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Apoyo industrial a Fernández: hubo aplausos para la promesa de "menos bicicletas chinas y más producción nacional"

El discurso del presidente electo obtuvo un masivo respaldo de los industriales, quienes prometieron acompañar su gestión con aportes y consensos
28/11/2019 - 16:45hs
Apoyo industrial a Fernández: hubo aplausos para la promesa de "menos bicicletas chinas y más producción nacional"

Parado y recorriendo el escenario como un profesor universitario dando clases o a la manera de un abogado durante sus palabras finales ante un jurado, así pronunció su discurso Alberto Fernández ante un millar de industriales, hombres de negocios, del campo, de los servicios y algunos dirigentes gremiales que se acercaron a Parque Norte a escuchar al presidente electo en el marco de la 28 Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina (UIA).

El predio, ubicado en la zona de Costanera Norte, fue otra vez elegido por la entidad que agrupa a las principales industrias del país para terminar el año con su tradicional evento.

Y si bien el cierre quedó a cargo del presidente Mauricio Macri, la masiva convocatoria que se observó en el Complejo Golden Center de Parque Norte fue totalmente traccionada por la presencia del próximo Jefe de Estado.

"Es que Macri ya fue y todos queremos escuchar al nuevo Presidente" dijo uno de los organizadores de la jornada ante iProfesional a modo de explicación sobre las razones que explican la importante convocatoria matinal del encuentro que hasta hizo colapsar el sistema informático y de inscripciones por varios minutos.

En ese marco, el compañero de fórmula de Cristina Kirchner se hizo esperar. Llegó al predio que pertenece al sindicato de Comercio que desde hace más de 30 años maneja Alberto Cavalieri una hora tarde. Su participación había sido prevista para las 10.30 pero al escenario recién subió pasadas las 11.30.

Antes, fue recibido por una pequeña delegación de industriales con el titular de la UIA, Miguel Acevedo, como abanderado, junto a Alejandro Bulgheroni, uno de los dueños del grupo Pan American Energy (PAE) y el hombre más rico de la Argentina. Estuvieron además otros miembros del comité ejecutivo de la entidad industrial como Daniel Funes de Rioja y José Ignacio De Mendiguren, quien sería su ministro de Producción, según algunas versiones.

En el caso de la delegación que acompañó a Alberto Fernández se hicieron ver los economistas Matías Kulfas y Cecilia Todesca. Y también, Paula Español, ex subsecretaria de Comercio Exterior durante la gestión de Cristina Kirchner.

Y como muchos más, después del almuerzo que se llevó a cabo cerca de las 14 horas de este jueves 28 de noviembre, varios de los industriales que recibieron y escucharon el discurso de Alboerto Fernández optaron luego por seguir con sus obligaciones laborales y retirarse de Parque Norte, dejando centenares de lugares vacíos en las mesas preparadas para escuchar a Macri a última hora de la tarde.

Quedó claro entonces que la intención de los miembros de la UIA es la de estrechar el "noviazgo" que comenzaron con el próximo habitante de la Casa Rosada desde que se conoció su candidatura a presidente por el Frente de Todos y desde que le entregaron el "Plan Productivo 2020/2023" durante un encuentro que tuvieron a principios de noviembre en la sede de la entidad industrial en la zona de Retiro.

Con este marco, desde la UIA avisaron que la relación con el nuevo Jefe de Estado a partir del 10 de diciembre próximo apunta a ser estrecha, participativa y con objetivos comunes que permitan reactivar la producción, recuperar el trabajo perdido y ayudar a incrementar el consumo interno.

El apoyo quedó en evidencia durante y luego de la participación de Alberto Fernández, primero con aplausos intensos que interrumpieron varios pasajes de su discurso, y luego con el respaldo público que le brindaron varias de sus figuras.

Más, cuando les prometió que no habrá tanto espacio para las importaciones como ha venido sucediendo bajo el gobierno de Cambiemos. Y que promoverá una mayor producción para que los industriales puedan volver a reactivar sus plantas y "sacarle las lonas a las máquinas para volver a ponerlas en marcha".

"No vamos a traer remeras de China ni bicicletas de Corea" fue una de las tantas frases que dejó el ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner a modo de ejemplo sobre el futuro de la economía local.

