No estás casado, pero vivís en pareja: así podés cuidar tu patrimonio antes de separarte
Cada vez más parejas optan por no formalizar su relación mediante el matrimonio, prefiriendo convivir y construir un proyecto de vida en conjunto. Para estas situaciones, el Código Civil y Comercial incluye figuras jurídicas que resguardan los derechos de quienes eligen compartir su vida sin registrarse oficialmente, conocida como unión convivencial o concubinato.
Esta modalidad se refiere a la convivencia estable, pública y notoria entre dos personas que mantienen una relación afectiva y comparten planes de vida comunes, sin haber celebrado matrimonio. Aunque no es un vínculo matrimonial formal, esta figura legal reconoce derechos y establece obligaciones entre los convivientes.
Desde la reforma del Código, las uniones convivenciales cuentan con un marco legal que brinda protección y seguridad jurídica a estas parejas, sin hacer distinción alguna entre uniones heterosexuales o del mismo sexo, garantizando igualdad en derechos y obligaciones.
A diferencia del régimen patrimonial del matrimonio, en una unión convivencial cada parte conserva la propiedad de los bienes que adquiere a su nombre, incluso si fueron obtenidos durante la convivencia. Es decir, no hay gananciales: lo que está a nombre de uno, es de ese uno.
Sin embargo, esto puede generar conflictos si, por ejemplo, ambos aportaron dinero para comprar una vivienda que quedó registrada a nombre de una sola persona. También pueden surgir reclamos si se hicieron mejoras en bienes del otro o si una de las partes dejó de trabajar para dedicarse al cuidado del hogar o de los hijos.
¿Cómo proteger tu patrimonio?
Aunque el Código Civil y Comercial no establece una comunidad de bienes automática en las uniones convivenciales, sí permite registrar un pacto de convivencia. Este instrumento legal —que debe ser firmado por ambas partes y registrado en un juzgado o escribanía— sirve para dejar por escrito acuerdos sobre:
- La atribución del hogar común
- El reparto de los gastos durante la convivencia
- La división de bienes adquiridos
- Qué sucede en caso de ruptura
Celebrar un pacto de convivencia es una herramienta clave para evitar disputas y proteger el patrimonio personal, sobre todo si una de las partes aporta más bienes o recursos a la pareja.
¿Qué otros derechos tiene una persona en una unión convivencial?
Además del derecho a registrar pactos, la ley establece que, al finalizar la convivencia, una de las partes puede solicitar una compensación económica si la ruptura le generó un desequilibrio (por ejemplo, si dejó su trabajo para cuidar a los hijos). También existe el derecho a continuar usando la vivienda familiar por un tiempo determinado si no tiene otro lugar donde vivir.
¿Cuándo se reconoce legalmente una unión convivencial?
Para que una pareja sea reconocida como unión convivencial ante la ley argentina, no alcanza con solo convivir: deben cumplirse ciertos requisitos formales establecidos por el Código Civil y Comercial. Entre ellos:
- Ambas personas deben ser mayores de 18 años.
- No puede haber vínculos de parentesco entre los integrantes de la pareja.
- Ninguno debe estar casado ni tener otra unión convivencial registrada.
- La relación debe ser exclusiva y entre solo dos personas.
- La convivencia tiene que ser estable, pública y notoria.
- Deben haber convivido, como mínimo, durante dos años.
Cumplidos estos criterios, la pareja puede solicitar la inscripción de la unión convivencial en el registro correspondiente, lo que otorga seguridad jurídica y permite acceder a ciertos derechos y obligaciones previstas por la ley.