• 21/12/2025
ALERTA

Acciones energéticas prometen ser las estrellas del 2026 con nuevo dólar, menor riesgo país y boom de Vaca Muerta

El cambio en el régimen cambiario mejora la ecuación de Vaca Muerta, potencia exportaciones y vuelve a poner a las acciones energéticas entre las favoritas
21/12/2025 - 18:12hs
vaca muerta dólar

Vaca Muerta sigue creciendo en producción, gana peso exportador y consolida jugadores dominantes, pero ahora ese proceso empieza a apoyarse en un cambio macroeconómico de fondo que altera los incentivos y mejora la visibilidad de largo plazo. La decisión del Gobierno de modificar el esquema cambiario y abandonar el deslizamiento fijo del 1% mensual para pasar a bandas ajustadas por inflación redefine el marco en el que operan las compañías del sector oil & gas y vuelve a poner a las acciones energéticas en el radar de los inversores.

El nuevo esquema apunta a evitar el atraso cambiario, permitir una mayor acumulación de reservas y reducir la presión sobre el Banco Central.

Acciones energéticas, estrellas en 2026

En los hechos, el dólar deja de funcionar como ancla nominal para el resto de los precios y empieza a moverse en línea con la inflación.

Este giro, largamente reclamado por el mercado y por el FMI, mejora las expectativas macro para 2026 y tiene un impacto directo sobre el riesgo país, el financiamiento y la valuación de los activos argentinos.

En ese contexto, el sector energético aparece como uno de los principales beneficiados. No solo porque exporta y factura en dólares, sino porque combina escala, inversiones de largo plazo y una mejora estructural en costos que lo vuelve competitivo, incluso con un Brent más bajo que el de años anteriores.

Vaca Muerta produce más, aun con precios internacionales más exigentes

Los datos más recientes de un informe de Allaria confirman que Vaca Muerta ya entró en una etapa distinta. En octubre, la producción de crudo en Argentina alcanzó casi 860.000 barriles diarios, con un crecimiento interanual del 13%. El shale explica la mayor parte de ese avance y consolida a la formación neuquina como el verdadero motor energético del país.

Este crecimiento se da en un contexto internacional menos favorable. El Brent promedió u$s63,6 en noviembre y llegó a operar por debajo de u$s60 en diciembre, el nivel más bajo del año. Para el cuarto trimestre de 2025, el consenso ya trabaja con precios en torno a u$s63, muy lejos de los u$s74 del mismo período de 2024.

Lejos de frenar la actividad, este escenario aceleró un proceso de selección natural entre operadores. En el nuevo ciclo ganan terreno las compañías con mayor productividad por pozo, menores costos de extracción, capacidad de exportar y acceso al mercado de capitales.

El resultado es un mapa energético más concentrado, donde algunos jugadores empiezan a despegar claramente del resto.

YPF, el ancla del sistema energético

YPF sigue siendo el pilar central del desarrollo de Vaca Muerta. En noviembre alcanzó un récord de más de 200.000 barriles diarios de shale oil, lo que implica un salto del 82% respecto de 2023. La clave está en la organización de sus activos en hubs productivos y, especialmente, en el desempeño del Core Hub, donde se concentran los bloques de mayor productividad.

Entre ellos se destacan Loma Campana, La Amarga Chica, Bandurria Sur y Aguada del Chañar. Pero el caso que mejor sintetiza el nuevo perfil de YPF es La Angostura Sur. En menos de un año alcanzó casi 30.000 barriles diarios y apunta a un plateau superior a 80.000 barriles. El dato más relevante para el mercado es el costo: break even por debajo de u$s40 y lifting cost cercano a u$s5 por barril.

Con precios realizados en torno a u$s60, La Angostura Sur aporta alrededor de u$s500 millones anuales de EBITDA, incluso en un escenario internacional menos favorable. Este tipo de números explican por qué YPF puede sostener el crecimiento aun con un Brent más bajo.

A esto se suma una estrategia clara de manejo activo del portafolio. La venta del 50% de Profertil por u$s635 millones, junto con los procesos en marcha para desprenderse de activos no estratégicos como Manantiales Behr o Metrogas, refuerzan la idea de una YPF más enfocada, con mayor disciplina de capital y una apuesta decidida por el shale.

En un contexto de dólar más flexible, menor riesgo país y acceso más barato al financiamiento, la acción vuelve a posicionarse como una referencia obligada dentro del panel líder.

Vista, el crecimiento puro del shale argentino

Si YPF es el ancla, Vista aparece como la historia de crecimiento más nítida del sector. La compañía fundada por Miguel Galuccio ya produce cerca de 80.000 barriles diarios y presentó un plan agresivo para los próximos años.

