MERCADO CAMBIARIO

El dólar se desplomó $85 y el mayorista se alejó del techo de la banda, tras el respaldo clave de Estados Unidos

Los dólares libres cayeron, tras anuncio de retenciones cero a las exportaciones y el apoyo de EE.UU., que evalúa medidas para estabilizar la economía
Por Marcos Phillip
FINANZAS - 22 de Septiembre, 2025

En el comienzo de la semana, el dólar minorista se vendió con una baja 85 pesos, a $1430, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negoció con un retroceso de 67 pesos, en $1408, alejándose del límite superior de la banda de fluctuación para este lunes, ubicado $1.476,79.

En el segmento informal, el dólar blue se negocia con un retroceso de 45 pesos, en $1475. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación cayó 8,1% a $1441, mientras que el MEP perdió 8%, en $1427.

El mercado cambiario argentino comenzó a mostrar señales de alivio tras días de extrema tensión en los que -el pasado viernes- el dólar oficial tocó los $1.520 y las reservas del Banco Central sufrieron un drenaje de más de 1.100 millones de dólares en tres ruedas. En ese escenario crítico, el Gobierno decidió implementar una medida de emergencia que apunta a frenar la presión cambiaria y reforzar la confianza de los inversores.

La disposición más relevante fue la suspensión temporal de retenciones a las exportaciones de granos, que regirá hasta el 31 de octubre o hasta que se registren declaraciones juradas por 7.000 millones de dólares. La estrategia busca acelerar el ingreso de divisas provenientes del sector agroindustrial, el principal generador de dólares genuinos de la economía argentina. Con una mayor oferta, la expectativa oficial es moderar la escalada de la divisa y darle un respiro a las golpeadas reservas.

El segundo factor que incidió en la baja del dólar llegó desde el plano internacional. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos manifestó su disposición a respaldar al país con mecanismos financieros que incluyen líneas de swap, compras directas de moneda o eventuales operaciones con títulos de deuda. Este gesto político y económico envió una señal contundente a los mercados sobre el interés de Washington en apuntalar la estabilidad argentina en medio de un clima de incertidumbre.

La combinación de un shock de oferta local y la promesa de respaldo externo comenzó a impactar rápidamente en las cotizaciones. El dólar revirtió parte de las subas recientes, el riesgo de una corrida inmediata perdió intensidad y los operadores interpretaron que, al menos en el corto plazo, el frente cambiario tendrá un respiro. Quedan dudas sobre la sustentabilidad de estas señales, pero el mensaje de coordinación entre Buenos Aires y Washington abrió una ventana de expectativa positiva.

El carácter transitorio de la medida

Especialistas coinciden en que la baja de retenciones puede dar alivio en el muy corto plazo, pero no resuelve los desequilibrios de fondo. En este sentido, Federico Machado, de Economía Open, consideró que se trata de una jugada fuerte del Gobierno con un claro objetivo electoral: generar una oferta adicional de dólares que permita estabilizar el tipo de cambio hasta los comicios.

El analista remarcó que la medida no es comparable con los anteriores esquemas de "dólar soja", que incluían financiamiento del Tesoro y emisión monetaria para mejorar el ingreso del productor. En este caso, el alivio surge del costo fiscal que implica resignar retenciones, con el riesgo de que se erosione el superávit primario en un momento donde el discurso oficial insiste en que "no hay plata" para otras áreas sensibles del gasto público.

Según este enfoque, el esquema se asemeja más a una política de "populismo cambiario": se resignan recursos fiscales con el único fin de sostener un tipo de cambio que, en la práctica, se encuentra desalineado del equilibrio de mercado. El interrogante central es si el productor estará dispuesto a liquidar divisas o, en caso contrario, buscará recomprar dólares en los circuitos financieros, lo que podría licuar el impacto inicial.

Machado planteó en su cuenta de X que, aunque en principio la relación entre pesos y dólares debería mejorar y empujar hacia abajo al tipo de cambio, el problema aparece cuando la suma de medidas improvisadas termina desanclando expectativas y forzando una mayor dolarización del resto de los agentes económicos.

Impacto en el BCRA y en los precios internos

Desde otra óptica, el analista financiero Christian Buteler subrayó que la suspensión de retenciones efectivamente aumenta la oferta de divisas en el mercado, lo que da un margen de maniobra al Banco Central para sostener el techo de la banda cambiaria.

