Rappi, la startup colombiana que desembarcó a principios de 2018 en Argentina para desplegar su servicio de envíos, se convirtió en nuevo miembro del grupo de unicornios latinoamericanos, al alcanzar una valoración de u$s1.000 millones en su más reciente ronda de inversión.

Las firmas DST Global, Andreessen Horowitz y Sequoia Capital inyectaron u$s200 millones que serán utilizados para su crecimiento y expansión en el mercado latinoamericano.

En la actualidad, la aplicación creada por Simón Borrero, Sebastián Mejía y Felipe Villamarín opera en Colombia, Argentina. México, Brasil, Uruguay y Chile. Según las últimas cifras de Rappi, ya se realizan 3 entregas por segundo en cada una de las 25 ciudades en las que opera.

En Argentina, la plataforma no ha estado exenta de problemas. En julio, una medida de fuerza de sus repartidores locales exigió la implementación de un salario fijo, además de advertir que el trasfondo de la protesta era la decisión de la empresa de modificar las condiciones de servicio.

Conocida como el “Uber del delivery”, Rappi entró al mercado para “conectar personas con productos y servicios combinando tecnología, innovación y logística de entrega”. A la fecha, ya son más de 5.000 los repartidores registrados en el servicio en Buenos Aires, Córdoba y Rosario.