51% de los talentos en Argentina tienen problemas de salud mental y solo 4% recibe ayuda de su empresa
Con la ansiedad a la cabeza, el 51% de los talentos en Argentina asegura que tiene problemas de salud mental, pero solo 4% recibe algún tipo de ayuda al respecto de parte de su empresa. Estas son algunas de las conclusiones de una profunda investigación llevada a cabo en conjunto por la plataforma de búsqueda de personal y de trabajo, Bumeran, y la consultora Combo, experta en estrategias de marca empleadora, relevando la opinión de más de 4.823 talentos de la región.
Las conclusiones del estudio exploratorio sobre salud mental y neurodiversidad en empresas de América Latina, hablan de un "desafío invisible", debido al tabú que hoy en día sigue velando estos malestares en los ambientes laborales. "El mayor desafío es romper el estigma sobre la salud mental, y eso se logra con transformación cultural, no con más médicos," le dijo a este medio Carolina Borracchia, CEO de Combo y directora de la investigación.
En total, el 48% de los encuestados declararon haber experimentado al menos un diagnóstico en su salud mental. "Muchas personas relatan que se sintieron aisladas, poco cuidadas, o directamente no tuvieron respuesta. Algunas incluso percibieron que ser honestos con su estado emocional trajo más distancia que cercanía", agregó Borracchia.
La investigación partió de la premisa buen documentada de que existe un vínculo entre el trabajo y la salud mental, y retomó también el último informe de Bumeran sobre "burnout": en 2024 el 91% de los talentos locales manifestó sentirse agotado o "quemado". El trabajo excesivo y la sobreexigencia son las principales causas que identificaron los participantes entonces para explicar ese agotamiento crónico por causas laborales.
"El rol de las organizaciones es clave. Debemos generar espacios en donde se valoren las diferencias y la autenticidad. La comunicación transparente, la colaboración y el aprendizaje continuo. Es elemental que las personas se sientan libres de ser quienes son realmente en el ámbito laboral y que puedan sumar su perspectiva, su visión única sobre las cosas, su voz. No solo porque es lo correcto, sino también porque las organizaciones lo necesitan. La creatividad, las soluciones a los problemas y las nuevas ideas no pueden nacer en un clima de censura, represión y silencio. Las personas deben poder sentirse libres de comunicarse, pensar y crear sin miedo a ser juzgados o descalificados", apuntó al respecto Federico Barni, CEO de Jobint (casa matriz de Bumeran).
Salud mental de los trabajadores en Argentina
Según el mencionado relevamiento, el 51% de los talentos en Argentina reporta tener o haber tenido un diagnóstico de salud mental. Entre los mencionados, el 37% indicó ansiedad generalizada; el 16%, trastorno de ansiedad social; el 11%, trastorno depresivo mayor; y el 7%, trastorno de estrés post traumático, entre otros.
En el resto de la región el porcentaje de talentos con diagnóstico de salud mental es similar: en Chile el 54% de los talentos mencionó tenerlo; en Ecuador el 46%; en Panamá el 43%; y en Perú el 40%.
Trastornos en el sueño, "burnout", ausentismo por desgaste laboral (35% de los argentinos mencionó que esto le ha ocurrido), son algunas de las otras consecuencias que las personas encuestadas por Combo y Bumeran declaran al reconocer el impacto del trabajo en su salud mental.
A nivel local, la tristeza (50%) y el miedo (46%) son los sentimientos más comunes que siguieron al diagnóstico. En parte, se debe al temor de ser señalado, menospreciado o afectado negativamente a nivel social o laboral debido a tener un problema de salud mental. El 65% del total de los encuestados asegura que "es un estigma."
Qué hacen las empresas
Solo 4% de los encuestados por Bumeran y Combo en Argentina indicaron que en la empresa donde trabajan hay politicas de acompañamiento de salud mental para empleados. Es el porcentaje más bajo en la región. En Perú el 11% las tiene, el 9% en Chile, el 8% en Panamá y el 5% en Ecuador. Otro 64% de los argentinos afirmó lo contrario, su compañía no contempla este tipo de políticas, y el restante 32% no sabía si contaban con ellas o no.
Más aún, el 78% de los talentos a nivel local menciona que en la organización en la que trabajan no existe ningún programa de bienestar. Entre las organizaciones que tienen programas, el 5% menciona que cuentan con gimnasio; el 3% talleres de coaching; otro 3% con equipos de psicólogos; otro 3% con una línea telefónica de apoyo psicológico; el 2% con capacitaciones sobre salud mental; otro 2% con clases de yoga; y el 12% hace referencia a "otros".
¿Creen los talentos que a las organizaciones les interesa su salud mental? El 82% de los locales dijo que no, el porcentaje más alto de la región junto a Chile. Es más, el 74% de los talentos manifestó que su salud mental se desgastó a causa de su relación con algún jefe o jefa. Y el 53% identifica el vínculo con sus compañeros de trabajo como causa del deterioro de su salud mental.
De eso no se habla
El resultado es que la mayoría de las personas que tienen diagnosticado un problema de salud mental no lo comparten en el trabajo o con sus jefes. En Argentina el 60% no lo hizo (en los demás países evaluados, el porcentaje fue mayor)
"Aunque algunas empresas ofrecen psicólogos contratados o acompañamiento psicológico, las menciones son esporádicas. La mayoría de los encuestados no involucra a Recursos Humanos ni a la organización como soporte ante su diagnóstico", se lee en el mencionado informe. A la vez, advierte que los supervisores y compañeros de trabajo pueden actuar como red informal de acompañamiento: "Aparecen menciones puntuales de apoyo por parte de supervisores directos o compañeros de equipo, reflejando la importancia de los vínculos cercanos, aunque este acompañamiento no sustituye el respaldo organizacional estructural."