Fue durante uno de sus pasajes más aplaudidos y cuando además alcaró que la Argentina no se va a convertir en una "economía cerrada" ni se frenarán las importaciones, pero advirtió que no permitirá el ingreso indiscriminado de importaciones.

Un auditorio receptivo al mensaje

Desde el propio Miguel Acevedo, hasta representantes de pymes y de sectores industriales como los textiles, automotrices, del acero y del interior se manifestaron conformes y esperanzados con el cambio de gobierno y con las políticas públicas que Fernández promete poner en marcha.

Y lo hacen más allá de reconocer la situación actual y de saber que los próximos meses seguirán siendo de crisis e inestabilidad, con alta inflación y tasas prohibitivas a la hora de obtener financiamiento, entre otros factores negativos que, aseguran, la nueva administración hereda de la "desastrosa" gestión del gobierno de Cambiemos.

"El objetivo es poner en marcha la industria, generar empleo, estabilizar la economía, pero siempre poniendo el diálogo, el consenso por delante y sabiendo que lo que viene no será fácil", sostuvo Acevedo.

El titular de la UIA y también presidente y dueño de Aceitera General Deheza (AGD), volvió a insistir en que la Argentina tardará más de una década en recuperarse de la actual crisis y lograr los mismos niveles de producción del 2012.

Lo mismo dijo Miguel Blanco, titular del Foro de Convergencia Empresarial y propietario de la firma Sinteplas para quien la Argentina atraviesa por un momento crucial. "El 2019 deja un PBI industrial menor al del 2009, más de 4.000 empresas cerradas, de las cuales el 95% son pymes, y una gran cantidad de asimetrías con el interior, donde las compañías pierden más competitividad aún", sostuvo.

En este sentido y como Acevedo, explicó que el país deberá crecer al 4% anual para poder alcanzar nuevamente los niveles de producción de una década atrás "para recién entonces dejar de recuperar lo que perdimos".

Para Blanco, las palabras de Alberto Fernández sobre la necesidad de recuperar la estabilidad económica, la previsibilidad y la generación de puestos de trabajo "forman parte de lo que hay que hacer para comenzar a reactivar el mercado interno, progresar, exportar y aliviar a las empresas del ahogo financiero y fiscal a las que están sometidas".

"Son necesarias políticas impositivas que estimulen la inversión productiva, y políticas de Estado que vayan más allá de los gobiernos de turno y que se basen en acuerdos, en consensos, en una moneda estable, con tasas competitivas y una previsibilidad que nos permita transitar la senda del crecimiento", argumentó.

Por su parte, Daniel Funes de Rioja, titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), se mostró a favor del diálogo y el consenso pedido por Alberto Fernández, así como de la creación del Consejo Social.

"Debemos discutir los temas que nos preocupan en una gran mesa, donde se tendrá que analizar el marco que necesitamos para crecer", dijo el empresario alimenticio.

De todos modos, el también vicepresidente de la UIA agregó que todavía faltan conocer definiciones concretas sobre el plan de gobierno del presidente electo, aunque repitió que el camino "es el de generar consensos y terminar con las grietas".

José Urtubey, otro de los miembros de la mesa directiva de la UIA, aseveró que el discurso fue muy bien recibido entre todos los industriales. "Desde la humildad, el presidente electo plantea la necesidad de consensuar acuerdos para poder encontrar una salida desarrollista a la crisis", sostuvo.

Para el también titular de Celulosa Argentina, uno de los aspectos más disruptivos de las prouestas del sucesor de Macri se observó cuando planteó la búsqueda de distintas realidades salariales de acuerdo a los diferentes sectores para encarar las negociaciones paritarias.

Su colega, Carlos Blaquier, también respaldó el discurso de Alberto Fernández al sostener que su objetivo es el de mejorar el sistema productivo. En tanto, Marcelo Figueiras, dueño del laboratorio Richmond, destacó "conceptos positivos" de la presentación de Fernández, entre los cuales destacó su promesa de abrirse al diálogo, a lograr un consenso amplio en las políticas de Estado "para que la Argentina se ponga de pie".