Entre 2026 y 2028 prevé perforar más de 80 pozos por año, con un capex anual de entre u$s1.500 millones y u$s1.600 millones. Ese plan permitiría llevar la producción a 180.000 barriles equivalentes diarios, con un perfil marcadamente exportador, ya que cerca del 75% del volumen se destinaría al exterior.

Uno de los puntos que más valora el mercado es la robustez del modelo. Vista sostiene que su plan no se altera mientras el Brent se mantenga en torno a u$s60 y destaca una productividad por pozo superior al promedio de Vaca Muerta e incluso comparable con la Cuenca Pérmica de Estados Unidos.

A largo plazo, el objetivo es superar los 200.000 barriles equivalentes diarios hacia 2030, con un EBITDA proyectado de u$s3.400 millones y un flujo de caja libre de u$s1.500 millones. En un escenario donde el tipo de cambio acompaña a la inflación y baja el costo de financiamiento, Vista aparece como uno de los grandes ganadores del nuevo ciclo energético.

Pampa Energía y el valor de la diversificación

Pampa Energía también gana protagonismo en este nuevo mapa. Si bien su perfil es más diversificado —combina gas, electricidad y petróleo—, en Vaca Muerta logró un crecimiento relevante en producción de crudo durante 2025.

Esa diversificación le aporta una menor volatilidad relativa frente a los vaivenes del precio internacional del petróleo y le permite capturar beneficios tanto del crecimiento del shale como del desarrollo del gas y la infraestructura energética. En un contexto de menor riesgo país y financiamiento más accesible, el mercado empieza a revalorizar ese perfil balanceado.

Exportaciones, Chile y un piso de demanda

Un factor clave del nuevo ciclo es la consolidación del frente exportador. El acuerdo de largo plazo con la estatal chilena ENAP, que involucra a YPF, Vista, Shell y Equinor, garantiza exportaciones por hasta 70.000 barriles diarios hasta 2033.

El oleoducto trasandino (OTASA), con capacidad técnica para 100.000 barriles diarios, volvió a ser una pieza estratégica y consolida a Argentina como proveedor regional confiable. Este esquema le pone un piso a los volúmenes exportados, reduce la dependencia del mercado interno y aporta previsibilidad en un contexto de precios internacionales más ajustados.

El nuevo régimen cambiario y su impacto en energía

El cambio en el esquema de bandas cambiarias termina de cerrar el círculo. Un dólar que acompaña a la inflación mejora la ecuación de las empresas exportadoras, que dejan de ver sus ingresos en pesos pisados mientras los costos suben.

En el caso del oil & gas, este punto es clave. Las compañías venden crudo y gas en dólares, pero gran parte de sus costos —salarios, servicios, logística— están en pesos. Con un tipo de cambio que se ajusta por inflación, los márgenes se vuelven más previsibles y se reduce el riesgo de licuación de rentabilidad.

Además, la expectativa de acumulación de reservas y baja del riesgo país impacta directamente en el costo de financiamiento. Esto favorece tanto a los bonos como a las acciones, ya que mejora los balances, reduce el gasto por intereses y habilita nuevas inversiones sin depender exclusivamente del mercado local.

Un sector que vuelve a liderar el mercado

Las primeras reacciones del mercado ya reflejan este cambio de clima. Subieron las acciones, avanzaron los bonos y volvió a aparecer apetito por activos argentinos. Dentro de ese universo, el sector energético aparece como uno de los mejor posicionados para capitalizar el nuevo escenario.

Vaca Muerta dejó de ser solo una promesa de largo plazo. Hoy es un negocio en expansión, con volúmenes récord, costos competitivos, exportaciones crecientes y un marco macro que empieza a ordenarse. En ese contexto, algunas acciones energéticas empiezan a sacar ventaja clara.

Recap final

Con todo esto, las acciones energéticas recomendadas en este nuevo ciclo se reducen principalmente en:

  • YPF: liderazgo absoluto en Vaca Muerta, escala, costos bajos y estrategia de foco en shale.
  • Vista: la historia de crecimiento más pura, fuerte perfil exportador y alto potencial de largo plazo.
  • Pampa Energía: perfil diversificado, crecimiento en shale y menor volatilidad relativa.
  • TGS: beneficiada por el crecimiento del gas, las exportaciones y la normalización macro.

Con un dólar más flexible, menor riesgo país y una Vaca Muerta que sigue acelerando, el sector energético vuelve a posicionarse como uno de los grandes protagonistas del mercado argentino.