El dólar siempre es noticia, por lo general cuando sube y a veces cuando baja, más que nada si se comparan los precios en términos nominales. Pero si se analiza lo sucedido a lo largo del año que está a punto de concluir se pueden sacar algunas conclusiones interesantes.

Luego de concluir el año 2020 a $166, el blue comenzó a caer en forma sistemática hasta marzo, cuando tocó un mínimo de $141. En este período el ajuste fue de nada menos que de un 15%.

A partir de ese momento, la cotización comenzó a subir en forma constante hasta julio, recuperando un 22% de lo perdido en el período anterior. El ritmo de ajuste mensual fue en ese lapso del 6,3%, es decir casi al doble de la inflación y muy por encima del rendimiento de un plazo fijo a 30 días.

La evolución del precio del dólar blue frente a la inflación muestra una dura realidad

Entre agosto y diciembre de este año continuó con su tendencia ascendente, pero esta vez a un ritmo bastante menor, ya que lo hizo a un ritmo del 3% mensual, en línea con la inflación y con la tasa de interés. Mucho tuvo que ver en esta evolución la intervención del Banco Central.

Como resultado de ello, al cabo del año el blue terminó con una suba del 26%, es decir poco más de la mitad del avance de los precios minoristas y unos 15 puntos porcentuales por debajo de la tasa efectiva de un plazo fijo bancario.

 

Cabe aclarar que estos magros resultados podrían haber sido peores de no haber sido por la tardía reacción de la demanda de los últimos días, que según los analistas se debería entre otros factoes a las compras de quienes van a viajar al exterior en los próximos días, canalización de parte del aguinaldo o incluso compras preventivas por parte de minoristas ante una inflación que no cede.

De esta manera, en cuestión de horas se revirtió la tradicional necesidad de pesos de principios de cada diciembre por parte de empresas y particulares que impulsó la venta de divisas.

La contracara de ello es la clásica reducción de la oferta, ante un incremento del precio sin un techo a la vista, fundamentalmente por la incertidumbre de lo que pueda suceder a lo largo del verano.

No obstante ello, si bien la brecha cambiaria supera nuevamente el 100%, sigue siendo muy inferior al 150% registrado aquel 23 de octubre del año pasado, cuando el billete tocó los 195 pesos. Un precio que actualizado por inflación ronda los $320.

El dólar blue perdió nada menos que el 17% de su valor en un año

Si bien a simple vista la cotización del blue muestra un camino ascendente desde marzo en adelante, si se asocia su desempeño y se lo compara con el recorrido de otra variable clave como es la variación de los precios al consumidor, los resultados son muy diferentes.

En primer lugar, la caída inicial que abarca el período diciembre 2020 a marzo 2021 es ajustada por inflación del orden del 25%. Es decir quien compró dólares a fines del año pasado o incluso los mantuvo en su poder en el primer trimestre del año debió soportar una caída de la cuarta parte de su tenencia.

La recuperación posterior hasta julio fue, ajustada por IPC, del orden del 11%

A partir de julio y hasta el cierre del año la cotización se "planchó" en un precio que oscila sin mayores variantes alrededor de los $209, es decir similar al último precio registrado.

 

Entonces, si se comparan las cotización de principios de año y la actual, se puede concluir que frente a la inflación, el blue perdió nada menos que el 17% de su valor. Es más, si se compara este precio con el promedio del año anterior, se ubica un 11% por debajo en términos de la inflación.

Ante estos resultados, la pregunta que se hacen los operadores, analistas y público en general es si en el año que está por comenzar se mantendrá la tendencia negativa o si esta se revertirá de alguna manera.