Para sorpresa de los contribuyentes, la caída de la inflación elevará lo que pagan a la AFIP. Esto se debe a que los impuestos se pagan de un mes a varios meses después del período correspondiente, lo que hasta hoy implica una licuación por el dólar devaluado y la suba de los precios.

Los últimos cuatro años, la economía argentina se encuentra impactada por una muy alta inflación, este fenómeno genera una licuación de los pasivos en general, y de los impuestos en particular, recuerda Raúl Sanguinetti, del estudio Bakertilly Argentina.

Cómo aumenta la inflación los impuestos a pagar

La moneda en que se expresa el Impuesto a las Ganancias de las empresas se toma al cierre del ejercicio, y para las personas no asalariadas, a junio. En tanto, en el Impuesto sobre los Bienes Personales, también se toma a diciembre, indica Sanguinetti.

A su vez, el saldo de estos impuestos se paga 5 o 6 meses más tarde, y los anticipos se calculan sobre el saldo del impuesto del año anterior, que tiene la antigüedad antes señalada, explica.

Ya que los pagos se efectúan sobre valores expresados en moneda de menor poder adquisitivo, al medir esos pagos en dólar financiero (MEP), las tasas nominales de los impuestos se ven reducidas significativamente por el impacto de la alta inflación y la devaluación constante del dólar financiero, subraya.

Es decir que, actualmente, por efecto de la alta inflación, las tasas reales de los impuestos son menores a las tasas nominales de los mismos, y también podemos concluir que, a mayor inflación, menor tasa real, afirma.

Por efecto de la baja inflación, aumentan los impuestos a pagar

Cómo se ve este fenómeno sobre Ganancias y Bienes Personales

En el Impuesto a los Bienes personales, ejemplifica Sanguinetti:

• Un activo de USD1 millón depositado en el exterior.
• Está gravado por una tasa nominal de 2,25% en cabeza de la persona humana, titular del mismo.
• Al medir los anticipos y el saldo de impuesto, la tributación promedio de los últimos tres años es de aproximadamente de 0,75% en dólares financieros, por efecto de la devaluación y computo de los activos en dólar oficial.

Esta situación se refleja de manera semejante el Impuesto a las Ganancias, advierte Sanguinetti.

Qué pasa con el IVA e Ingresos Brutos

El IVA y el Impuesto sobre los Ingresos Brutos, que son más cortos en cuanto al pago, también están impactados por la inflación, ya que en promedio se tributan un mes más tarde de su facturación, por lo que la tasa efectiva está disminuida por la tasa de inflación de ese mes, asegura Sanguinetti.

El IVA se paga un mes después y también disminuye por inflación

Si bien puede haber otros efectos por el impacto de la fecha de cobranza, por ejemplo, no hay duda de que, en cuanto a la tasa efectiva de los tributos, la inflación impacta con una reducción significativa, remarca.

Qué se espera de la baja de la inflación y la dolarización

Un cambio económico que elimine la inflación o dolarice llevará a que las tasas nominales y reales de los impuestos coincidan, provocando un alza significativa de la presión tributaria real, sostiene Sanguinetti.

La recaudación aumentaría en términos reales con una dolarización, en la medida que la actividad se sostenga, por el mencionado incremento de las tasas reales de los impuestos, añade.

Y las empresas serán impactadas por la eliminación del impuesto inflacionario, que dejará de licuar activos y pasivos monetarios y demandará a los gerentes financieros una atención especial, para ir adecuando el capital de trabajo a esta nueva realidad, concluye.

Esto se debe a que muchas personas y empresas verán subir los impuestos que pagan por desaparición de la inflación y de la devaluación continua, que licúan las tasas reales de los impuestos.