La economía se "desacelera" y los analistas muestran preocupación de que se cumpla el acuerdo con el Fondo Monetario, a raíz de la necesidad de generar dólares genuinos y bajar la inflación tan alta.

De hecho, de acuerdo al último informe de LCG, la economía termina el primer trimestre donde la actividad ya mostró "signos de desaceleración" para el mes de enero, mes que en el cual no había empezado a operar aún la parte restrictiva del acuerdo con el FMI, ni el impacto de la invasión de Rusia a Ucrania.

"Es difícil ser optimista para un 2022 donde el país va a tener que convivir con tan solo tres premisas: acumular reservas, reducir la brecha fiscal y acotar el financiamiento monetario", resumen los economistas de la consultora fundada por Martín Lousteau.

Ello lo justifican en que la meta de acumulación de reservas por u$s5.800 millones para 2022 tiene que ser "compatibilizada" con la dinámica de exportaciones argentinas.

El dólar y un problemático contexto global

Según estos expertos, en un mundo menos pujante debido a la incertidumbre, "es difícil ver un salto importante" en los bienes y servicios que Argentina vende al resto del mundo.

La inflación es uno de los principales desafíos que tiene el Gobierno en el primer semestre para controlar.

"El resultado de esta restricción se va a sentir en el nivel de tipo de cambio nominal que deberá actualizarse a un ritmo similar al de la inflación, generando así un mecanismo de retroalimentación que elevará aún más los precios, desactualizando paritarias en forma recurrente", afirman.

La inflación se transformó en el principal problema del primer semestre, pero la actividad y los indicadores socioeconómicos serán los que sufrirán para la segunda mitad del año.

La interna política mete ruido en la economía

La endeble situación económica está impactando en el escenario político para las elecciones presidenciales del año que viene. Según LCG, para el ala kirchnerista del Gobierno "se empieza a materializar su peor miedo: quedarse sin chance para 2023".

"Y ahí surge una disyuntiva que no es clara aún. Por un lado, parte de la coalición quiere seguir intentando dar vuelta la tendencia a través de un cambio de gabinete. O bien, medidas pour la galerie de excéntricos aportes para pagar al FMI", sostienen los analistas.

Con miras a las elecciones de 2023, el pobre desempeño económico genera temor en el seno del Gobierno de perder el poder. 

Es decir, considera que se visualiza un alineamiento que "deja al sector ligado a Cristina Fernández cada vez más cercano a la izquierda que al centro y, difícilmente, esa estrategia pueda redundar en un gobierno de centro izquierda en 2023 con legitimidad del 54% como supo construir".

Sin embargo, desde LCG se indica que lo "más complejo" será la negociación de reformas que permitan bajar la "pesada mochila" de un gasto público que "no se puede financiar en una sociedad con alta pobreza".

"Ya no queda claro si alcanzará con el consenso político entre las principales fuerzas. La sociedad estará en los márgenes de la intolerancia", advierten los economistas. En consecuencia, sostienen que "es muy difícil vender entusiasmo a una sociedad cuando la realidad está desnuda frente a sus ojos".

Por ende, concluyen que los desafíos de aquí en adelante no pararán de multiplicarse, mientras que el Gobierno tendrá que administrar un escenario de "conflictividad creciente".