• 4/12/2025
ALERTA

El dólar oficial y los financieros volvieron a subir, pese a los esfuerzos del Gobierno de ponerle un freno

El tipo de cambio oficial volvió a subir y el blue se mantuvo como el más caro. Los tipos financieros retomaron impulso en un mercado cambiario volátil
17/07/2025 - 17:13hs
El dólar oficial y los financieros volvieron a subir, pese a los esfuerzos del Gobierno de ponerle un freno

El dólar minorista se vendió con un incremento de quince pesos, a $1.290 en las pantallas del Banco Nación, tras haber alcanzado los $1.300 en la jornada del martes, marcando así un nuevo máximo histórico intradiario.

En el mercado informal, el dólar blue se negoció sin cambios a $1.295 y se mantuvo como la variante más cara dentro del mercado cambiario. En el segmento financiero, el contado con liquidación (CCL) avanzó 0,7%, a $1.283, mientras que el dólar MEP ganó 0,8%, hasta los $1.280. Por su parte, el tipo de cambio mayorista extendió el repunte al avanzar $17 y se posicionó en $1.274.

La eliminación de las Letras de Fijación (LeFi) marca un giro histórico en el esquema monetario argentino. Este cambio, que deja atrás el sistema de tasas fijas impuestas por el Banco Central, abre una nueva etapa de tasas endógenas, donde el mercado será el que defina los rendimientos de corto plazo. Para los analistas relevados por iProfesional, este nuevo paradigma incrementa la volatilidad, altera las estrategias bancarias y presiona al dólar en un escenario de crecientes tensiones políticas y fiscales.

La transición ocurre en simultáneo con una caída brusca en la tasa de caución a un día, que operó en torno al 12% de TNA, reflejando un exceso de pesos sin canalización inmediata. Al mismo tiempo, los bancos buscan reposicionar su liquidez en instrumentos como las Lecaps, que, si bien ofrecen rendimientos más elevados, también implican mayor exposición al riesgo de mercado. En la última licitación, la fuerte demanda de estos títulos cortos confirmó que el sistema financiero ya comenzó a migrar sus excedentes hacia este nuevo vehículo.

Sin embargo, los expertos advierten que aún quedan $10 billones por colocar tras el retiro de las LeFi, lo que mantendrá presión bajista sobre las tasas. El comportamiento del mercado secundario de Lecaps será clave en este nuevo régimen, donde el BCRA podrá intervenir para evitar movimientos abruptos que afecten al tipo de cambio. En este contexto, la coordinación entre política monetaria y cambiaria se vuelve esencial para evitar desbordes.

La intervención del Gobierno para calmar al dólar no duro demasiado

La atención del mercado sigue centrada en el dólar. El tipo de cambio inició julio con una tendencia alcista, sostenida por liquidaciones agropecuarias que buscaron anticiparse al aumento de retenciones. No obstante, los analistas proyectan que entre fines de julio y noviembre los ingresos de divisas caerán, elevando el riesgo cambiario justo cuando el esquema monetario entra en una fase más inestable.

El miércoles, tanto los dólares financieros como el oficial tuvieron un descenso respecto a la jornada anterior, al igual que el dólar blue. Este enfriamiento en el mercado cambiario, que se había embarullado en medio de la disolución de las LEFI y la esperada contracción de la oferta de divisas del campo, había llegado luego de varios anuncios y más intervenciones oficiales en el mercado de futuros del dólar y en el monetario.

Para asegurarse de que los pesos sobrantes del desarme de las LEFI no fueran a buscar dólares, el Gobierno recalibró y convocó a una licitación de nueva deuda en pesos fuera de agenda. 

Junto con esa operación, el Banco Central hizo una verdadera operación de pinzas para forzar a una baja del tipo de cambio. Por un lado, intervino en los futuros del dólar y, por el otro, reactivos los pases pasivos, con lo cual buscó asegurarse una absorción de pesos adicional.

"Todo este movimiento implicó que la tasa del Tesoro subiera al 35% anual —que implica algo así como 2,8% mensual con una inflación de 1,6%—. Es una tasa de interés elevada, pero que asume el objetivo de la desinflación", dijo a iProfesional el analista Martín Genero, de Clave Bursátil.

En los bancos creen que el Gobierno falló en el timing de sus últimas medidas. En particular, en el desarme de las LEFI, las Letras que estaban en poder de bancos públicos y privados, por un total de $15,5 billones. Ese desarme provocó que quedara un remanente de $10 billones en el mercado, que generó una demanda de dólares, en un momento poco propicio.

En este momento hay una demanda estacional elevada de divisas, por parte de quienes cobran los aguinaldos, y a la vez existe una expectativa negativa, dado que se espera una disminución drástica en la oferta de dólares de las cerealeras exportadoras, desde la semana que viene.

La liquidación de los agroexportadores —que llegó a un pico de u$s500 millones en un solo día, pero que promedió los u$s250 millones diarios durante la última semana— se achicará drásticamente a partir del martes que viene.

Para ese momento se terminan los compromisos de las declaraciones juradas firmadas antes de la suba de las retenciones de la soja, del 26% al 33%.

Un Banco Central más activo en la sombra

Para los analistas de Grupo SBS, el accionar del BCRA en esta nueva etapa será menos visible, pero igualmente determinante. Aunque las tasas se definirán por el mercado, la autoridad monetaria tiene herramientas para influir indirectamente en su evolución. Una de ellas es la intervención en el mercado secundario de Lecaps, ajustando precios y generando señales a los operadores.

