DECLARACIONES

Economista amigo de Milei reveló por qué el dólar no bajó tanto tras las elecciones

El reconocido economista, amigo del presidente Javier Milei, detalló los motivos por los que cree que el dólar no bajo, pese al triunfo del oficialismo
Por iProfesional
FINANZAS - 31 de Octubre, 2025

La Argentina exhibe las mejores métricas macroeconómicas de Latinoamérica, pero su alto riesgo país, que prácticamente duplica el promedio regional, se explica únicamente por su historial de defaults, sostuvo este jueves por la noche el economista Ricardo Arriazu, una de las voces más influyentes para el Gobierno de Javier Milei.

En este contexto, mantener el actual esquema cambiario y vencer la expectativa de una devaluación post-electoral será fundamental para consolidar la confianza de los mercados.

Ricardo Arriazu explicó lo que sucedió con el dólar, tras las elecciones

Según Arriazu, el dólar no bajó tanto como se esperaba tras el contundente triunfo de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas del 26 de octubre porque "todo el mundo está diciendo que este es el momento para aprovechar, para cambiar el sistema y devaluar".

La resistencia del tipo de cambio a retroceder, a pesar de la mejora del riesgo país —que cayó de 1.100 a unos 650 puntos— y del aumento de las acciones, se debe a que muchos agentes del mercado anticipan una suba del dólar y prefieren mantener sus posiciones en moneda extranjera.

La importancia del riesgo país bajo

Este viernes, el dólar mayorista oficial abrió a ARS$1.438, apenas 4% por debajo del techo de intervención del Banco Central (BCRA). Arriazu hizo estas declaraciones durante el lanzamiento de Lantia Capital, un multi-family office con sede en Buenos Aires fundado por Bautista Vassolo y Laura Fernícola. En su presentación, el titular de Arriazu Macroanalistas fue tajante: "Es fundamental que caiga y que el que especuló en contra pierda, de tal manera que la próxima vez piense antes de especular".

Para el economista, Argentina necesita un cambio estructural en el comportamiento del mercado. El desafío, dijo, es romper la inercia de quienes compran dólares automáticamente "por las dudas", anticipando devaluaciones que terminan autogenerándose. Si el Gobierno logra que quienes apostaron contra el peso pierdan dinero esta vez, enviará una señal contundente: especular contra la moneda local tiene costos. Solo así, argumentó, se puede quebrar el círculo vicioso de las crisis cambiarias.

Sin embargo, Arriazu también cuestionó errores del equipo económico. Mencionó, entre ellos, la compra de US$1.500 millones en junio, en un período de alta demanda estacional de dólares, y el cambio del esquema monetario en julio, que liberó ARS$10 billones y derrumbó la tasa de interés. "¿Qué pasa cuando el dólar está subiendo y la tasa de interés bajando?", preguntó retóricamente.

Aun con esos tropiezos, Arriazu proyectó que el riesgo país caerá por debajo de 500 puntos, lo que permitiría al Gobierno volver al mercado de capitales. "Hay unos cuantos que están acá tomando nota", dijo, aludiendo a los inversores presentes. De cara al próximo año, anticipó un clima económico más favorable y aseguró que, si el mercado cambiario se estabiliza, "claramente la economía se expande".

El economista estimó que las exportaciones podrían duplicarse, impulsadas por el sector energético. Según sus proyecciones, ese sector pasará de un déficit de US$5.000 millones en 2022 a un superávit cercano a US$40.000 millones en 2030, gracias a las inversiones en Vaca Muerta, los gasoductos, las plantas de GNL y los proyectos mineros bajo el RIGI.

Aun así, advirtió que el éxito no está garantizado. "Argentina es el país de las oportunidades perdidas. Siempre las tuvimos y las dejamos pasar por falta de sentido común. Ahora tenemos una oportunidad aún mayor. Pero si no la aprovechamos...", dijo, dejando la frase inconclusa, en alusión a los riesgos latentes.

Riesgo país duplica al de la región por historial de defaults

Durante su exposición, Arriazu enfatizó que Argentina tiene "por lejos" los mejores indicadores macroeconómicos de la región, pero arrastra un problema de credibilidad. "Argentina defaulteó nueve veces su deuda, una vez cantando el himno nacional, y hay gente diciendo que hay que defaultear de vuelta. Mientras no dejemos de ser estafadores, vamos a tener la duda", sentenció.

Esa desconfianza explica que el riesgo país argentino sea tres veces mayor que el promedio regional y diez veces el de Uruguay, pese a que Argentina posee "números macro mucho mejores". "Nadie confía en que vayamos a pagar", afirmó, a pesar de que el país tiene "una de las deudas más bajas del mundo".

De acuerdo con sus cálculos, la deuda total equivale al 62% del PBI, pero si se excluye la del sector público intraestatal, queda en 40%, y si además se resta la de organismos internacionales, se reduce a 19% del PBI. "Una de las deudas más bajas del mundo", reiteró. "¿Por qué dudan de que podamos pagar? Porque no fueron estafadores. Entonces, a la Argentina le dicen: ‘show me the money’".

Años sin crecimiento por crisis cambiarias

Arriazu recordó que desde los años 80, Argentina acumuló 20 años de crecimiento negativo, todos vinculados a crisis de balanza de pagos, cuando la gente retira capitales y compra dólares. "Solo eliminando los años negativos, Argentina duplica su tasa de crecimiento", subrayó.

