Bitcoin sube más de 30% en lo que va del año: cómo invertir en uno de los activos del momento
Bitcoin volvió a ocupar el centro de la escena en los mercados globales. En lo que va de 2025 acumula una ganancia que ronda entre el 20 y el 30 por ciento, después de tocar máximos históricos por encima de los 124 mil dólares. El rally renovó el entusiasmo de pequeños y grandes inversores, y Argentina no es la excepción. En un país acostumbrado a convivir con inflación alta, devaluaciones y controles cambiarios, la posibilidad de resguardar ahorros en un activo global como Bitcoin gana atractivo.
La pregunta que surge entre los argentinos es cómo acceder de manera práctica y segura. La respuesta puede dividirse en dos grandes caminos: la compra directa de la criptomoneda a través de exchanges y la inversión en ETFs que cotizan en la bolsa de Estados Unidos y replican el precio del Bitcoin. Ambos caminos tienen diferencias importantes, tanto en términos de control y seguridad como de facilidad de acceso e impuestos.
En apariencia, puede sonar a un terreno complejo lleno de tecnicismos. Sin embargo, invertir en Bitcoin desde Argentina hoy es mucho más sencillo que hace unos años. La industria creció, se reguló y multiplicó sus opciones. Lo que antes era un espacio reservado a especialistas informáticos, ahora está al alcance de cualquier persona que maneje una aplicación en su celular.
Comprar Bitcoin directamente en exchanges
La primera alternativa para acceder a Bitcoin es la más directa: comprar la criptomoneda en un exchange. Estas plataformas funcionan como intermediarios que permiten cambiar pesos o dólares por Bitcoin, de manera similar a como se compra y vende una acción en la Bolsa de Buenos Aires o un dólar en una casa de cambio.
El proceso arranca con la apertura de una cuenta, que suele ser 100% online. Se valida la identidad con un documento, se transfieren fondos y, a partir de ahí, se puede comprar Bitcoin al precio vigente. En Argentina ya existen exchanges conocidos que permiten operar en pesos, lo que simplifica la experiencia para quienes no tienen acceso a dólares.
El paso clave viene después: ¿dónde guardar el Bitcoin? Hay dos opciones. La más cómoda es dejarlo en el exchange, lo que permite venderlo rápido en caso de querer volver a pesos o dólares. La más segura es transferirlo a una billetera propia, que puede ser una aplicación en el celular o un dispositivo físico llamado "hardware wallet".
En la billetera, el usuario se convierte en dueño absoluto de sus bitcoins porque controla las "claves privadas", una especie de contraseña irrecuperable que da acceso al dinero. La ventaja es que nadie más puede tocar esos fondos; la desventaja es que, si se pierde esa clave, no hay forma de recuperarla. Por eso muchos inversores optan por un esquema mixto: mantener una parte en exchanges para tener liquidez y otra en billeteras frías, alejadas de internet y más seguras.
Las ventajas y riesgos de la compra directa
La gran ventaja de comprar Bitcoin de forma directa es que se obtiene el activo real. Eso significa poder transferirlo a otra persona, enviarlo a cualquier parte del mundo sin intermediarios o usarlo como medio de pago en comercios que lo aceptan. También es la opción más cercana a la filosofía original de las criptomonedas: independencia y control total.
Pero esta libertad viene acompañada de responsabilidades. La seguridad corre por cuenta del usuario y los errores pueden ser costosos. Además, operar en exchanges implica pagar comisiones por compra, venta o transferencia, que varían según la plataforma. Y, como cualquier inversión en Argentina, también hay que tener en cuenta los impuestos: las ganancias están alcanzadas por el Impuesto a las Ganancias y la tenencia puede tributar en Bienes Personales si supera el mínimo no imponible.
A todo esto se suma el factor más evidente: la volatilidad. Bitcoin puede subir 10% en una semana, pero también puede bajar la misma proporción en cuestión de días. No es un activo para ansiosos ni para quienes buscan estabilidad absoluta. Requiere paciencia y, sobre todo, invertir montos que no comprometan la economía personal.
Invertir en ETFs de Bitcoin: la opción regulada
La otra gran vía para acceder a Bitcoin desde Argentina es a través de ETFs (Exchange Traded Funds), fondos de inversión que cotizan en la bolsa de Estados Unidos y replican el precio de la criptomoneda. Estos instrumentos se convirtieron en un boom desde que la SEC, el regulador financiero de EE.UU., autorizó en 2024 varios de ellos, lo que dio un fuerte respaldo institucional al mercado cripto.
