Dólar bajo la lupa: el mercado ve señales de alerta que pueden alterar la paz cambiaria
La dinámica del dólar y las tasas de interés continúa siendo el eje central del escenario financiero argentino. Los analistas señalaron que, si bien en las últimas semanas se observó una baja en las presiones cambiarias y un alejamiento del tipo de cambio respecto al techo de la banda, la volatilidad en las tasas sigue elevada, generando incertidumbre en los mercados. La combinación de altos rendimientos reales y movimientos abruptos en la tasa de corto plazo marca un contexto desafiante para la formación de expectativas.
Este lunes, el dólar mayorista cedió por séptima jornada consecutiva: cayó un 0,3% y cerró a $1.322, para acumular una baja de casi 4% en agosto. El dólar minorista se mantuvo estable a $1.335 en el Banco Nación, mientras que el MEP también cedió 0,6% a $1.324 y el CCL lo hizo 0,7% hasta los $1.327. El dólar blue, en cambio, subió $10 a $1.335.
Para los especialistas, el tipo de cambio mayorista mostró retrocesos recientes luego de un fuerte salto, impulsado por una mayor oferta de divisas y medidas oficiales que incluyeron intervenciones en futuros, cambios en encajes y estímulos a las exportaciones. Sin embargo, destacaron que estos esfuerzos no lograron reducir de manera sostenida la volatilidad ni moderar el nivel de tasas.
Asimismo, indicaron que la persistencia de tasas de interés implícitas y rendimientos de instrumentos en pesos por encima del techo de la banda proyectada refleja que el mercado descuenta la posibilidad de un ajuste cambiario a futuro. Esta lectura se refuerza por el alto nivel de atesoramiento de divisas, que alcanzó cifras históricas y plantea dudas sobre su sostenibilidad sin un ingreso relevante de capitales.
En este marco, los expertos comentaron que el equilibrio cambiario dependerá de la capacidad de reducir la demanda de dólares para ahorro y turismo, así como de aumentar el flujo de divisas por financiamiento e inversión. El desenlace electoral será clave para definir si el actual nivel del tipo de cambio y de tasas es consistente o si será necesario un nuevo ajuste para estabilizar el mercado.
Encajes más altos y un mercado de pesos tensionado
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) remarcan que las tasas cortas registraron un nuevo salto en un contexto de fuerte escasez de pesos. La caución llegó a tocar una Tasa Nominal Anual (TNA) del 44% y la tasa de REPO alcanzó el 65%. Este repunte estuvo directamente relacionado con el incremento de encajes dispuesto por el Banco Central desde el 1° de agosto.
En apenas un mes, la autoridad monetaria elevó los encajes para Fondos Comunes de Inversión (FCI) y cauciones del 20% al 40%, mientras que para el resto de los depósitos a la vista el salto fue del 36% al 40%, con la obligación de integrar el diferencial en efectivo en lugar de títulos públicos. Según PPI, la medida buscó unificar los requisitos para todo tipo de depósito, tal como se había anunciado en la fase 3 del programa económico.
El ajuste de encajes se produjo inmediatamente después de la licitación del Tesoro del 29 de julio, lo que habría dificultado la planificación de las entidades financieras en los primeros días de agosto. El resultado fue una mayor presión sobre la liquidez, que obligó al sistema financiero a inmovilizar aproximadamente $4,5 billones adicionales.
Hasta la próxima licitación del Tesoro, prevista para el 18 de agosto, se espera que este escenario de escasez de pesos persista, favoreciendo la volatilidad en las curvas en moneda local, tasas al alza y un dólar con cierta presión a la baja por la falta de pesos para dolarizarse.
Para PPI, la relación actual entre dólar y tasa es más atractiva que semanas atrás, lo que habría incentivado a algunos inversores a recomponer estrategias de carry trade, generando presión bajista sobre el tipo de cambio.
Este fenómeno también refleja que, aunque la presión sobre el dólar se moderó, las expectativas de ajuste futuro se mantienen latentes, alimentadas por el contexto electoral y la persistencia de tasas reales elevadas.
El rol del mercado de futuros
En el mercado de futuros, el interés abierto mostró una reducción de u$s13 millones, la primera baja desde principios de julio, sin contar la fuerte caída del 31 de ese mes, cuando el retroceso fue de u$s1.651 millones por falta de renovación de posiciones vendidas por parte del Banco Central.
Lo llamativo, según PPI, fue el comportamiento del contrato con vencimiento en marzo de 2026, que registró un incremento inusual. En las últimas dos ruedas sumó u$s81 millones, llevando su interés abierto a u$s106 millones, lo que representa el 1,8% del total del mercado frente al 0,3% del inicio de mes.
Este movimiento sugiere que la autoridad monetaria podría estar interviniendo en tramos largos de la curva, con el objetivo de dar señales de que el techo de la banda cambiaria se mantendrá incluso después de las elecciones.
Para los analistas, esta estrategia busca reforzar la idea de estabilidad a mediano plazo, aunque no elimina las dudas sobre la sostenibilidad de la política cambiaria si persisten las presiones sobre las reservas y el atesoramiento.
Menor presión cambiaria, pero tasas fuera de equilibrio
Desde Mega QM advierten que, aunque las presiones cambiarias se redujeron, la volatilidad de las tasas sigue alta y la relación entre tipo de cambio, distancia al techo de la banda y tasas de equilibrio se rompió.
En julio, el dólar mayorista se acercó al techo de la banda, lo que llevó al Gobierno a implementar medidas para restringir la liquidez en pesos, reducir retenciones y reforzar la intervención en futuros. Estas acciones permitieron alejar el dólar del techo, pero no lograron reducir las tasas reales ni su volatilidad.
Según la consultora, el problema radica en que las tasas de corto plazo fluctúan de manera mucho más abrupta que el tipo de cambio, ya que no cuentan con un esquema de bandas como sí tiene el dólar. Esto genera incertidumbre para los inversores que buscan predecir el costo del dinero en el tiempo.
La volatilidad, sumada a tasas reales en máximos, alimenta la percepción de que un ajuste cambiario sigue siendo probable en el horizonte cercano.
Señales del mercado y dudas sobre la sostenibilidad
Las tasas implícitas en futuros y en deuda en pesos del Tesoro muestran precios de indiferencia por encima del techo de la banda proyectada, lo que sugiere que el mercado espera un tipo de cambio más alto en el futuro.
Este comportamiento también se observa en la curva CER, con rendimientos reales por encima de sus promedios históricos, lo que indica que los inversores incorporan en precios una eventual corrección cambiaria.
El elevado atesoramiento de divisas refuerza esta percepción: la Formación de Activos Externos pasó de promediar u$s2.000 millones mensuales a u$s 4.000 millones en junio, duplicando niveles históricos.
Para Mega QM, la sostenibilidad de este ritmo depende de un mayor ingreso de capitales vía financiamiento o inversión. Sin esas fuentes, el equilibrio cambiario podría requerir un nuevo ajuste del dólar.