A la espera de la reforma laboral, ¿las empresas frenan despidos y contrataciones?
El presidente Javier Milei firmó este jueves el proyecto de Reforma Laboral que ingresó ya al Congreso de la Nación para debatirse en sesiones extraordinarias. El mismo realiza cambios importantes a la Ley de Contrato de Trabajo (N° 20.744) como nuevas formas de contratación, tope de indemnizaciones por despido, nuevo régimen de salarios y beneficios, entre otros puntos clave como excenciones impositivas. Ante su inminente aprobación, ¿las empresas siguen contratando o se "freezaron" los planes hasta tener el nuevo marco legal?
Es muy probable que la reforma no aplique de manera retroactiva sino que sea válida para nuevas contrataciones. Lo mismo aplicaría las desvinculaciones. Entonces, ¿ya está reaccionando el mercado de trabajo? Las perspectivas son mixtas.
"Se percibe una moderación en las incorporaciones permanentes, especialmente en empresas medianas y grandes, que optan por postergar decisiones estructurales hasta contar con mayor claridad sobre el nuevo marco laboral previsto para 2026. En este contexto, la actividad no se detiene, pero se reconfigura, algo que se nota en el uso de contratos a plazo, servicios profesionales, esquemas eventuales y tercerización, priorizando agilidad y menor exposición a contingencias", dijo a este medio Fernando Ciarmatori, Gerente de Desarrollo Comercial y Selección de Grupo Gestión.
"De todos modos, sectores como energía, agroindustria y tecnología mantienen planes de contratación, mientras que la industria tradicional, la construcción y las actividades ligadas al consumo interno exhiben menor dinamismo. Así, la demanda tiende a concentrarse en reemplazos críticos y perfiles técnicos, reforzando un sesgo hacia modalidades más flexibles y selectivas", añadió.
Otros especialistas ven que, lejos de frenar, hoy se detecta una tracción que proviene de los procesos de selección que estaban frenados por las elecciones y que se comenzaron a resolver tras los comicios.
Germán Ruiz, Director de Operational Talent Solutions de Randstad Argentina, le dijo a iProfesional que "no hay que perder de vista que venimos de un año muy complejo para el empleo, particularmente en el segundo semestre, en el que la previa de las elecciones legislativas sumaron un componente extra de gran incertidumbre a la volatilidad económica y el bajo nivel de actividad." Las empresas estuvieron en modo cautela ese semestre y en noviembre "se empezaron a ver algunas señales tenues de reactivación y un clima de negocios más positivo que esperamos se consolide, especialmente por el impacto que estas decisiones de contratación pueden tener en la demanda laboral impulsada por el pico estacional de actividad comercial por las fiestas y la temporada de vacaciones y turismo de enero y febrero."
Ese es el contexto macro en el que entra el debate de la reforma este verano: "Si bien la reforma laboral es necesaria y esperada por el sector empresario, difícilmente tenga una gran incidencia inmediata, tanto en relación a pausar despidos como a incorporar personal, ya que es un componente más del contexto, con alto interés político y mediático, pero con bajo impacto en el nivel de empleo en el corto plazo", dijo tajante Ruiz.
En la misma línea se expresó Matías Ghidini, CEO de la consultora de búsquedas ejecutivas GhidiniRodil: "No estamos viendo un efecto inmediato en la decisión de contratar o dejar de hacerlo. Quizás porque no hay mucha espectativa de que la reforma tenga un impacto en el corto plazo. La verdad que, a diferencia de lo que ocurrió con las elecciones, no vemos que el proyecto genere una reacción directa en las decisiones de incrementar la dotación o incluso de reducirla."
En el otro extremo, el consultor organizacional y psicólogo laboral, Patricio Navarro Pizzurno, ve que la reforma laboral incluso desde ahora motiva las contrataciones. Él distingue 3 factores que impactan hoy en el mercado laboral, dos estacionales que lo frenan, y uno coyuntural que impulsa la tendencia contraria:
- El último cuatrimestre de cada año eleccionario en la Argentina, cuando las empresas generalmente aplican un freno a las contrataciones que no sean de altísima necesidad, hasta que se conocen los resultados de los comicios. "Eso ocurre desde hace 35 años y va a seguir ocurriendo", apuntó.
