A través de un comunicado, recientemente la Casa Blanca informó que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, considera como un paso muy real para el país del norte el desarrollo de un dólar digital con el objetivo de preservar la centralidad de la divisa estadounidense en el sistema financiero global ante el crecimiento imparable que están teniendo las criptomonedas, como el Bitcoin, en el mundo.

Así, el primer mandatario solicitó que se evalúen los posibles beneficios y riesgos de ese proyecto y qué infraestructura tecnológica se necesitaría para respaldarlo. Y, en su decreto, también pidió que el Gobierno formule recomendaciones sobre el mercado de las criptomonedas y los posibles riesgos que presentan para la estabilidad financiera y la seguridad nacional.

Según cuenta a iProfesional Marcelo Elizondo, director de la Maestría en Dirección Estratégica y Tecnológica del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), "en el mundo, el efectivo está siendo desplazado por monedas digitales y los pagos on line prevalecen" y asegura que hay una crisis mundial de lo ‘oficial’ a la que las monedas no escapan.

Y Estados Unidos mira con cierta desconfianza el desarrollo del ecosistema cripto en el mundo. De hecho, la Casa Rosada ha emitido críticas en su momento respecto de la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador y advirtió en un informe que el desarrollo de ese ecosistema entorpece la lucha contra el lavado de dinero.

El proyecto de Estados Unidos apunta a contrarrestar la popularidad de Bitcoin y otras criptomonedas.

Diferencias entre el dólar digital y Bitcoin

Es en respuesta a esa amenaza y con el fin de darle agilidad y modernidad a los medios de pago estatales que idearon este nuevo proyecto, que, según Elizondo, "consiste en la creación de una criptomoneda emitida por la Junta de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) para convivir con el dólar convencional, pero que, a diferencia de las cripto privadas, es respaldada por el Estado".

En consecuencia, aclara que este fenómeno "no debe confundirse con las cripto tradicionales, que son creadas por entes autónomos, no gubernamentales, y apuntan a escapar del desgaste de las monedas oficiales, que por el mayor expansionismo monetario están devaluándose".

Cabe mencionar que Estados Unidos no es el primer país que piensa en una iniciativa de este tipo: varias naciones están explorando la posibilidad de crear su propia Central Bank Digital Currency (CBDC), como se llama a este tipo de instrumentos.

La economía argentina está marcada por la bimonetariedad.

Dólar digital: Así influiría su llegada en la economía argentina

Sin embargo, este caso del "dólar digital" cobra especial relevancia porque, como resalta Elizondo, la divisa estadounidense "es la moneda internacional: el 70% de todo el comercio mundial entre todos los países se paga en dólares y la mitad de los billetes emitidos por el país están fuera de Estados Unidos".

Ante esta noticia, el primer gran interrogante que surge en el mercado local es ¿cómo puede influir en las economías emergentes y, sobre todo, en la argentina, que es casi bimonetaria (o lo es de hecho aunque no por ley), esta iniciativa? Elizondo asegura que puede tener incidencia en los siguientes aspectos:

• Facilitando la bimonetariedad, "por la flexibilidad y rapidez que otorga el entorno digital a las operaciones.
• Mejorando la capacidad de pagos y cobros, también por la dinámica más ágil y flexible.

Así, el experto señala que el mundo está cambiando mucho y aún es difícil prever lo que sucederá con esta revolución digital y cripto en la que, "tal como plantea Tom Friedman, estamos en una nueva globalidad que está cambiando 5 realidades: política, geopolítica, ética, trabajo y comunidades".

En ese contexto, Elizondo prevé que "las monedas oficiales digitales serán más que nada valiosas por su utilidad, mientras que para los inversores lo relevante es la solidez" y asegura que esa es una característica más asociada a otros instrumentos.