Se manifestó además de que el país pague sus deudas con los acreedores externos "cuando se pueda", tal como anticipó el electo Jefe de Estado, "porque primero se debe estabilizar la economía y reactivar la industria y el consumo".

Entre los textiles hubo coincidencia con sus colegas industriales. Por lo menos así lo expresó Jorge Sorabilla, titular de TN Platex, para quien las expectativas luego de haber escuchado a Alberto Fernández "son de mejoras, de poder mirar lo que viene con optimismo".

En este sentido, pidió crear círculos virtuosos "para apostar a las mejoras contíunas, a una baja de la inflación y al crecimiento, tratando de aportar cada uno lo que sabe y lo que puede aportar".

"Son notables las diferencias de mirada de país que tiene con los que se van porque el nuevo presidente dice lo que siente y piensa de verdad a la hora de sostener que con más producción y trabajo se podrá crecer y se terminará con la especulación".

Aplausos para el discurso "antiespeculador"

Todas estas opiniones y frases de apoyo se habían expresado a modo de aplauso durante varios pasajes del discurso de Alberto Fernández durante la mañana de este jueves.

En su presentación, el Jefe de Estado electo les había dicho que entendía la crisis que sufre la industria, con 17 meses de caída de la producción y más de dos años de bajas constantes en los índices de consumo. También los sedujo a la hora de criticar las medidas tomadas por el actual gobierno para luchar contra la inflación y que derivaron en una de las peores crisis de la historia del país, con cuatro años de especulación financiera, "en los cuales era mejor apostar a un bono que producir y dar trabajo".

Por eso, les prometió que desde el 10 de diciembre no habrá "ni un día más con la lógica de la especulación" y que lo que se buscará construir es esperanza y no expectativas, palabras a las que diferenció en cuanto a un significado similar.

"Hay expectativa cuando se duda y esperanza cuando se sabe lo que va a pasar", aseveró Fernández quien también usó una cuestionable comparación entre católicos y ateos para señalar que quienes creen en Dios tienen esperanza porque saben que después de la muerte "hay una vida mejor", mientras que los ateos tienen expectativas de que la haya "porque no saben lo que les espera".

El presidente electo también les prometió ayudar a los que producen, a poner en marcha la economía, a generar sistemas impositivos diferenciales para las pymes y las empresas del interior. Y también negociar con la CGT una revisión de la lógica de la paritaria del interior y las grandes empresas.

También a analizar reformas a las leyes laborales y les anticipó que pagará las deudas externas sin quitas ni default pero que lo hará recién cuando "hayamos podido conseguir los dólares para hacerlo y después de que los que producen lo hagan más, que vuelva a crecer el empleo, aumente la capacidad instalada".

Pero reconoció que no lo podrá hacer solo. Que no cree en los personalismos, que no busca generar la corriente "albertista" dentro del peronismo, ni tomar decisiones "desde la soledad de un despacho, o consultando a algunos pocos ministros".

Les pidió así a los industriales que formen parte del Consejo Social que está promoviendo para armar un nuevo contrato social con políticas consensuadas que permitan resolver con problemas estructurales como el hambre "porque estamos en el fondo del pozo y lo que ahora queda es crecer".

Pero Fernández aclaró que esta mesa de debate no se limitará a negociar congelamiento de precios y salarios sino a los planes para que la Argentina vuelva a producir "con el aporte de todos los sectores que tendrán que resignar algo porque las cuentas fiscales están en situación deplorable".

"Debemos hacerlo juntos y no por imposición ya que creo en la política de puertas abiertas para así poder incluso dejar de dar planes sociales y dar trabajo, para que mucha gente deje de vivir de las dádivas del Estado".

Prometió además que el país dejará de importar sin restricciones, aunque advirtió que no se vivirá a puertas cerradas. "Pero no se dejará traer cosas de afuera para que nuestros productores se sigan cayendo", sostuvo. De todos modos, aclaró que no se trata de vivir en una economía cerrada sino de ser inteligentes.

También adelantó que se van a profundizar los acuerdos con el Mercosur, más allá de que los presidentes que hoy integran el bloque comercial tengan pensamientos diferentes. "Ninguna diferencia me va a hacer poner a la Argentina en el lugar equivocado", dijo.

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