Por otra parte, "recientemente una empresa grande en Argentina, que actúa sobre estas temáticas y tiene políticas sobre salud mental, realizó una encuesta interna y solo la respondió el 36% porque la gente no quiere hablar del tema", reveló Borracchia.
Ahora bien, entre los talentos que sí compartieron su estado de salud con sus líderes y los especialistas en Recursos Humanos de su organización, el 48% dijo que la empresa no hizo nada al respecto. El 26% de los talentos manifestó que luego de comentar su diagnóstico la organización le brindó su apoyo; y el 17% mencionó que lo empezaron a tratar diferente. A nivel regional, entre quienes compartieron su diagnóstico, menos del 10% recibió adaptaciones o flexibilidad laboral.
Si bien el análisis de Combo y Bumeran profundiza en un número de aspectos que vinculan la salud mental y el trabajo, es particularmente revelador el capítulo sobre licencias vinculadas a estas problemáticas: "Los testimonios de quienes se tomaron una licencia por un problema de salud mental revelan un patrón sistemático de indiferencia, hostigamiento y estigmatización por parte de los empleadores. La mayoría no recibe ninguna intervención ni apoyo: solo procesos administrativos para justificar su ausencia, y en muchos casos, presión explícita para volver antes de tiempo, amenazas veladas, cambios de área como castigo o directamente la desvinculación al regreso."
Las respuestas muestran que:
- La experiencia dominante es de abandono: "ninguna", "no hicieron nada" , "solo recibieron el certificado".
- Muchos ocultaron el verdadero motivo de su licencia, por miedo a represalias, burlas o pérdida de oportunidades futuras.
- El regreso al trabajo es aún más traumático: humillaciones, despidos, hostigamiento y chismes, evidenciando un clima de estigma y discriminación estructural.
"En los pocos casos donde hubo apoyo, se limitaron a derivaciones a psicólogos externos o telemedicina que la mayoría rechaza, o licencias mínimas de un día. Algunos testimonios estremecen: personas que colapsaron física y emocionalmente, desarrollando cuadros graves como ataques de pánico con alucinaciones, y hoy no se sienten capaces de volver a trabajar. Incluso se observan vínculos con el desempleo crónico y la pobreza como consecuencia de la desvinculación tras la licencia, incrementando la vulnerabilidad y el impacto económico individual y social", prosigue el reporte al que accedió iProfesional.
"El mensaje es claro y merece atención: el sistema laboral actual no está preparado para acompañar adecuadamente a quienes atraviesan crisis de salud mental, y muchas veces termina agravando su malestar. En lugar de ofrecer un entorno protector, las empresas pueden reproducir dinámicas que, sin proponérselo, generan exclusión o invisibilización", añade.
Romper el estigma
Ante este panorama, lo que abunda de parte de los afectados es la auto-gestión, con personas recurriendo a medicación, terapia por cuenta propia o espiritualidad. "Un porcentaje no menor que directamente renuncia para proteger su salud", dice el informe dirigido por Borracchia.
En tanto que las áreas de Recursos Humanos prácticamente no son mencionadas como un actor relevante en la materia, o lo son solo para acciones superficiales (descuentos en gimnasios, zonas de coffee break, etc.) sin profundidad ni continuidad.
Puede entrar en discusión si se trata o no de un problema al cual el empleador tiene o no la obligación de ofrecer una solución. Dicho esto, está a la vista el impacto que las problemáticas diagnosticadas de salud mental no tratadas o sin el adecuado acompañamiento, pueden generar a las empresas o a los entornos de trabajo. También el vínculo directo que las personas atribuyen a las relaciones laborales y su bienestar. Urge entonces algún tipo de respuesta.
En ese mismo marco, el estudio de Bumeran y Combo advierte al evaluar el capítulo de ansiedad: "Entre las respuestas abiertas, fue común encontrar testimonios de personas que manifiestan no poder pagar psicoterapia o esperan vacantes en hospitales públicos. Esto pone en evidencia la vulnerabilidad económica como un agravante a este malestar. En un contexto donde incluso la fe aparece como último sostén emocional, queda claro que los empleadores tienen la oportunidad de brindar soluciones a esta realidad."
Es claramente una oportunidad de diferenciarse. Borracchia relató a este medio que el pasado 10 de septiembre Combo organizó una reunión con algunas de las empresas más importantes del país, cada una con miles de empleados y presencia a nivel nacional, para avanzar en una iniciativa en conjunto que vaya más allá de un informe y apunte a derribar el estigma sobre la salud mental y la neurodivergencia en los ambientes de trabajo.
"Los empleadores se están ocupando del tema. Las compañías que están más avanzadas en estos temas también chocan con que la gente no quiere ni hablar de ello. Entonces, podés tener dispositivos implementados como empresa para abordar la temática, pero si no se rompe el estigma, todo lo otro queda mal utilizado. Por eso, el problema más grande que tenemos y el mayor desafío es el estigma. La transformación cultural y la solución solo arrancan al romperlo, no puede ocurrir de ninguna otra manera", reflexionó Borracchia.