Alerta roja en la City: con el dólar cerca del techo de la banda, expertos anticipan qué pasará con su precio
El dólar oficial opera este miércoles 3 de diciembre a $1.480, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negocia a $1.455. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vende $1.518 (-0,30%), y el MEP se ubica a $1.472 (-0,3%). Por último, en el segmento informal, el blue se negocia, a $1.440.
Alerta Roja en el Mercado: ¿por qué los grandes inversores están soltando los dólares?
La plaza financiera argentina atraviesa por estas horas una metamorfosis profunda y casi palpable. Las viejas certezas sobre la inestabilidad nominal crónica y la carrera alcista imparable de la moneda extranjera comenzaron a desdibujarse frente a una nueva realidad macroeconómica que sorprendió a propios y extraños en la City porteña. En los escritorios de las principales mesas de dinero, la ansiedad por la cobertura inmediata dio paso a un análisis mucho más sofisticado y estructural. Ya no se trató únicamente de mirar la cotización minuto a minuto en las pantallas, sino de comprender un cambio de régimen económico que reconfiguró la psicología del inversor local e internacional de manera drástica.
El mercado leyó señales contundentes durante las últimas jornadas. Estas provinieron tanto de la gestión técnica de los pasivos monetarios del Banco Central como de las proyecciones fiscales de mediano plazo del Ministerio de Economía. Se creó así un escenario inédito donde la volatilidad cedió terreno ante una tendencia de estabilización que muy pocos se atrevieron a pronosticar hace apenas unos trimestres atrás. La narrativa del caos financiero, tan habitual en la historia argentina reciente, fue reemplazada silenciosamente por una expectativa de orden y previsibilidad que alteró las estrategias de inversión de corto y largo plazo.
Diciembre, habitualmente un mes cargado de tensiones, especulaciones de fin de año y corridas cambiarias, se presentó en esta oportunidad como un punto de inflexión estratégico a favor del gobierno. La estacionalidad, lejos de jugar en contra como en años anteriores, se alineó con los objetivos de saneamiento del balance del sector público. Esto ofreció una ventana de oportunidad única para consolidar reservas sin forzar el tipo de cambio al alza. La liquidez del sistema y la demanda genuina de dinero transaccional configuraron un "veranito" financiero que trascendió lo climático y enfrió las expectativas de devaluación.
Los operadores bursátiles, acostumbrados históricamente a cubrirse ante la incertidumbre de diciembre, observaron cómo las variables se alinearon para favorecer una apreciación de los activos locales. Desafiaron así la lógica histórica de que el fin de año siempre trae consigo presiones sobre el dólar. Este cambio de clima no fue casualidad, sino el resultado de movimientos tácticos que dieron sus frutos. La pregunta en el mercado dejó de ser hasta dónde puede subir el dólar en el corto plazo, para pasar a ser cuál es el piso estructural que la economía puede sostener en este nuevo contexto de abundancia incipiente.
El desarme de los futuros y las reservas
Al poner la lupa sobre los movimientos técnicos que definieron el cierre del mes pasado, desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) señalaron que el Banco Central ejecutó una maniobra decisiva en el mercado de futuros. La entidad actuó confirmando las expectativas de los operadores más atentos y prácticamente no dio roll over a la primera posición.
El interés abierto del contrato de noviembre se desplomó y cayó en casi 1.400 millones de dólares. Esta acción evidenció una retirada estratégica de la autoridad monetaria de la parte corta de la curva de futuros, dejando de convalidar tasas implícitas de devaluación.
Si se asume que el organismo concentraba gran parte del interés abierto, sus analistas apuntaron que la posición short (vendida) del BCRA se redujo drásticamente en el último mes. Estimaron que la exposición pasó de más de 6.000 millones negativos en octubre a niveles inferiores a los 4.800 millones en noviembre.
Esta descompresión en el mercado de futuros tuvo un correlato inmediato y palpable en la demanda de cobertura del sector privado. Los expertos de la sociedad de bolsa explicaron que la necesidad de "seguros de cambio", que había escalado a cifras récord antes de las elecciones, retrocedió significativamente tras el vencimiento de títulos.
La verdad detrás de las reservas brutas
Paralelamente, al analizar el salto en las reservas brutas del último miércoles de noviembre, los especialistas del bróker detallaron que el incremento de más de 700 millones de dólares no respondió a compras genuinas de divisas por parte de la entidad.
La explicación principal fue un aumento en los encajes de depósitos en dólares. Esto sugirió que se encajó la totalidad de la colocación de deuda de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), inflando la estadística de reservas brutas por una vía puramente financiera.
