Menos de 10 días habían pasado desde el inicio de 2019 y sin embargo fue tiempo suficiente para que varias multinacionales anunciaran recortes en sus plantillas, sobre todo en Europa.

Lo llamativo es que el fenómeno pegó de lleno incluso en sectores que atraviesan un buen momento económico, como el de servicios financieros.

Más allá de la situación de ese sector, esta semana la gestora de fondos estadounidense BlackRock, confirmó que tiene previsto suprimir 500 puestos de trabajo en todo el mundo. Es alrededor del 3% de su plantilla global, que ronda los 14.900 efectivos.

Asimismo, CaixaBank abrió jueves el periodo previo de consultas a la presentación del expediente de regulación de empleo (ERE) mediante el cual la entidad pretende cerrar 821 oficinas, el 18% de su red, en tres años. De conseguir su objetivo, una juste en su plantilla de empleados sería también inevitable.

También la industria automotriz se vio afectada por los cambios en los hábitos de consumo en los principales mercados. Una de las compañías que adelantó que despedirá a parte de su planta de 53.000 trabajadores es la automotriz Ford.

La compañía anunció esta semana, de la mano de su titular europeo, Steven Armstrong, que avanzará con un plan de ajuste y rediseño de estrategia para reducir su costo operativo de u$s14.000 millones. La reducción de las operaciones vendrá de la mano de una baja en el número de vehículos lanzados al mercado, a medida que se enfoca en áreas más rentables.

Otra de las automotrices afectadas fue Jaguar Land Rover, que reveló que también deberá dejar sin empleo 4.500 funcionarios por una brusca baja en la demanda desde China y menos ventas de automóviles diésel en Europa.

La firma que pertenece a Tata Motors dijo que los despidos se sumarán a las 1.500 personas que renunciaron a la compañía durante 2018.

Asimismo, la filial española del grupo británico de telecomunicaciones Vodafone anunció el jueves su intención de suprimir hasta 1.200 empleos -casi una cuarta parte de la plantilla en España- para enfrentar una caída de sus ingresos en un contexto de alta competencia.

"El procedimiento de despido colectivo afectará a un máximo de 1.200 personas", anunció Vodafone en un comunicado. La empresa había contabilizado 5.104 empleados en España en su último informe anual, en marzo de 2018.

El mismo día en Bruselas, el operador de telecomunicaciones belga Proximus, cuyo accionista mayoritario es el Estado, anunció un extenso plan de "transformación" en tres años, que prevé la supresión de 1.900 puestos de trabajo y la contratación en el mismo período de 1.250 personas especializadas en el sector digital.