MERCADO CAMBIARIO

Dólar bajo presión: la estrategia del Gobierno para contener el tipo de cambio hasta las elecciones de octubre

La calma cambiaria es el objetivo electoral de Milei, pero cada dólar usado reduce margen para cumplir compromisos externos tras octubre
Por Marcos Phillip
FINANZAS - 09 de Septiembre, 2025

En la segunda rueda de la semana, tras la marcada derrota del oficialismo en las elecciones legislativas en la Provincia de Buenos Aires, el dólar oficial del Banco Nación se mantuvo en $1.425 para la venta.

El tipo de cambio mayorista avanzó $7,50 y cerró en $1.416,50, reflejando la presión cambiaria que dejó el resultado electoral. En el segmento financiero, el contado con liquidación retrocedió 0,1% hasta $1.437, mientras que el dólar MEP cedió 0,3% y se ubicó en $1.431.

En el mercado informal, el dólar blue se mantuvo estable en $1.385, en una jornada marcada por la volatilidad y la cautela de los inversores, que ajustaron posiciones frente a un escenario político más incierto.

Tras la derrota de LLA en los comicios de medio término en la provincia de Buenos Aires, el mercado cambiario volvió al centro del debate en septiembre, en un escenario donde la política y la economía se cruzan de manera inevitable. Fuentes de la city porteña remarcaron que, pese al endurecimiento monetario y las intervenciones, la presión sobre el dólar se mantiene firme y con impacto directo sobre la actividad. A su vez, destacaron que el Gobierno aceleró su estrategia con ventas del Tesoro en el mercado oficial, una herramienta que tradicionalmente quedaba reservada al Banco Central.

Los analistas relevados coincidieron en que la cuenta regresiva hacia las elecciones de octubre condicionará todas las decisiones. La apuesta oficial consiste buscar mostrar calma cambiaria y un freno a la inflación como carta electoral, aunque esa estrategia se construye a costa de crecientes desequilibrios. La tensión se refleja en los precios de los activos, con bonos castigados y un riesgo país en niveles que duplican a los de otros emergentes.

No obstante, advirtieron que las medidas no resultan gratuitas. Cada dólar utilizado para contener el mercado es un recurso que deja de estar disponible para cumplir con compromisos externos. Esta dinámica plantea un dilema: sostener el orden cambiario en el corto plazo o preservar las reservas para fortalecer la posición posterior a los comicios.

El costo de la estrategia: dólar estable, actividad en baja

Ecolatina subrayó que el endurecimiento de encajes, licitaciones ad hoc y la suba de tasas ya afectan a la economía real. Los préstamos al sector privado apenas crecieron en agosto y los adelantos se desplomaron más de 10% en el mes. El enfriamiento del crédito refleja que la contención cambiaria tiene un precio en términos de actividad.

GMA Capital también puso el foco en los costos de la intervención. En su análisis, explicaron que de los u$s 1.700 millones que el Tesoro tenía depositados en el Banco Central, ya se habrían usado más de u$s 500 millones para vender en el mercado. Si bien todavía queda margen de maniobra, esa dinámica recorta la capacidad de pago de vencimientos externos.

Ambas visiones remarcan que la estabilidad buscada no es sostenible sin un costo paralelo. La tensión se ve con claridad en los depósitos en dólares, que experimentaron un goteo constante, reflejando la desconfianza y la necesidad oficial de intervenir para evitar un salto brusco en la cotización.

Los analistas coincidieron en que las herramientas disponibles —futuros, ventas directas y suba de tasas— sirven para ganar tiempo, pero no resuelven los desequilibrios de fondo. El dólar se mantiene bajo control, aunque la presión latente sigue acumulándose.

Activos financieros: cautela e incertidumbre

La otra cara del escenario aparece en los precios de los activos financieros. Para Ecolatina, el mercado local opera con precios de estrés. El riesgo país supera los 1100 puntos básicos y bonos Globales en promedio cerca de u$s 55. Esta performance contrasta con la mejora de otros emergentes, que lograron reducir spreads y atraer flujos de capital.

Desde GMA Capital remarcaron esa diferencia: mientras el índice EMB de deuda emergente bajó de 350 a 240 puntos en los últimos meses, reflejando apetito inversor, Argentina se quedó rezagada. Los bonos locales permanecen castigados, lo que evidencia que los inversores no terminan de confiar en el esquema actual.

Los expertos interpretaron que el mercado observa las elecciones como un plebiscito económico. La cautela domina las operaciones, reflejada en precios deprimidos y en la falta de apetito por el riesgo argentino. A la espera de definiciones políticas, la tendencia es a mantener posiciones defensivas.

Esta dinámica se suma al crecimiento de la demanda de dólares por parte de individuos y empresas. En el último trimestre, la formación neta de activos externos superó los u$s 12.000 millones, con salidas que incluyen compras para atesoramiento, turismo e importaciones. Para los especialistas, no toda esa salida se guarda "bajo el colchón", pero igualmente erosiona el balance externo.

Elecciones, dólar y el día después

La lectura final de los expertos relevados converge en un mismo punto: la estrategia oficial apunta a transitar hasta octubre con estabilidad cambiaria, pero no asegura un camino despejado después. Un buen resultado electoral podría descomprimir tensiones, aunque no corrige por sí solo los desequilibrios de fondo.

Ecolatina insistió en que, más allá de lo que ocurra en las urnas, será necesario redefinir la política monetaria y cambiaria para alcanzar un equilibrio sostenible. El Banco Central requiere acumular divisas de manera consistente para reducir la vulnerabilidad.

GMA Capital, por su parte, advirtió que la intervención directa del Tesoro en el mercado cambiario refleja la magnitud de la presión. La estrategia de mostrar control puede dar oxígeno en el corto plazo, pero compromete recursos que serán clave en los meses posteriores.

Los analistas coincidieron en que el desafío estructural es encontrar un esquema donde el nivel de tasas sea compatible con la actividad y el tipo de cambio incentive la acumulación de reservas. Hasta que eso ocurra, la estabilidad será parcial y frágil, con un mercado atento a cada señal política y económica.

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