Arde la guerra entre billeteras virtuales y los bancos: "Defienden un negocio cautivo"
La Cámara Argentina de Fintech (CAF), que nuclea a las principales billeteras digitales del país, emitió una respuesta contundente frente al documento difundido por Adeba, ABA y Abappra, donde las asociaciones bancarias cuestionaron que la reforma laboral permita el pago de salarios y jubilaciones mediante plataformas digitales, lo que consideran un avance sobre la exclusividad que ostenta el sistema bancario tradicional.
Desde el sector fintech, el planteo es claro: la discusión no es técnica, sino comercial. Según expresaron, "lo que está en juego es la libertad de millones de personas".
Las fintechs aseguran que los bancos solo defienden sus privilegios
De acuerdo con la CAF, limitar la posibilidad de elección de los usuarios no implica protección alguna, sino que mantiene un privilegio vigente desde hace más de tres décadas. El mensaje se conoció tras el pronunciamiento conjunto que el martes realizaron los bancos privados nacionales, los de capital extranjero y los oficiales de provincia respecto del flujo de salarios y jubilaciones.
La CAF salió así a rechazar los argumentos de estas entidades. En sus palabras, "restringir esa elección no protege a nadie: solo preserva un privilegio para unos pocos que existe desde hace más de 30 años", en alusión al esquema implementado en los años ‘90 para el pago exclusivo de salarios y jubilaciones. Para las billeteras digitales, garantizar la libertad de elección no debilita al sistema financiero, sino que lo fortalece, lo moderniza y lo vuelve más equitativo.
Seguridad y regulación: la postura de las billeteras
Uno de los puntos donde los bancos intentaron apoyarse fue el de la seguridad. Frente a esto, la CAF sostuvo que "las billeteras son seguras y están reguladas". Señaló que los PSP —proveedores de servicios de pago— están supervisados y auditados por el Banco Central, y que el dinero de los usuarios permanece íntegramente depositado en cuentas bancarias, separado del patrimonio de las compañías.
Además, remarcaron una diferencia clave: las billeteras no pueden realizar intermediación financiera, lo que evita que tomen riesgos con los depósitos. En esa línea, destacaron que "nunca hubo un caso en el que un PSP regulado no devolviera fondos a sus usuarios".
La preferencia del usuario y el crédito como eje del debate
Las fintech subrayaron que existen más de 40 millones de cuentas de billeteras virtuales con saldo, muchas de las cuales generan rendimientos diarios, a diferencia de las cuentas sueldo bancarias tradicionales. Esto las llevó a plantear una pregunta directa: si millones de personas ya transfieren su sueldo a una billetera apenas lo cobran, por qué impedirles usar ese medio desde el inicio.
Otra de las advertencias del sector bancario fue la posible reducción del crédito si los salarios migran a las billeteras. Desde la CAF respondieron que "no restan crédito; impulsan inclusión financiera real", ya que más de seis millones de personas acceden hoy a créditos fintech, muchas de ellas por primera vez.
La Cámara insistió en que la seguridad "está plenamente garantizada", y acusó a los bancos de sostener argumentos que no reflejan la realidad del sistema de pagos, recordando que los fondos de los usuarios siguen depositados en bancos, por lo que cambian los canales, pero no el destino del dinero.
En su documento, los bancos hablaron del crecimiento global de los fondos administrados por fuera del sistema formal. La CAF rechazó esa interpretación y aseguró que "no existe banca en las sombras: todo está en el sistema financiero formal". Para el sector, los usuarios ya demostraron su preferencia. "Si millones usan billeteras apenas cobran, ¿por qué impedirles elegir desde el inicio?", reiteraron.
En su cierre, las fintech remarcaron que "lo que está en juego es la libertad", al considerar que trabajadores y jubilados deberían poder definir dónde les conviene más operar, dónde obtienen mayor rendimiento y dónde se sienten mejor atendidos. Y concluyeron: "Restringir esa elección no protege a nadie: solo preserva un privilegio para unos pocos que existe desde hace más de 30 años".