- En el verano las contrataciones tienden a decaer: "Si bien esto en la última década comenzó a desdibujarse, generalmente las empresas no suman personal a tiempo indeterminado -salvo excepciones- entre el feriado del 8 de diciembre y el Carnaval, en febrero del año siguiente."
- El triunfo del oficialismo con un caudal impensado, que le permite pensar en reformas estructurales como la laboral, "a mi juicio compensa el retraimiento y empuja un poco al alza, con un cambio normativo que es ampliamente favorable a quien contrata. Puede ser que haya pymes que aguarden por más definiciones, pero como la ley tampoco es retroactiva, lo que veo es que las empresas avanzan porque ya ven un entorno más propicio. Y si la ley se aprueba con el marco general que promueve, ese fenómeno se va a acelerar mucho más."
Para Navarro Pizzurno, las empresas venían frenando desde agosto la nómina, como ocurre siempre en año electoral, y fueron "superando obstáculos" con el triunfo del oficalismo con mayoría parlamentaria, una mayor estabilidad con menor riesgo país y acceso al crédito. En ese marco, estima que puede haber compañías que quieran seguir esperando la aprobación de la reforma, pero percive que son más las que se animan, con el viento de cola de haber superado esos obstáculos "porque en el caso de que no se apruebe la reforma, siguen con la misma ley y un mejor entorno de estabilidad para contatar."
"Si hay empresas que están contratando poco, es más por el momento del año que por estar a la espera de ver qué pasa con la reforma laboral. Y en el caso de desvinculaciones, no tendría sentido hacerlo tampoco, ya que no es retroactiva y una indemnización no va a salir más barata cuando se apruebe el proyecto", cerró.
Empleo 2026
Más allá de los procesos que se destrabaron con las elecciones, también hay sectores con muy buenas perspectivas de contrataciones para el año próximo, que no se frenan a la espera de la reforma laboral, que aún aparece lejana en el horizonte respecto de sus necesidades de talento.
Uno de los primeros estudios que arrojó luz sobre qué puede ocurrir con el empleo el año próximo fue el de ManpowerGroup Argentina, que mostró un repunte de 5 puntos respecto del último trimestre de 2025 y una expectativa neta de contratación (ENE) de +10 entre los 700 empresarios argentinos consultados. Pero lo que no se está dando es una tendencia generalizada, sino que los picos de demanda se concentran en algunos sectores con las mejores perspectivas: Finanzas, Seguros, Construcción y Bienes Raíces.
"Otras industrias mantienen una postura cautelosa, a la espera de mayor claridad sobre el rumbo económico y normativo, en especial en lo vinculado a la reforma laboral en debate," le dijo a este medio esta semana Luis Guastini, Director General y Presidente de ManpowerGroup Argentina y Director de Talent Solutions para Latinoamérica. Y añadió que no están viendo desvinculaciones masivas en agenda tampoco.
El experto habló de un "cambio de expectativas" y no de una tendencia firme. ¿Podría la reforma laboral inclinar esa balanza? "Una eventual reforma laboral podría contribuir a mejorar el entorno para la generación de empleo, pero no debe interpretarse como una solución automática. La creación de puestos de trabajo depende, fundamentalmente, de que exista actividad económica sostenida", advirtió Guastini.
En la misma línea se mantuvo Ruiz, quien en lugar de un impacto inmediato por la reforma, considera que son los factores económicos los que están marcando la aguja del empleo: "La demanda laboral hoy es más sensible a la evolución del nivel de actividad y el consumo que a cuestiones regulatorias. Argentina está cambiando su matriz productiva, con ganadores y perdedores que surgen de un modelo económico que continuará profundizando su rumbo, planteando grandes desafíos de competitividad y productividad que requiere que muchas industrias y sectores se re-acomoden a un contexto de mayor competencia, con un mercado abierto al mundo.".
