La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) emitirá las resoluciones correspondientes para la aplicación de las retenciones a las exportaciones de servicios. El problema determinante que presenta el nuevo gravamen es saber cómo piensa controlar el organismo los valores facturados por las empresas.

“Resta aún saber el método de declaración, información a ser precisada, la existencia o no de excepciones y, lo que es igual o aún más importante, cuáles serán las herramientas o los métodos para realizar la constatación de valor que pudiera dar lugar a sanciones”. precisó a Ámbito Financiero el director de Comercio y Aduanas de PwC Argentina, Claus Noceti.

El directivo explicó que en todo impuesto actúan dos elementos básicos, que son las alícuotas y la base imponible. “Acá lo primero está claro, el problema es lo segundo”, señaló.

Las dificultades para valuar servicios devienen de su propia naturaleza intangible.

 “No quiero exponer las formas que puede tener una empresa de facturar menos y cobrar la diferencia por otro métodos, pero son decenas”, explicó Noceti al advertir sobre riesgos de evasión fiscal que presenta el tributo.

El decreto reglamentario de las retenciones a las exportaciones de servicios establece que la AFIP tendrá la tarea de determinar si los valores que declaran los exportadores en sus facturas son “correctos”, aunque ese término también puede resultar discutible. “¿Quién me puede decir que una hora de servicio de call center de una marca de autos premium cuesta lo mismo que un servicio un call center de una empresa de celulares?”, explicó el especialista de PwC.