Sin embargo, advirtió en su cuenta de X que esta decisión tiene consecuencias fiscales inmediatas: menos ingresos para el Estado en concepto de derechos de exportación. A eso se suma un efecto sobre los precios internos de los productos alcanzados, ya que la quita de retenciones genera un traslado directo a la cotización local de granos y alimentos, que podrían encarecerse en los próximos meses.

Otro punto clave es la dinámica temporal. El incentivo a liquidar se concentra en este tramo previo a las elecciones, pero implicará una menor disponibilidad de divisas más adelante. Es decir, el alivio de hoy podría transformarse en mayor presión sobre las reservas y el dólar oficial en la etapa posterior a los comicios.

De este modo, el análisis de Buteler resalta que el esquema tiene un doble filo: si bien en el corto plazo colabora con la estabilidad del mercado, a mediano plazo puede debilitar las cuentas fiscales y agravar los desequilibrios en la etapa siguiente.

Escenarios fiscales y cambiarios futuros

El director ejecutivo de Equilibra, Martín Rapetti, también marcó la naturaleza transitoria del anuncio. Según su visión, la consecuencia inmediata será una mayor oferta de dólares que aliviará al Banco Central y permitirá contener la cotización oficial en lo que resta de la campaña electoral.

Pero ese mismo fenómeno se revertirá después de las elecciones. La liquidación adelantada dejará un vacío de divisas en los meses posteriores, con lo cual la probabilidad de un ajuste del tipo de cambio será mayor. A esto se suma el costo fiscal: la menor recaudación de retenciones impactará en 2025, generando un déficit más amplio o forzando un recorte adicional del gasto público.

Rapetti también advirtió en su cuenta de X que los productos que quedan sin retenciones tendrán un precio más alto en pesos, lo que podría acelerar la inflación en el corto plazo. Esto abre un dilema para la política económica: se gana tiempo en el frente cambiario, pero se agregan riesgos en materia de precios internos y sostenibilidad fiscal.

En resumen, para este enfoque, la medida opera como un "puente" hacia las elecciones, pero no resuelve la tensión de fondo y genera un conjunto de nuevos problemas para el mediano plazo.

Perspectivas

Más allá de los matices, los economistas coinciden en que la suspensión de retenciones genera un alivio inmediato, pero con riesgos diferidos. En el corto plazo, el ingreso de divisas dará aire al Banco Central y reforzará la estrategia oficial de sostener el tipo de cambio cerca del techo de la banda. La noticia del respaldo de Estados Unidos amplificó ese efecto, al aportar confianza en que habrá apoyo internacional para sostener las reservas.

No obstante, la contracara aparece en la dinámica futura. Si la liquidación se concentra en pocas semanas, la oferta de dólares podría escasear después, lo que reabriría la presión sobre el tipo de cambio y sobre las reservas. Además, la pérdida de recaudación fiscal limita el margen de maniobra de la administración para sostener otras partidas de gasto.

Los analistas señalan que este tipo de decisiones responden más a necesidades coyunturales que a un plan consistente de largo plazo. El riesgo es que, al multiplicarse medidas improvisadas, las expectativas del mercado terminen aún más desancladas y la dolarización de carteras se acelere.

En este marco, la atención de los inversores se concentra también en la reunión prevista en Nueva York entre el presidente argentino y autoridades estadounidenses, donde podrían definirse detalles de una asistencia financiera concreta. El desenlace de ese encuentro marcará si la estabilización actual se consolida o si vuelve la presión sobre el dólar.

¿Alivio con fecha de vencimiento?

La caída del dólar se explica por dos factores puntuales: el shock de oferta derivado de las retenciones cero y el apoyo explícito de Estados Unidos. Ambas noticias mejoraron el humor del mercado y frenaron la escalada cambiaria que preocupaba al Gobierno y a los inversores.

Sin embargo, la medida local tiene fecha de vencimiento y un costo fiscal elevado, mientras que la ayuda externa aún debe materializarse en instrumentos concretos. Por eso, los analistas coinciden en que el respiro es real, pero temporal. La pregunta central es qué ocurrirá después de las elecciones, cuando el colchón de divisas se agote y los compromisos fiscales vuelvan al centro de la escena.

En definitiva, la Argentina consiguió ganar tiempo. El dólar retrocedió, las reservas obtuvieron un alivio y el frente político sumó una bocanada de aire. Pero la sostenibilidad del esquema dependerá de si, en paralelo, se avanza en medidas que apunten a corregir los desequilibrios estructurales y no solo a administrar la coyuntura.

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