"Aún frente a este reacomodamiento con final abierto que impacta en la demanda laboral, nuestra mirada a futuro es optimista, en la medida en que se consolide un crecimiento sostenido de la actividad económica y se materialicen las inversiones en sectores de mano de obra intensiva que puedan impulsar nuevos proyectos", dijo el directivo de Randstad.
¿Sirve la reforma para generar empleo?
Lo que están discutiendo los expertos en Recursos Humanos hoy en día es si este proyecto de reforma laboral es causa suficiente para provocar ese efecto deseado de crecimiento del empleo formal privado.
Las propuestas que llegan desde los especialistas son variadas. Por caso, para Guastini, de estar bien orientada la reforma podría "remover algunas de las trabas que hoy impiden que esa actividad se traduzca en nuevas contrataciones. En ese sentido, el objetivo no es solo modernizar leyes, sino resolver problemas estructurales del sistema productivo que hoy afectan la competitividad."
Aseguró que muchas empresas frente a un repunte de demanda hoy prefieren responder asignando horas extra al personal ya contratado antes que incorporar nuevas personas, reduciendo el riesgo de una eventual judicialización. ¿Qué factores estructurales debería abordar entonces la reforma para estar bien orientada y generar un repunte real del empleo? En palabras de Guastini:
- la simplificación de trámites,
- mayor seguridad jurídica,
- incentivos fiscales para PyMEs
- modernización de convenios colectivos, con esquemas más flexibles y adaptables a las distintas realidades productivas.
- contemplar la empleabilidad y la capacitación
Ghidini también tiene propuestas distintivas al respecto. En reiteradas ocasiones propuso eliminar del debate el término "reforma laboral", que remite a preconceptos negativos, y hablar de una nueva Ley de Contrato de Trabajo, cuyo objetivo debe ser que quienes hoy se desempeñan en la informalidad obtengan los derechos de los que gozan los 12,5 millones de trabajadores registrados actuales. "Desde hace 10 años se perdieron 34.000 puestos formales del sector privado mientras creció el empleo en el sector público y los trabajadores registrados como monotributistas," expresó en una entrevista reciente.
Los datos oficiales apoyan esa afirmación. El Ministerio de Capital Humano indicó en los primeros 8 meses del 2025 la economía argentina creció un 5,2% respecto del mismo período de 2024, pero el número de trabajadores del sector privado creció apenas un 0,3% (23 mil trabajadores registrados) y dicho incremento se explica íntegramente por el crecimiento del monotributo, que aumentó un 3,5% e incorporó a alrededor de 74 mil trabajadores.
Para Ghidini esto demuestra que hay un marco laboral demasiado rígido que hace que incluso en los momentos en los que a la economía argentina está bien, tampoco se genere empleo de calidad. Resalta que para que eso cambie, es necesario bajar el costo de contratación, y permitir que las personas ingresen a la formalidad, ya que todos los demás aspectos que se pretende regular la reforma (vacaciones, indemnización, negociación salarial, etc.) aplican solo a quienes están registrados.
En ese marco, algunas de sus propuestas son:
- Segmentación de Costos de Contratación: Se plantea la necesidad de diferenciar los costos laborales en función del tamaño de la empresa (dotación), su ubicación geográfica o el tipo de industria. "Esta segmentación permitiría: Incentivar y promocionar la contratación en regiones, sectores o tipos de empresas que se encuentran más rezagados o castigados económicamente."
- Litigiosidad laboral: "Debemos ser creativos en la resolución de la litigiosidad laboral. El camino más equitativo es introducir indemnizaciones diferenciadas, reconociendo que la carga de un juicio no puede ser la misma para una Pyme de 15 empleados, que para una multinacional."
"La clave para modernizar el mercado laboral y generar empleo reside en hacer más económico contratar, especialmente para las Pymes que sostienen el 70% del trabajo en Argentina, implementando costos segmentados y reducciones estratégicas para promover la contratación de los grupos más postergados," asegura Ghidini.
