Con las medidas detalladas en la noche del domingo, pero acordadas con el FMI antes del fin de semana, Sergio Massa cree que tiene asegurada la estabilidad cambiaria hasta las elecciones primarias del 13 de agosto. Por lo menos.

El lanzamiento de las medidas se da bajo un contexto económico y financiero muy complicado, con reservas exhaustas y un mercado que ya estaba presionando sobre el precio del dólar, a falta de definiciones con el Fondo Monetario.

Anoche, todavía no estaba confirmado el viaje de Massa a Washington para rubricar el nuevo pacto. De hecho, todavía se desconocen los desembolsos que hará el Fondo Monetario para pagarse a sí mismo los últimos vencimientos de deuda.

Una fuente del Palacio de Hacienda dijo a iProfesional que el compromiso del organismo es desembolsar unos u$s10.000 millones de acá a fin de año. No hubo información oficial del FMI todavía. Sin dudas, el mercado seguirá con atención esa información ya que son los únicos dólares (en realidad se trata de DEGs) con los que contará Massa hasta el final del mandato de Alberto Fernández.

La principal novedad de los anuncios fue el aumento del dólar ahorro, que desde hoy costará un 10% adicional y tendrá un precio similar al del dólar tarjeta, en torno a los $490. 

Se trata de un antiguo reclamo del Fondo, de ir unificando el mercado cambiario, algo que el Gobierno no puede concretar ya que significaría una devaluación, a menos de tres semanas de las PASO.

En cambio, se eligió una vía alternativa, cuya eficacia es bien dudosa. Lo que está claro es que el Gobierno quiere llegar a las PASO sin una devaluación. Después se verá cómo se sigue.

Massa cree que aseguró la estabilidad hasta las PASO; ¿habrá más medidas?

Qué significan las medidas

La devaluación fiscal anunciada mediante un aumento de los impuestos a algunas importaciones pretende encarecer el acceso al dólar oficial, y de esa forma poner un dique de contención a los exiguos dólares de las reservas del Banco Central.

En simultáneo, se pondrá en marcha un nuevo "dólar agro" -de $340- para las exportaciones de maíz y de productos de las economías regionales. Por el momento, la soja no entra en este nuevo "dólar agro". La proyección de Economía es que gracias a este anuncio ingresen u$s2.000 millones adicionales en los próximos meses.

El "Lado B" de estos anuncios se relaciona con su impacto inflacionario: tanto el nuevo "dólar agro" como el incremento impositivo de las importaciones elevarán los precios de los productos y servicios involucrados. Por ese motivo, quedaron exceptuados los alimentos de la canasta básica y la energía.

Queda claro que, más que una elección para mejorar la situación económica, las nuevas medidas fueron tomadas para que el escenario no empeore. Sin un acuerdo para refinanciar la deuda con el FMI, la alternativa era un retraso en los pagos de los vencimientos, o directamente un default con el organismo; un camino siempre evitado por el Gobierno. Hacia adelante, la duda es si estas iniciativas frenarán la dolarización que deriven en una crisis con final abierto. Incluso, lo que resta por conocer es la visión oficial del Fondo Monetario sobre estas medidas. También queda por conocer el nuevo objetivo fiscal acordado con el organismo, algo que podría derivar en aumentos adicionales en las tarifas de los servicios públicos.

¿Hará falta más medidas? La dolarización, la gran duda

Durante los años electorales, sobre todo en los que se elige Presidente, la dolarización en la Argentina se exacerba a partir del mes de agosto. Esa especie de "acto reflejo" de los inversores -sean grandes o pequeños- se transformó en un mecanismo de defensa ante la incertidumbre. 

Los años 2011, 2013, 2015, 2017 y 2019 dan cuenta de que entre los meses de agosto y noviembre de esos períodos preelectorales, la dolarización alcanzó un promedio de u$s4.500 millones cada vez.

Los anuncios persiguen un único objetivo: que el escenario económico no empeore antes de las elecciones

Por este motivo, es muy probable que el Gobierno se vea obligado a poner en marcha un "dólar soja 4", que podría ponerse en marcha después de las PASO, y que dé algo de certidumbre sobre la oferta de divisas durante el segundo semestre del año.

Según la historia, no hay demasiado por hacer. Los argentinos suelen extremar la dolarización a medida que se acercan las elecciones. Los números, mencionados más arriba, son determinantes.

Son unos u$s4.500 millones entre agosto y noviembre, en promedio, en las últimas elecciones. El resultado empeora cuando se trata de la elección presidencial, como la que se avecina en este 2023. El final de año será con un nuevo jefe (o jefa) de Estado.

Ese proceso suele empeorar durante el mes de las PASO. En agosto, la dolarización se acerca a los u$s1.100 millones promedio. Durante agosto salta a los u$s1.100 millones. Pero es en octubre -el mes de las elecciones que suelen caer las elecciones- cuando la dinámica empeora: la dolarización trepa a los u$s1.800 millones en un solo mes. Fue así durante las elecciones desde 2011 hasta la de 2021, por lo menos.

No hay ninguna presunción de que este ciclo histórico de los años electorales en la Argentina vaya a modificarse -para mejor- este año. No hay ninguna razón para hacer lugar al optimismo.