Si bien Alitalia no estaba bien económicamente y con grandes pérdidas, en estos días se quedó sin pasajeros, en el marco de la angustia informativa italiana por los efectos de la crisis de coronavirus.

Ahora, habiendo gastado el préstamo que le acababa de dar el Gobierno, vive una carrera contra el reloj en búsqueda de soluciones.

En solo dos meses, la firma perdió 170 millones de euros, lo que equivale a unos 3 millones diarios, la mitad del préstamo estatal que le dieron en diciembre.

La aerolínea debía de llegar al 31 de mayo con los 400 millones que le prestaron en diciembre (tras haber derrochado otros 900 millones anteriormente) pero ahora se considera difícil que acabe marzo.

Giuseppe Leogrande, el comisario que sustituye a un triunvirato que llevaba casi tres años arrastrando a la compañía quebrada, fue al ministerio de desarrollo económico a ver al ministro Stefano Patuanelli. Pero el funcionario, por haber estado en contacto con una asesora diagnosticada con el coronavirus, se iba a autoaislar en su domicilio por prevención, con lo que no se sabe ahora quién se hará cargo del asunto.

Frente a estos problemas, una posible solución es la entrada abierta del estado en el capital, o sea la nacionalización y conversión de la compañía en una rama más del gobierno, aunque sea temporal, derogando las normas europeas provisionalmente.