La Legislatura dio su aval y ahora el Gobierno porteño podrá avanzar con su pretendida intención de concesionar parte del ex Zoo de la Ciudad.

Previo acuerdo de votos con los legisladores que responden a Martín Lousteau y Roy Cortina, el PRO alcanzó la aprobación final para privatizar la explotación de 15 edificios distribuidos en las 17 hectáreas que conforman el tradicional paseo de esparcimiento.

El marco fue aprobado con 42 votos positivos, 15 en contra, y una abstención.

Según pudo confirmar iProfesional, el proyecto que obtuvo luz verde contempla la entrega de locaciones para uso comercial por lapsos de 10, 15 y 20 años. Al mismo tiempo, habilita la posterior cesión a privados de espacios que no podrán superar los 1.000 metros cuadrados.

La oferta para los privados, establece la normativa, deberá llevarse a cabo en tres etapas a habilitar entre lo que queda de 2018 y el año 2022.

En una primera fase, se buscará concesionario para los edificios conocidos como “La casa de los osos”, “La Condorera”, la confitería “El Águila”, la “Fosa de los Leones”, el “Pabellón de los Loros”, el “Pabellón de las Fieras”, “El Acuario”, “El Reptilario” y “La Casita Bagley”.

Más tarde se ofrecerán el “Templo Hindú de los Elefantes”, el “Templo de los Cebúes” y el “Chalet de los Rinocerontes”. Por último, dentro de cuatro años la Ciudad buscará concesionarios para el “Monario Azul”, el “Pabellón de los Camellos” y la “Casa de los Ciervos y Tapires”.

El régimen avalado ahora por la Legislatura habilita a que un mismo concesionario pueda hacerse con la explotación de hasta tres espacios de forma simultánea.

“En la votación se pasó por alto de que el Zoo en sí es un monumento histórico nacional. A eso hay que sumarle que el masterplan para el nuevo ecoparque jamás tuvo discusión en audiencia pública. La ley tiene artículos tramposos que impiden conocer cómo se estructurará el futuro negocio que habilitó ahora la Ciudad”, dijo a iProfesional Jonatan Baldiviezo, titular del Observatorio del Derecho.

En cuanto a las actividades comerciales que se podrán llevar a cabo en los edificios a ceder, el texto de la ley establece: “… tendrán por objeto propuestas educativas, recreativas y de concientización en materia de conservación y preservación del ambiente, servicios y propuestas complementarias que mejoren la experiencia del visitante y, en general, todas aquellas que permitan posicionar al predio como paseo familia…”.

“Las sumas recaudadas por todo concepto que se pudieran percibir de las concesiones autorizadas por la presente ley serán destinados, en forma exclusiva e irrevocable, al proceso de transformación progresiva del Jardín Zoológico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, fija el marco en su artículo 8.

Controversia declarada

La aprobación perseguida por el oficialismo llega cargada de controversias.

La primera de ellas, correspondiente al mismo status de monumentos históricos que ostentan de varios de los edificios alcanzados por la propuesta. La segunda tiene que ver con la situación de los animales que todavía alberga el ex Zoo.

Al momento del cierre del predio hace casi dos años, el Zoo sumaba alrededor de 1.300 animales distribuidos en toda su superficie. En la actualidad, la superficie aún alberga más de 800 ejemplares que sobreviven a los trabajos de remodelación que activó la Ciudad en 2016.

Desde ese año hasta ahora, cuestionan organizaciones proteccionistas como #SinZoo, la situación del ecoparque que impulsa el oficialismo ya se cobró la vida de al menos 100 animales. La intención del Gobierno es habilitar parte del predio a mediados de 2019 con la presencia de 300 variedades.

“La ley acelerará el ritmo de las obras de remodelación que se iniciaron el verano pasado. Los trabajos terminaron ya con la muerte de animales y el proyecto contempla el traslado de ejemplares a otros lugares de explotación. Pero por supuesto que habrá animales en el Zoo porteño”, sostuvo ante iProfesional Malala Fontán, referente de #SinZoo.

“El ecoparque es un fraude porque incluirá animales cautivos. Lo único que ha cambiado en este tiempo es el nombre del zoológico y ahora esta privatización”, remató.

Fuego cruzado en la Legislatura

Durante el debate en el recinto, el presidente de la Comisión de Políticas de Integración y Promoción Social, Gabriel Shaonero, explicó que “la ley original sufrió una enorme cantidad de modificaciones y lo que se busco reflejar es la importancia del bienestar animal” y resaltó que “hemos hecho modificaciones y adoptamos las sugerencias que nos han hecho, es así que pasamos de concesionar 21 edificios, a sólo permitirlo en 15”.

Por su parte, la kirchnerista Lorena Pokoik consideró que “el proyecto se ha empeorado, quienes participaron de la audiencia pública dieron argumentos sólidos e hicieron grandes aportes para modificar la norma” e insistió en que “restringe a la ciudadanía, ya que va a tener un arancel, aunque va a ser gratuito para visitas escolares y jubilados, pero no hablamos de un ingreso irrestricto”.

“No nos queda claro la urgencia del oficialismo por delegar sus facultades, esto nos reafirma que la Legislatura funciona como una escribanía del Poder Ejecutivo”, manifestó y sentenció que “no queda claro cuál será el beneficio para la Ciudad y tampoco cuál será la inversión que deberá hacer el Estado”.

En tanto, el legislador de PTS Patricio Del Corro consideró que “es una nueva privatización y es peor que la concesión que ya existía, hay tres manzanas que pasan a ser privatizadas completamente”.

Desde GEN, Sergio Abrevaya señaló que “este tipo de concesión no puede superar los 10 años, sugerimos que podría haber algún acuerdo parlamentario, pero jamás por 20 años”.

En contraposición, el radical Marcelo Guouman señaló que “en esta nueva concepción es el Estado quien controla y regula al Ecoparque, hay una Comisión en esta Legislatura que controla lo que se va realizando” y subrayó que “lo más importante es incrementar las condiciones de participación ciudadana”.

Por último, el presidente de la Comisión Especial de Ecoparque, Marcelo Depierro, señaló que “no es cierto que hubo un rechazo monolítico a este proyecto, yo he hablado con muchos vecinos y creo que estamos desandando un camino que tiene 130 años, estamos yendo por el camino correcto”.

“El Zoológico era una realidad y a nosotros nos tocó, por un momento de cambios de paradigmas, este período de transición en el que muchos animales ya fueron trasladados, pero hay otros que por diversas cuestiones -cómo la salud o edad- no podrán ser trasladados”, concluyó.