Reconoció que el Gobierno enfrenta la pulseada cambiaria "con el agua hasta acá", pero que vale la pena intentarlo. "Si no gana esta pulseada, habrá una corrida el año que viene, otra el siguiente… estarán presionando permanentemente", advirtió. Sin embargo, celebró que "en el medio llegó la caballería", en referencia al swap con Estados Unidos, que cambió radicalmente el escenario.

Swap de u$s20.000 millones versus u$s2.100 millones del Tequila

El apoyo estadounidense, explicó, fue determinante. A diferencia del swap con China, "contable" y de uso restringido, el acuerdo con EE.UU. permite disponer libremente de los dólares: "Si quiere pagar deuda, los usa para pagar deuda. Si quiere intervenir en el mercado cambiario, también puede. Además, Estados Unidos interviene directamente en los mercados", detalló.

El economista comparó este respaldo con el paquete de ayuda de US$1.000 millones recibido en 1995 tras la crisis del Tequila, que hoy equivaldría a US$2.100 millones. "Esta vez me dieron US$20.000 millones", destacó, subrayando que el anuncio fue inmediato, a diferencia de 1995, cuando entre el anuncio y la ejecución se perdieron US$5.000 millones en reservas.

Arriazu, contundente sobre las bandas cambiarias: la actividad económica se frenó

Arriazu volvió a criticar el esquema de bandas cambiarias implementado tras el acuerdo con el FMI en abril. Se definió como "enemigo total de las bandas" y recordó que ya había advertido sobre sus riesgos meses antes.

Previo al acuerdo, había planteado cuatro escenarios posibles, entre ellos reducir el ritmo de devaluación al 0,5% mensual, que consideraba el más favorable. También mencionaba mantener el crawling peg al 1% y descartaba una devaluación abrupta. En cambio, la flotación con bandas cambiarias, que finalmente se adoptó, fue para él "una mala elección". "Mientras el dólar sea unidad de cuenta, no se puede flotar, porque cualquier movimiento genera un problema", explicó.

Y los datos, señaló, le dieron la razón: "Entre noviembre y febrero, el riesgo país cayó de 2.300 a 600, la economía creció 11%, se compraron US$25.000 millones de reservas y la inflación cayó como un plomo". En cambio, desde la implementación de las bandas "no compraron un dólar, la actividad se paralizó, el riesgo país subió y la inflación, en el mejor de los casos, llega al 28%". "Que alguien me explique dónde está la ventaja, porque yo no la puedo entender", ironizó.

El economista recordó que Argentina es un país bimonetario, donde el peso se usa solo para pequeñas transacciones, impuestos y salarios, mientras "todo lo demás se hace en dólares". Por eso, afirmó: "Me defino como el gallego de contramano, porque voy en contra de todos mis colegas en este tema".

Argentina es el segundo país con mayor devaluación acumulada, detrás del Congo

Arriazu dedicó un tramo de su exposición a refutar el pedido de una nueva devaluación. "Argentina es el segundo país del mundo con mayor devaluación acumulada. El primero es el Congo. Alguno de los dos somos una maravilla económica", ironizó. "Devaluar no cambia nada", recalcó.

Para explicarlo, usó una metáfora: "Es como el petiso que mide 1,50 y pide que le devalúen el metro. Entonces va a medir 3 metros porque el que medía 2, mide 4. Tendría que haber pedido una hormona de crecimiento". En la economía, añadió, "la hormona de crecimiento es bajarme el costo argentino, bajarme todas las cosas que me hacen no competitivo".

El economista mostró datos que confirman que cada devaluación hunde la actividad económica, derriba importaciones pero no mejora exportaciones. "Una devaluación es un impuesto. ¿Qué le hace al valor de los pesos que ustedes tienen? Los baja. Ustedes tienen menos plata, gastan menos", explicó. Añadió que analizó 180 países y obtuvo "exactamente el mismo resultado".

Otro de los factores que presionan el mercado es la compra masiva de dólares por parte del público. Arriazu detalló que en abril se adquirieron US$2.000 millones, en mayo más de US$3.000 millones, en junio más de US$4.000 millones, en julio más de US$5.000 millones, y proyectó que septiembre superará esa cifra. "La gente para comprar dólares necesita pesos. Si no emito pesos, cae la cantidad de dinero en la economía y la tasa de interés se dispara", explicó.

Aun así, se mostró optimista: "Si todo se mantiene calmo, esto se da vuelta. Y cuando se dé vuelta, se acabó. Todo lo que hemos estado sufriendo se revierte". "Así como fue instantánea la caída, será instantánea la suba", pronosticó.

Antes de los comicios, Arriazu sostenía que Milei debía alcanzar al menos un tercio en alguna de las cámaras para no quedar "como un pato rengo". El resultado superó las expectativas: "Consiguió el tercio en las dos cámaras, no consiguió mayoría —por suerte—, pero ahora está obligado a negociar", señaló.

También destacó el cambio de estilo político del Gobierno. "Milei con traje, sin gritos ni insultos. Hoy está reunido con los gobernadores. Es un cambio de política", concluyó.

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