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Dura advertencia del FMI a Rusia: "El default ya no es un evento improbable"

Así lo sugirió la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, en un encuentro digital con periodistas brindado en las últimas horas
11/03/2022 - 08:36hs
Dura advertencia del FMI a Rusia: "El default ya no es un evento improbable"

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, anticipó que el organismo recortará su previsión de crecimiento mundial por la guerra en Ucrania, debido al aumento del precio de los alimentos y la energía, al tiempo que sostuvo que un default de Rusia ya no es "un evento improbable", según reportó la agencia France Press.

Georgieva señaló en Washington que "tenemos un impacto trágico de la guerra contra Ucrania, tenemos una contracción importante en Rusia y vemos el impacto probable en nuestras perspectivas para la economía mundial".

La funcionaria del FMI agregó que "el mes próximo (durante las reuniones de primavera boreal) tendremos una revisión a la baja de nuestras proyecciones de crecimiento mundial".

La Asamblea de Primavera del FMI y del Banco Mundial se realizará el mes próximo en forma virtual desde la sede del organismo en Washington.

Giorgieva sostuvo que un default de Rusia ya no es
Georgieva sostuvo que un default de Rusia ya no es "un evento improbable"

FMI: "Lo impensable se produce: tenemos una guerra en Europa"

Con la economía mundial aún sin reponerse de la pandemia de coronavirus, "una crisis diferente a otras", atraviesa ahora "un territorio aún más chocante", destacó Georgieva.

"Lo impensable se produce: tenemos una guerra en Europa", resumió.

Sobre el impacto en la economía rusa, la dirigente del Fondo destacó que las sanciones impuestas por los países aliados, a las que calificó como "sin precedentes", conducen a "una contracción brutal de la economía rusa y una profunda recesión".

Georgieva describió los efectos en Rusia como una "depreciación de la moneda que alimenta la inflación o derrumbe del poder de compra y del nivel de vida de una gran mayoría de la población".

"Los efectos sobre los países vecinos son igualmente importantes, en particular en los países más integrados a las economías ucraniana y rusa", explicó, mencionando a los países de Asia central, Moldavia o los países bálticos.

"Lo impensable se produce: tenemos una guerra en Europa", resumió Georgierva

Rusia al borde del default

"¿Un default de Rusia?", se preguntó Georgieva, para luego responder que "no voy a especular sobre lo que pueda pasar o no, sino decir apenas que no hablamos ya de un default de pago de Rusia como un evento improbable".

La directora del FMI explicó que el problema no es la disponibilidad de dinero sino la incapacidad de utilizarlo desde que el país fue aislado del sistema financiero mundial.

El FMI no tiene programas crediticios en curso con Moscú.

Georgieva sostuvo que el organismo está listo a ayudar a Ucrania y ayer el FMI aprobó una ayuda de 1.400 millones de dólares.

El FMI no tiene programas crediticios en curso con Moscú
El FMI no tiene programas crediticios en curso con Moscú

¿Cuándo fue la última vez que entró en cesación de pagos?

Mucho se habla por estos días sobre la posibilidad de que Rusia declare el default de su deuda. Si este temor llega a convertirse en realidad, sería la segunda vez en su historia que ese país deje de honrar sus obligaciones, ya que el único antecedente se remonta a la crisis "del rublo" o lo que luego se denominó el "efecto Vodka", que tuvo su momento culminante el 17 de agosto de 1998.

No obstante, la acumulación de los problemas venia de bastante tiempo atrás debido a las enormes inconsistencias que presentaban la política económica, cambiaria y fiscal.

En tal sentido, uno de los problemas más graves que se debían enfrentar era un déficit fiscal  que crecía en forma exponencial. Para tratar de financiarlo, entre las muchas medidas que aplicó el Banco Central ruso se destacaba la emisión de bonos de corto plazo denominados GKO, que para muchos analistas occidentales respondían a una estructura similar a un esquema Ponzi

En cuanto a la política cambiaria, regía un sistema de tipo de cambio fijo que sostenía la cotización del rublo frente a las divisas extranjeras, en especial el dólar y en lo que hace a la política monetaria, se establecían tasas de interés que eran cada vez más altas, por lo que el ingreso de capitales especulativos de corto plazo también crecía en forma sostenida.

Boris Yeltsin, protagonista del default, junto a un joven Vladimir Putin.
Boris Yeltsin, protagonista del default, junto a un joven Vladimir Putin.

Crisis en Rusia: un inesperado golpe externo

En este contexto, si bien la economía rusa mostraba algunas señales de mejora de la actividad hacia fines del primer semestre de 1997, el estallido de la crisis financiera asiática que se inició en Tailandia y que involucró a varios países de la región impactó de lleno en la economía rusa.

