Por qué al Gobierno no le cierra el Monotributo y cuáles serían las consecuencias de su eliminación
Según recientes trascendidos, parecería que Economía propone eliminar el régimen del Monotributo, para que esos contribuyentes pasen al régimen general.
No es la primera vez que sobrevuela la idea de eliminar el "Monotributo", en rigor de verdad, el Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes, que integra en un sólo tributo tres cargos: componente impositivo, aportes previsionales (autónomos) y de obra social. Es optativo, se supone que para facilitar el comienzo de actividades en el ámbito formal.
Para ser Monotributista hay que estar dentro de ciertos parámetros: ingresos de los últimos 12 meses no superiores a $ 94.805.682 (aprox $ 7.900.000 al mes), superficie afectada a la actividad, energía eléctrica consumida, alquileres.
Como se ha dicho, en contraposición al Monotributo está el Régimen General, compuesto por:
- Ganancias: Hoy un trabajador independiente (autónomo) comienza a pagar el impuesto a partir de los $ 1.7 millones mensuales. La escala progresiva tiene alícuotas del 5% al 35%.
- Autónomos: los aportes van de $ 57 mil a $ 257.000.
- IVA: la alícuota general es del 21%.
Además, debe abonar cuotas de medicina prepaga que lleva IVA al 10,5% (la obra social de los empleados no tiene el costo de IVA).
¿Por qué a Economía puede no "cerrarle" el Monotributo?
- Distorsiona la capacidad contributiva y la recaudación. Si un alto ejecutivo de una empresa, que paga ganancias en la escala máxima, tiene ingresos por el alquiler de un inmueble y paga Monotributo se pierde recaudación. Ese mismo ingreso, en Ganancias pagaría el 35%.
- Tiene un costo previsional caro. Es una jubilación subsidiada, los aportes en las primeras categorías son menores a $ 20.000.
- No aporta recaudación, además de dar lugar al "enanismo fiscal", muy difícil de combatir.
¿Qué pasa si se elimina el Monotributo?
La eliminación del Monotributo vendría acompañada también de modificaciones al régimen de autónomos, sin precisiones sobre los aportes mínimos y máximos, y de modificaciones a Ganancias, para que exista un sólo "mínimo no imponible".
Lo primero y principal es que la presión fiscal sobre los trabajadores no debería ser incrementada, sino que las modificaciones deberían ser para mejorar su situación, a través de una valoración más respetuosa de la capacidad contributiva. Esto puede servir además para que el consumo de la economía se termine recuperar, más dinero en el bolsillo.
La propuesta de Economía podría funcionar, si:
- El nuevo mínimo no imponible dejara fuera de Ganancias a ingresos que no son "ganancia", sino que se aplican para cubrir los "víveres", y se mejora la progresividad en los tramos de la escala.
- Asumiendo que los ingresos bajos quedan fuera de Ganancias, habría que empatar el costo total del Monotributo contra el costo de Autónomos.
Sentado lo anterior, lo importante pasa por cómo se resuelve el IVA. Muchos clientes de monotributistas son consumidores finales, a quienes les resultará difícil pagar 21% más por sus servicios. Por el lado del prestador, las cosas no están como para asumir el 21% de IVA, lo que implicaría perder ingresos en esa proporción.
Opinión y propuesta
La existencia de un régimen simplificado contribuye e incentiva a la formalidad. Sin perjuicio de eso, el sistema actual debe ser revisado.
Una posible solución sería mantener el Monotributo para las primeras categorías y armonizar el paso del Régimen Simplificado al General. Si bien es natural que el régimen general sea más costoso que el simplificado, y más complejo, tiene que haber coherencia y razonabilidad en el paso de uno a otro. Hoy, lo que existe es un "salto abismal".
Esa razonabilidad se logra mejorando la medición de la capacidad contributiva. El "mínimo no imponible" sin dudas debe ser incrementado -no disminuido- y la progresividad entre los diferentes tramos de la escala de ganancias también.
La propuesta de eliminar el Monotributo sin dudas obedece a una necesidad del Estado de sumar ingresos. Del otro lado, están los contribuyentes, que también necesitan ingresos para cumplir con sus necesidades (los "víveres" para una vida digna).
El régimen impositivo de los autónomos ha sido permanentemente ignorado por los gobiernos. Un autónomo soltero tiene un piso de ganancias de $ 1.7 millones, un empleado de $ 2.4 millones, frente a una misma capacidad contributiva. Esta discriminación es obsenamente arbitraria.
El actual Gobierno tiene la oportunidad de resolver lo que hasta el momento nadie pudo: darle al trabajador autónomo el respeto impositivo que se merece, junto con un "aterrizaje" razonable del régimen simplificado al general.
Los cambios que se proponen no pueden volverse una invitación a la informalidad.