La acción de esta empresa argentina se vio afectada por la caída del consumo: qué recomienda la City
Los números del tercer trimestre reflejan con claridad la compleja dinámica que atraviesa Molinos. La pérdida del período ascendió a $16.800 millones, muy superior al rojo de $4.400 millones del mismo tramo del año pasado.
Según Allaria, lo que explica el salto no es un deterioro severo en la operación, sino la fuerte presión financiera que anuló la mejora de los márgenes. El resultado financiero mostró una pérdida de $21.900 millones, cerca de seis veces más que un año atrás. El componente más pesado fueron las diferencias de cambio negativas, que alcanzaron $22.400 millones, reflejando una estructura expuesta a movimientos en el tipo de cambio.
Por el lado del negocio principal, la situación tampoco dio señales de estabilidad. Las ventas netas retrocedieron 26% interanual, hasta $233.100 millones, arrastradas por un desplome del 29% en las toneladas vendidas, compensado parcialmente por un incremento del 4% en los precios promedio. Allaria esperaba ventas por $312.100 millones, por lo que el desvío se explica por un volumen significativamente menor al proyectado.
Un margen que mejora, pero que sigue lejos
Uno de los pocos datos favorables del trimestre fue la recuperación del margen EBITDA, que pasó de un valor negativo del año anterior a 2,4%. El EBITDA alcanzó $5.600 millones, contrastando con el resultado negativo del mismo período del año previo. Sin embargo, la mejora quedó lejos de lo que estimaba Allaria, que esperaba un EBITDA de $16.600 millones y un margen del 5,3%.
El incremento del margen bruto hasta 25,8% (desde 20,6%) dio un respiro, y se explicó por un aumento moderado en el costo promedio por tonelada (0,3%) frente a una suba del precio de venta (4,4%). Aun así, la estructura total no alcanza para sostener una operación rentable cuando el volumen cae con tal magnitud.
Allaria proyecta que recién entre 2026 y 2032 la compañía podría estabilizar un margen EBITDA promedio del 9,7%, bastante por encima del presente, aunque todavía por debajo del pico excepcional de 2023 (11,6%).
En otras palabras, la recuperación operativa será lenta, escalonada y dependiente de un rebote real del consumo.
Caída del consumo y menor stockeo
Durante los primeros nueve meses del año, Molinos acumuló una contracción de volúmenes superior al 9%, resultado del retroceso del consumo masivo y de la decisión de los supermercados de disminuir inventarios para evitar costos financieros altos.
Esta dinámica afecta de manera directa a una empresa cuyo negocio se basa en alta rotación y en la estabilidad del canal moderno.
El segmento de alimentos para el mercado interno —el corazón del negocio— retrocedió 31,6% en ventas y 31% en volumen. La exportación tuvo un comportamiento algo mejor con ventas que crecieron 25,5%, aunque las toneladas vendidas cayeron 7,2%.
Esto confirma que la compañía sostiene presencia internacional, pero aún insuficiente para compensar el desplome del mercado doméstico.
La empresa cerró el trimestre con una deuda financiera neta de $259.300 millones, lo que representa un incremento de $141.100 millones respecto del final de 2024. Este aumento complica la rentabilidad futura y refuerza la vulnerabilidad frente a la volatilidad cambiaria.
El informe también destaca que Molinos destinó $19.900 millones a inversiones de capital durante los primeros nueve meses del año, equivalentes al 2,9% de las ventas, apenas por debajo del ritmo del año previo. Si bien este nivel de inversión es habitual para sostener la infraestructura productiva, financiarlo en un entorno de tasas altas genera un efecto búmeran en el resultado financiero, que termina absorbiendo cualquier mejora operativa.
Qué proyecta Allaria para los próximos años
El escenario base que plantea Allaria muestra un 2025 aún difícil, con una caída esperada del 5,2% en volúmenes. Sin embargo, proyecta un repunte en los años siguientes: 6,5% en 2026 y 4,6% en 2027. Aun con esas recuperaciones, los volúmenes se mantendrían por debajo de las 500.000 toneladas, lo que refleja la magnitud del ajuste que sufrió el negocio y el tiempo que llevará recomponerlo.
Desde el lado macroeconómico, diversas consultoras anticipan un crecimiento del 4% para 2025, impulsado por energía, agro, minería y servicios financieros.
Pero el consumo masivo permanecería débil, un factor que condiciona directamente a Molinos.
En el corto plazo, Allaria estima que el margen podría mostrar un salto puntual hacia el último trimestre del año, proyectando un EBITDA de $22.513 millones con un margen cercano al 9,8%. Sin embargo, la sostenibilidad de ese rebote dependerá, nuevamente, de la capacidad de la empresa para retomar volumen y mejorar la rotación de productos.
Valuación y por qué se ajustó el precio objetivo
El nuevo precio objetivo de $2.860 por acción surge de una combinación de metodologías de valuación que se complementan:
- Flujo de fondos descontado (DCF): con un WACC del 17,2% en pesos y un crecimiento a perpetuidad del 8%, la valuación resultante es de $3.115.
- Múltiplos de P/E proyectados a 2027: aplicando ratios de 15x a 17x, el rango estimado se ubica entre $2.615 y $2.963.
- FV/EBITDA proyectado para 2027: con múltiplos entre 5x y 6x, el valor estimado va de $2.480 a $3.213.
Tomando estas referencias, Allaria optó por un enfoque prudente basado en un múltiplo de 5,5x FV/EBITDA, que considera razonable frente a la estructura actual del negocio y la dinámica del sector.
La recomendación pasa a vender, acorde al sistema interno de la sociedad de bolsa, que califica así a los activos cuya expectativa de retorno en pesos es igual o inferior a 0% en el horizonte de 9 a 12 meses.
El espejo regional
Para poner en contexto a Molinos, el informe compara sus ratios con los de compañías regionales como Alicorp, Bimbo, Gruma, CCU y Andina, todas con mayor capitalización, presencia regional y profundidad de mercado.
Dado este diferencial, Allaria aplica un descuento del 15% al promedio ponderado de múltiplos comparables. Esto ajusta la valuación a un escenario más realista para una empresa local con menor liquidez y un free float acotado.
Ese ajuste convierte a la acción en un activo que requiere mayor claridad operativa y financiera para recuperar atractivo relativo frente a sus pares internacionales.
Qué debería pasar para volver a ganar interés
La lectura del informe permite identificar algunos hitos que podrían mejorar la percepción del mercado:
- Reactivación del consumo masivo y recuperación de volúmenes.
- Desendeudamiento gradual, clave para estabilizar el flujo financiero.
- Menor volatilidad cambiaria, que reduzca pérdidas por diferencias de cambio.
- Normalización de los niveles de stock en los principales clientes del canal moderno.
Sin avances en estas áreas, el riesgo de que la acción siga perdiendo terreno se mantiene elevado.
Por todo esto ahora, la señal de la City es que la acción enfrenta más desafíos que catalizadores positivos, y el precio actual luce exigente frente a los riesgos que plantea el negocio.
Por eso, Allaria decidió bajar la recomendación a Vender y estableció un objetivo que implica un recorrido a la baja.