Mientras el mercado digirió los datos técnicos, la mirada a largo plazo ofreció una perspectiva contundente sobre el valor de la moneda. El economista Alfredo Romano señaló que, al analizar la historia reciente de Argentina bajo administraciones no peronistas, existió una tendencia sistemática a la apreciación del peso.
Cabe destacar que el experto realizó este análisis detallado a través de su cuenta personal en la red social X (Twitter). Esta dinámica histórica sirvió como marco de referencia sobre el cual se asentó su proyección actual para el tipo de cambio.
Fundamentos del "Peso Fuerte"
Para el especialista, el signaling o señalización que emitió el BCRA fue inequívoca respecto al valor de la divisa. La entidad consideró, según su lectura, que el tipo de cambio actual se encontraba en niveles depreciados y no atrasados.
Romano apuntó en su publicación que esta visión oficial no se limitó a la coyuntura de los próximos tres meses, sino que miró más allá. Se fundamentó en los drivers económicos de los próximos 12 a 24 meses, donde la tendencia identificada fue la de un peso fuerte.
Los fundamentos macroeconómicos fueron, en la visión de Romano Group, el cimiento más robusto de este escenario de Tipo de Cambio Real bajo. El experto precisó que la combinación de un superávit fiscal sistemático y un superávit comercial alto generó una presión inevitable hacia la apreciación.
Romano explicó en la red social que, mientras el fisco continúe absorbiendo pesos y la economía real reciba dólares de manera constante, hay poco margen para discutir una depreciación. Salvo la aparición de un shock externo violento, la moneda local tiende naturalmente a fortalecerse.
La estrategia de Diciembre y el Tesoro
Volviendo a la táctica de corto plazo, el último mes del año presentó condiciones únicas que el gobierno supo leer. Desde PPI señalaron que diciembre se caracterizó históricamente por un fuerte aumento estacional en la demanda de dinero por parte del público.
A modo de ejemplo, recordaron que el M2 privado transaccional solió subir más del 8% real en este período. En este contexto de alta necesidad de pesos por aguinaldos y vacaciones, sus analistas apuntaron que no descartaron un movimiento audaz del Tesoro.
Plantearon la posibilidad de que el gobierno aprovechara el momentum para salir a comprar reservas directamente en el Mercado Libre de Cambios (MLC). Esta dinámica implicó un cambio de estrategia respecto a meses anteriores, donde el Tesoro fue vendedor neto.
Los expertos de la sociedad de bolsa explicaron que diciembre no presentó obligaciones relevantes de deuda para el Tesoro. Se calcularon menos de 300 millones de dólares en vencimientos, lo que acotó significativamente la necesidad de recurrir al Banco Central.
Flujos de capitales y el futuro de la divisa
Para PPI, esta conjunción de factores permitió que el gobierno gestionara el mercado cambiario con mayor holgura. Utilizaron la estacionalidad a su favor para evitar un deterioro de las reservas netas y consolidar la estabilidad.
Mirando hacia el horizonte de mediano plazo, la entrada de capitales prometió ser el factor decisivo. Alfredo Romano señaló que la Cuenta Capital fue un "territorio prácticamente desconocido" para la Argentina de las últimas dos décadas, tras perder cuota de Inversión Extranjera Directa.
Sin embargo, el shock de confianza político y económico cambió el panorama. El experto precisó en su análisis en X que las reformas estructurales alimentaron las chances de que ingresaran dólares masivamente por este canal financiero.
A esto se sumó la capacidad de volver a los mercados internacionales. Romano explicó que el gobierno volverá a rollear compromisos de deuda en el exterior a partir del primer trimestre de 2026, generando una oferta abundante de divisas junto a los portfolios financieros.
El debate de la banda inferior
El escenario se completó con la geopolítica y la desregulación económica interna. Para el especialista, un potencial acuerdo comercial profundo con Estados Unidos y un Estado más eficiente fortalecerán la economía doméstica frente a sus pares regionales.
Esto atraerá inversiones directas a la economía real de manera sostenida. Romano apuntó que cuando el presidente Milei habló de que "sobrarán dólares", se refirió precisamente a estos fundamentos sólidos que comienzan a verse.
La conclusión del economista en su hilo de redes sociales fue tajante y definitiva. Con tantos factores alineados, aseguró que la discusión de los próximos tiempos cambiará de foco radicalmente.
No será sobre el techo del dólar ni sobre corridas cambiarias. El debate que se viene será sobre la banda inferior de la divisa, confirmando el escenario de apreciación.