No son simples los tiempos que corren para las empresas. Falta de dólares, inflación en aumento e incertidumbre macro y microeconómica, son algunos de los problemas con los que deben lidiar hoy en día los empresarios.

En este escenario complejo, muchas son las compañías que necesitan mejorar sus estados contables de cara a la búsqueda de créditos, aplicar a licitaciones o, simplemente, mejorar la situación patrimonial para afrontar futuros imprevistos.

Lo que probablemente no todos saben es que las normas contables vigentes en la Argentina ofrecen una herramienta que pueden ayudar a obtener estos beneficios: el revalúo de bienes de uso.

Dicho de un modo más simple, es un mecanismo autorizado para poder valuar determinados activos de forma diferente al clásico costo histórico menos amortizaciones acumuladas.

Claro que no se trata de algo inmediato, sino que deben cumplirse una serie de requisitos y pasos (tales como trámites, tasaciones especiales y autorizaciones) previos al momento de aplicar estos cambios.

Revalúo de bienes: una herramienta contable para las empresas

Existen algunas cuestiones que hay que considerar antes de pensar en el revalúo como una alternativa. Por empezar, sólo las sociedades anónimas y las de responsabilidad limitada con un capital de $50 millones o superior podrán optar por aplicarlo.

 Ignacio Moreno, Gerente de Auditoría de Expansion Argentina

Otro de los asuntos importantes para tener en cuenta es que la tarea de fijar nuevos valores debe ser realizada por tasadores o especialistas.

La característica del bien es determinante en este punto, dado que, si se trata de activos que cambian significativamente su valor dentro de cada ejercicio, deberá ser valuado a cada cierre. De lo contrario, podrá hacerse cada 3 o 5 años.

Por otra parte, al momento de decidir, hay que contemplar el hecho de que el modelo de revalúo no puede aplicarse de manera individual en caso de que existan más de uno de la misma clase.

En términos más simples: si existen activos de las mismas características, todos deberán ser sometidos al revalúo, ya que no se permite una aplicación parcial. Por eso es importante obtener un conocimiento del impacto general antes de tomar una decisión.

¿Qué pasa con los impuestos?

Una de las preguntas más frecuentes -y que lógicamente pesa a la hora de tomar una decisión sobre la aplicación de este modelo- está relacionada con los impuestos. En concreto, si hay que pagar más.

La respuesta dependerá del gravamen. Por caso, si hablamos del Impuesto a las Ganancias, la activación de un valor mayor de un inmueble, por citar un ejemplo, no provocará cambios en el resultado impositivo, dado que la mayor amortización del bien sólo impactará en el resultado contable.

Revalúo de bienes: las claves

Tampoco tendrá efectos impositivos si el bien es vendido luego. Esto es así dado que, para la determinación de la ganancia bruta sujeta a impuesto se deducirá del precio de venta el valor residual del bien, obtenido a partir de su costo de adquisición neto de las depreciaciones acumuladas por la vida útil transcurrida.

La cosa cambia respecto a Bienes Personales. Dado que tendrá un impacto directo en el patrimonio neto de la sociedad, la base imponible del tributo patrimonial también se elevará.

Será importante, entonces, hacer bien los cálculos para determinar cuánto se incrementará el pago del gravamen en el futuro, dado que una vez optado por este modelo, no es sencillo dar marcha atrás (al menos, en el corto plazo).

Sentarse y decidir

Todos los aspectos mencionados nos ayudan a comprender que hay que analizar cuidadosamente la situación antes de optar aplicar el mecanismo de revalúo de bienes de uso.

En líneas generales, hay que analizar los costos que están asociados, como ser los honorarios del profesional matriculado y de los trámites necesarios para realizar la inscripción del revalúo correctamente.

También calcular el impacto que tendrían los cambios a la hora de abonar los tributos patrimoniales. Sobre todo, considerando que no será aplicable a uno de los activos, sino a todos los de la misma clase.

Por último, pero no por eso menos importante, habrá que tener en cuenta si existe una necesidad concreta de tener un patrimonio neto más abultado, ya que, de ser así, probablemente los costos, aún cuando sean importantes, estarán justificados.

En definitiva, no estamos hablando de una decisión para tomar de la noche a la mañana, sino que hay que poner muchos aspectos en la balanza antes de aplicar el modelo de revalúo de bienes.

 Ignacio Moreno, Gerente de Auditoría de Expansion Argentina