Carry trade: cómo es maniobra con el dólar preferida por la city y cuáles son sus riesgos de cara a octubre
Con el dólar MEP en $1.429 y el techo de la banda cambiaria fijado en $1.470, la variación máxima posible es de menos de 3%. Este margen, inferior al rendimiento que ofrece un plazo fijo en pesos, alimenta en la City la expectativa de operaciones de carry trade hasta las elecciones nacionales previstas para el 26 de octubre.
Según estimaciones de Max Capital, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) se mantiene como el único actor con capacidad real de intervención en el mercado cambiario, algo que podría materializarse en el techo de la banda. Los analistas remarcan que los inversores observan el proceso electoral con atención, con la expectativa de que una mayor participación en los comicios de octubre modifique parcialmente el resultado de la provincia de Buenos Aires (PBA) y permita al oficialismo mejorar su desempeño en otras jurisdicciones.
Desde la consultora destacan que la coalición oficialista podría posicionarse como la fuerza más votada en octubre. No obstante, teniendo en cuenta los resultados en la PBA, el nivel de apoyo rondaría el 35%, mientras que el peronismo se ubicaría cerca del 32%. Un desenlace de este tipo dejaría en suspenso las expectativas hacia 2027, limitando el acceso a los mercados internacionales y condicionando el ingreso de capitales externos.
En este contexto, la sostenibilidad del esquema de bandas cambiarias en el corto plazo aparece vinculada a la intervención oficial, directa o indirecta. Brian Torchia, gerente de Finanzas Corporativas de Pgk Consultores, explica que dicha intervención puede adoptar dos modalidades: profundización de medidas regulatorias ya vigentes, como alteración de encajes o restricciones a las tenencias en dólares de las entidades financieras; o la utilización de reservas internacionales, con ventas en el mercado cambiario que actúen como mecanismo de contención.
Carry Trade: el rol de las reservas y la sostenibilidad del programa
El uso de reservas genera efectos contrapuestos. A corto plazo evita una mayor presión sobre la actividad económica, pero a la vez incrementa las dudas sobre la sostenibilidad del programa macroeconómico. Según Torchia, esta estrategia podría impactar en el mercado de deuda en dólares, aumentar el riesgo país y tensionar nuevamente la dinámica cambiaria. Ese círculo de intervención y dudas podría derivar en una disrupción del actual esquema.
Las consultoras advierten que, desde una perspectiva macro-financiera, el régimen cambiario se administra con pragmatismo. Tesoro y Banco Central combinan herramientas como ventas en el mercado, encajes, operaciones a futuro y ajustes tácticos para reducir apuestas unidireccionales. Este margen de maniobra existe, aunque se encarece cada vez que la política no logra transmitir señales de moderación. En este escenario, la disciplina fiscal y la estabilidad de precios y tipo de cambio se mantienen como prioridades, incluso con costos sobre la actividad.
Condicionantes políticos y recomendaciones de estrategia
Desde Abeceb señalan que las herramientas disponibles tienen un efecto mayor cuando se acompañan con señales políticas claras. Su recomendación para los agentes económicos es mantener prudencia hasta octubre, resguardar márgenes y liquidez en el presente, y esperar a que se defina el panorama político para evaluar nuevas oportunidades de inversión. La estrategia, subrayan, es no asumir riesgos excesivos ante la incertidumbre electoral.
En ese sentido, la evolución de los mercados en las semanas previas a los comicios dependerá de la combinación entre política económica y dinámica electoral. Si el Gobierno logra recomponer vínculos con gobernadores y bajar la intensidad del conflicto, se abriría la posibilidad de un escenario de menor volatilidad.
Tres escenarios hasta las elecciones
Los analistas contemplan tres escenarios posibles de cara a octubre:
- Escenario base (55%): prudencia con señales. Implica un Gobierno con un tono más moderado, acuerdos con provincias y administración del tipo de cambio dentro de la banda establecida. En este caso, la volatilidad sería acotada y tras la elección podría darse una compresión parcial del riesgo país.
- Escenario positivo (25%): señales más claras y mejor rollover de deuda. Este contexto permitiría reducir spreads y abrir espacio para financiamiento externo, mejorando las expectativas en el mercado financiero.
- Escenario negativo (20%): confrontación política. Se caracterizaría por mayores tensiones en el mercado cambiario, absorción de pesos y un impacto más fuerte sobre la actividad económica, con presión adicional sobre el esquema de bandas.
Conclusiones del mercado
El panorama cambiario hasta las elecciones se configura en torno a la relación entre el dólar MEP y el techo de la banda cambiaria, con espacio acotado para la apreciación de la divisa. En ese marco, el carry trade se presenta como una alternativa de corto plazo para inversores, siempre condicionada a las decisiones de política monetaria y a la dinámica electoral.
La capacidad de intervención del Banco Central y la estrategia del Tesoro son variables centrales para sostener la estabilidad en un contexto en el que los mercados evalúan no solo el resultado electoral inmediato, sino también las perspectivas hacia los próximos años.
La definición política de octubre será clave para determinar si el régimen cambiario actual logra sostenerse, si se abre un margen para mejorar el acceso a financiamiento o si, por el contrario, prevalece un escenario de tensiones que impacte en la actividad y en el flujo de capitales externos.