Entre los más relevantes de 2025 figuran el iShares Bitcoin Trust (IBIT) de BlackRock, el Fidelity Wise Origin Bitcoin Fund (FBTC), el ARK 21Shares Bitcoin ETF (ARKB) y el VanEck Bitcoin Trust (HODL). Todos tienen en común que compran y mantienen bitcoins reales en custodia, mientras los inversores adquieren participaciones que cotizan en la bolsa. El precio de esas participaciones se mueve de forma prácticamente idéntica al de Bitcoin.
Para un argentino, invertir en un ETF implica abrir una cuenta en un bróker que opere en Wall Street. Muchas plataformas locales ya ofrecen este servicio, lo que facilita el acceso. El proceso es simple: se transfieren dólares a la cuenta, se busca el ticker del ETF elegido y se ejecuta la compra. Desde ese momento, el inversor tiene en su portafolio un instrumento que refleja la evolución del Bitcoin sin tener que preocuparse por billeteras digitales ni claves privadas.
Los pros y contras de los ETFs
La ventaja más evidente de los ETFs es la simplicidad. No hace falta tener conocimientos técnicos sobre criptomonedas ni ocuparse de la custodia. Los fondos están administrados por instituciones financieras de primer nivel, que se encargan de mantener los bitcoins en bóvedas digitales seguras. Para el inversor, todo se reduce a comprar y vender desde la misma cuenta en la que ya opera acciones o bonos.
Otra ventaja es que los ETFs son instrumentos regulados y transparentes, lo que les otorga una capa extra de seguridad jurídica. Esto los hace especialmente atractivos para quienes desconfían del ecosistema cripto o no quieren correr riesgos de hackeos o fraudes en exchanges.
La contracara es que no se accede al activo real. El inversor no puede enviar sus bitcoins a otra persona ni usarlos como medio de pago: lo que tiene es un papel que sigue su precio. Además, los ETFs cobran una comisión de administración, aunque en la práctica suele ser baja frente al beneficio de la exposición que ofrecen.
Bitcoin en 2025: ¿qué tan atractivo es?
El interés por estas dos alternativas se explica por el momento que vive la criptomoneda. En 2025, Bitcoin volvió a romper récords de precio, impulsado por la expectativa de una política monetaria más laxa en Estados Unidos y un creciente apetito global por activos de riesgo. El resultado fue un rally que devolvió la confianza en la criptomoneda como refugio de valor y como activo especulativo de alto potencial.
Para los argentinos, el atractivo se multiplica. Mientras el peso pierde poder adquisitivo mes a mes y las opciones de dolarización formal son limitadas, Bitcoin aparece como un vehículo que trasciende fronteras. La idea de poder resguardar ahorros en un activo global, que se puede mover con un clic a cualquier parte del mundo, seduce a cada vez más personas.
Sin embargo, no todo es entusiasmo. Los especialistas insisten en que se trata de un activo riesgoso, con alta volatilidad y que no debería representar más que una parte moderada de un portafolio. La clave pasa por diversificar: no poner todos los ahorros en Bitcoin, sino verlo como un complemento dentro de una estrategia de inversión más amplia.
¿Qué camino elegir como argentino?
La decisión entre compra directa y ETFs depende del perfil del inversor. Quienes valoran la soberanía financiera, la posibilidad de mover fondos libremente y la filosofía original del Bitcoin suelen inclinarse por la compra directa. Los que priorizan comodidad, respaldo institucional y facilidad de operación probablemente elijan los ETFs.
En ambos casos, lo importante es empezar con montos pequeños, familiarizarse con la operatoria y entender los riesgos. Bitcoin puede ser una gran oportunidad, pero también un gran dolor de cabeza si se entra sin información. 2025 demostró que la criptomoneda sigue viva y con fuerza, pero también que no está exenta de caídas abruptas.
Lo cierto es que Bitcoin ya no es un fenómeno marginal. Hoy convive con Wall Street, con fondos gigantes como BlackRock y Fidelity detrás, y con millones de pequeños inversores en todo el mundo. Para los argentinos, representa una alternativa real frente a la incertidumbre local. El desafío no es decidir si existe la oportunidad, sino cómo aprovecharla de la manera más inteligente posible.