La reforma, ¿una potencial demanda agregada?
Es sabido que el mercado laboral del segmento "top talent" y directivo no sigue las mismas reglas que el mercado general. De hecho, las contrataciones del liderazgo pueden anteceder las de otros miembros de potenciales equipos.
Días atrás, Gonzalo Mata, Managing Partner de la consultora especializada en selección ejecutiva, Wall Chase en Lationamérica, le dijo a iProfesional que una vez eliminada la incertidumbre por las elecciones del 26 de octubre, comenzaron a "moverse las ruedas" para retomar proyectos de contratación de cara a 2026.
"En nuestras conversaciones con CEOs y dueños de empresas identificamos que lo más importante para el mercado era que se definiera el tablero electoral, para recuperar previsibilidad sobre el rumbo económico y el avance hacia una mayor desregulación y apertura. Antes de las elecciones, las empresas no se animaban a cubrir posiciones y los profesionales no se animaban a dar el paso. Con los resultados sobre la mesa, aparece progresivamente una "luz verde" que lleva a las compañías a reactivar aquellos proyectos que habían quedado en modo 'wait and see'", expresó.
Para este directivo regional, los procesos de contratación comenzarían a notarse en febrero y marzo 2026, luego de las vacaciones de verano. "Adicionalmente, hay dos factores que podrían darle un impulso significativo al mercado formal: el posible tratamiento de la modernización laboral en sesiones extraordinarias y la expectativa de que ingresen inversiones extranjeras a lo largo del próximo año. Si esto se concreta, podría generar un volumen considerable de nuevos puestos de trabajo," añadió.
Cambios principales de la reforma laboral para empleadores
Si bien los capítulos de la reforma laboral establecen cambios impositivos y de otra índole para las empresas, el objetivo de fondo -siempre según el mensaje bajado desde el mismo Gobierno Nacional- es crear un marco de modernización que propicie la generación de puestos de trabajo.
De acuerdo a la consultora Errepar, los siguientes son los principales puntos de la reforma que apuntan a esa modernización laboral que promueve el oficialismo:
- Ámbito de aplicación y exclusiones, redefiniendo qué actividades y sujetos quedan fuera de la LCT.
- Principios generales, incluyendo nueva redacción sobre interpretación, irrenunciabilidad y norma más favorable (a empleadores).
- Presunción de relación laboral, con límites cuando existan contrataciones civiles o independientes documentadas.
- Responsabilidad en intermediación, subcontratación y grupos económicos, con criterios de solidaridad acotados.
- Registro laboral ante ARCA, y efectos de la falta de registración.
- Facultades del empleador y entrega de certificados, incorporando modalidades digitales.
- Modalidades contractuales (tiempo parcial, plazo fijo, eventual y por equipo), con nuevas definiciones y alcances.
- Régimen remuneratorio, con redefinición de beneficios sociales, formas de pago y componentes salariales variables.
También se incluyó una especie de "mini RIGI", un Régimen de Incentivo para Medianas Inversiones (RIMI) que otorga beneficios de deducción anticipada de IVA y deducción de la inversión en ganancias en 1 o 2 años, para inversiones productivas desde 150.000 dólares. En este sentido, el objetivo es también incrementar la cantidad de empleadores, ya que se calcula que en la "era Milei" decreció alrededor del 2% la cantidad de empresas con empleados registrados.
Lo que ven los expertos en Recursos Humanos es que la reforma laboral aun está demasiado lejos en el horizonte como para generar un efecto inmediato de freno al empleo (o las desvinculaciones), aunque en algunas industrias prime la cautela, más motivada por la economía que por los cambios normaivos. Por otro lado, queda por ver si será suficiente para impulsar el año próximo la formalización y la generación de puestos de trabajo reales, que no sean un mero "cambio de nombre" a los vínculos laborales que hoy existen de manera informal y que dejan a los trabajadores sin derechos.