo anunció que, como lo hiciera como consecuencia de la crisis financiera de 2009, distribuirá unos u$s 650.000 millones bajo la forma de derechos especiales de giro (DEG).

De ese total, a nuestro país le corresponderán unos u$s4.354 millones, que le permitirán aumentar su stock de reservas. Ello a partir de que la cuota del país como socio del FMI es del 0,67%

El principal objetivo de la ampliación de capital que decidió el FMI para este año es proveer de liquidez a países con escasas reservas y problemas de financiamiento.

Entonces, si el Poder Ejecutivo decidiera aceptar la "sugerencia" que le envió el Senado, aunque aún debe ser aprobada por la Cámara de Diputados, obligaría al Ministerio de Economía a negociar un trueque de DEGs por otras divisas y luego si, aplicarlos a los fines solicitados, siempre y cuando el FMI lo autorice.