Además, el BCRA ya modificó los requisitos de efectivo mínimo, permitiendo a los bancos diferir el cumplimiento en caso de excedentes. Esta medida apunta a dar mayor flexibilidad en un entorno donde la liquidez abunda, pero la previsibilidad escasea. Según los expertos, estas decisiones son parte de una estrategia para amortiguar los efectos de la eliminación de las LeFi sin resignar completamente el control monetario.

El Gobierno, por su parte, enfrenta un dilema. Si bien busca reducir las tasas reales para dinamizar la economía, una baja agresiva podría alimentar expectativas devaluatorias. Con las elecciones acercándose, una política monetaria demasiado laxa podría poner en riesgo la estabilidad cambiaria y, por ende, la intención de voto oficialista. Por eso, se espera una convergencia paulatina de tasas acompañada de herramientas que contengan la presión sobre el dólar.

En este marco, los especialistas creen que el Gobierno privilegiará una postura cautelosa: permitir cierto reacomodamiento de tasas, intervenir selectivamente y evitar señales que disparen la cobertura cambiaria. El resultado será un sistema más incierto, donde el comportamiento de los agentes privados definirá buena parte de la dinámica financiera.

Cobertura cambiaria y menor ingreso de dólares

Uno de los efectos más visibles del nuevo régimen monetario es la búsqueda de cobertura. En la última licitación, los instrumentos dollar linked representaron el 13 % del total adjudicado, señal de que el mercado busca protegerse ante una posible aceleración del tipo de cambio. Esta preferencia se ve alimentada por la expectativa de una menor oferta de divisas en el segundo semestre.

La cosecha fina recién llegará hacia noviembre, y hasta entonces se espera un flujo de dólares reducido. En este contexto, la reaparición de instrumentos atados al dólar permite canalizar la demanda de cobertura sin recurrir a mecanismos más agresivos. Además, evita que esa presión se traslade directamente al mercado financiero o al dólar informal.

Grupo SBS destaca que el Tesoro ya realizó compras en el mercado oficial por unos u$s 200 millones en junio, a los que se sumaron otras adquisiciones del BCRA. Estas operaciones apuntan a fortalecer las reservas internacionales netas (RRNN) y mejorar la posición del Gobierno ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), luego de no haber cumplido la meta de reservas pactada para junio.

Aunque estas compras pueden validar un precio más alto del dólar en el corto plazo, los analistas justifican la estrategia por el bajo nivel del tipo de cambio real (TCR). Históricamente, el dólar sigue estando barato, por lo que acumular reservas ahora luce razonable desde el punto de vista del Gobierno.

FMI, metas en revisión y más presión al dólar

La visita reciente del FMI dejó sin definición la fecha del próximo desembolso de u$s2.000 millones, lo que incrementa la presión sobre el equipo económico. El Ejecutivo solicitará un waiver tras el incumplimiento de la meta de RRNN, mientras las compras de dólares intentan mostrar voluntad de cumplimiento.

Desde Grupo SBS explican que esta estrategia tiene lógica desde el punto de vista macroeconómico, pero genera efectos secundarios: valida un nuevo piso para el tipo de cambio, alimenta expectativas de inflación y exige un equilibrio fino con la política fiscal. En este sentido, las decisiones del Tesoro sobre licitaciones y financiamiento serán cada vez más relevantes.

La escasa oferta de dólares y la reconfiguración monetaria podrían amplificar la sensibilidad del mercado a cualquier ruido político. Por eso, los analistas insisten en que el Ejecutivo deberá cuidar las señales que envía, especialmente en un semestre donde la incertidumbre electoral puede amplificar cualquier movimiento.

En este contexto, la colocación de instrumentos dollar linked, la intervención en Lecaps, las operaciones con futuros e incluso la venta directa de divisas son parte del arsenal del Gobierno. Sin embargo, desde Grupo SBS advierten que una intervención directa en el mercado spot sería mal recibida por el mercado, salvo en situaciones extremas.

GMA Capital: tasas endógenas y nuevo mapa fiscal

Desde GMA Capital coinciden en que la eliminación de las LeFi marca una etapa de mayor incertidumbre. El nuevo sistema deja a los bancos sin un instrumento de tasa garantizada, lo que obliga a repensar el manejo de la liquidez. La caución a un día operando al 12% refleja este exceso de pesos sin destino claro.

La reacción del sistema financiero fue inmediata: los bancos aumentaron su stock de LeFi hasta alcanzar $15,5 billones justo antes del vencimiento. Luego, esos fondos comenzaron a migrar hacia Lecaps y cauciones, aunque el proceso aún no está consolidado. Para GMA, el éxito del nuevo régimen dependerá de cómo actúe el BCRA en la curva corta de Lecaps.

Actualmente, esos títulos rinden entre 26% y 28% TNA, un nivel que aún puede resultar atractivo si se mantiene la estabilidad cambiaria. Pero si el dólar se recalienta, los bancos podrían buscar cobertura en otros activos, lo que alimentaría la volatilidad del mercado. Por eso, la intervención del BCRA, aunque indirecta, será determinante.

GMA también destaca que la nueva lógica implica mayor exposición a las condiciones del mercado. La previsibilidad que ofrecían las LeFi ya no existe, y eso fuerza a los bancos a gestionar sus carteras de forma más activa. Las entidades deberán adaptarse a un entorno donde las tasas ya no son un dato fijo, sino una variable incierta.

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