Ello se debió más que nada a que sus principales productos de exportación, como el petróleo, el gas y los minerales no metálicos enfrentaron una marcada caída de la demanda y por tanto de los precios, reduciendo tanto el ingreso de divisas como la recaudación de impuestos de empresas ligadas a la actividad.

A la crisis económica se sumó hacia fines de marzo de 1997 una crisis política que obligó al presidente ruso, Boris Yeltsin a cambiar parte del gabinete, lo cual elevó la desconfianza de los mercados internacionales, con el consiguiente riesgo de que se produjera un retiro masivo de fondos colocados en el país.

La respuesta no se hizo esperar y en cuestión de semanas la tasa de interés que pagaban los GKO se elevó en un 150 por ciento. Pero ello no alcanzó para evitar que algunos vencimientos de deuda en rublos se incumplieran en tiempo y forma, al tiempo que se sucedían problemas para el pago de salarios estatales en regiones remotas del país.

El rublo sufrió un desplome en medio de la severa crisis rusa.
El rublo sufrió un desplome en medio de la severa crisis rusa.

Rusia también acudió al FMI

Ante la inminencia de un colapso financiero, se negoció un paquete financiero por unos u$s22.600 millones con el FMI y el Banco Mundial, destinado a apoyar una serie de reformas y a canjear un importante volumen de bonos de corto por otros de largo, pero sin alterar la paridad cambiaria, desoyendo las recomendaciones de los analistas e inversores.

Lejos de encontrar una solución al problema, la situación se fue complicando cada vez más, pues la deuda por salarios impagos sumaba a fines de julio de 1998 unos u$s12,500 millones, lo cual generaba un sinfín de huelgas a lo largo de todo el país.

En la víspera del estallido, la tasa de cambio del rublo se mantenía dentro de una franja o banda que promediaba unos 6,29 por dólar estadounidense con un techo de 7,30 rublos, que si se superaba obligaba al Banco Central a salir a vender dólares

El banco central de Rusia, sacudido por una crisis que hizo historia.
El banco central de Rusia, sacudido por una crisis que hizo historia.

Dado que las presiones sobre el tipo de cambio eran cada vez mayores, las colocaciones de divisas para calmar al mercado también crecían a buen ritmo, pero ese no era el único problema que debía enfrentar la autoridad monetaria, ya que pese al rescate financiero los intereses mensuales de la deuda rusa subían a una velocidad muy por encima de la recaudación fiscal.

Una vez que se puso de manifiesto que el gobierno no estaba en condiciones de encarar las reformas necesarias para enderezar la situación, los inversores comenzaron a deshacer posiciones, vendiendo activos y rublos y comprando dólares, debilitando la moneda local.

Se estima que entre el 1 de octubre de 1997 y el 17 de agosto de 1998, el Banco Central gastó aproximadamente u$s27.000 millones de sus reservas en dólares para mantener su banda cambiaria y luego se reveló que alrededor de u$s5.000 millones de los préstamos internacionales proveídos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional "desaparecieron" de las arcas oficiales la víspera de la debacle.

Caída rusa: default y devaluación brutal 

Finalmente, el 13 de agosto de 1998, los bonos rusos y los mercados bursátiles colapsaron como resultado del temor de los inversores a que el gobierno devaluara el rublo o no cumpliese con los pagos de la deuda.

Una vez que la Bolsa volvió a operar, los precios habían caído un 65%, que se sumó a la baja registrada en los primeros meses del año, estimada en el 75 por ciento.

Rusia buscó auxilio del FMI pero no logró evitar el default.
Rusia buscó auxilio del FMI pero no logró evitar el default.

A nivel global, la crisis de los bonos rusos impulsó una carrera hacia la liquidez y una huida hacia la calidad, que llevaron a la quiebra a los fondos de inversión Long-Term Capital Management.

En cuanto al tipo de cambio, la devaluación fue cercana al 300% en el lapso de apenas tres semanas, en las cuales el sistema bancario se vio paralizado, y tanto muchas empresas como bancos se vieron obligados a quebrar.

En este nuevo escenario la peor parte la debió enfrentar la población civil, que vio como sus beneficios y el nivel de vida se vieron seriamente afectados al menos por un buen número de años.

Pero también hubo consecuencias positivas como por ejemplo la recuperación de la competitividad de la economía de ese país, que permitió ingresar en nuevos mercados.

Con el paso de los meses, el alza de los precios del petróleo y la puesta en marcha de las reformas económicas prometidas por Vladímir Putin a partir de 1999 permitieron que la economía rusa recuperara el camino del crecimiento que en la denominada "década del zar" promedio el 6,9% anual.

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