La oficialización del protocolo para la vuelta de bares y restaurantes dejó con un sabor agridulce a los empresarios de la gastronomía porteña. Ocurre que, si bien el anuncio de la reapertura resultó celebrado por todo el sector, las pautas impuestas ahora restringen los movimientos comerciales de la mayoría de los emprendimientos de la Ciudad. Según las organizaciones del rubro, apenas el 20 por ciento de los establecimientos podrá operar a partir de las condiciones impuestas vía Boletín Oficial.

La norma vigente fija que la vuelta tiene que llevarse a cabo "sin el uso de espacios o salones interiores, patios interiores, terrazas jardines o similares".

Y que sólo podrán aprovechar los espacios fuera de los locales los comercios que cuenten con "habilitación para funcionar al aire libre, en vereda, calzada u otros sectores del espacio público otorgada por la autoridad correspondiente de la jurisdicción con anterioridad al dictado de la presente decisión administrativa".

En concreto, según explicaron a iProfesional desde la AHRCC -entidad que aglutina a restaurantes, confiterías y cafés en Capital Federal-, esto significa que sólo podrán sacar las mesas a las veredas aquellos emprendimientos que ya contaban con permisos previo al estadio de pandemia.

Al mismo tiempo, lo publicado en el Boletín Oficial excluye la posibilidad de ampliar el funcionamiento de los restaurantes a ramblas, plazas o parques, una opción largamente reclamada por el segmento gastronómico. Lo que sí está contemplado para este regreso es el servicio de atención en la mesa.

La Ciudad limitó el regreso a mesas y sillas en veredas de establecimientos con habilitación ya extendida.

"La señal de reapertura por supuesto que es bienvenida, pero la realidad es que son muy pocos los restaurantes y bares que pueden hacerlo a partir de lo establecido en la norma. Sólo 2.000 de los 10.000 locales distribuidos en Capital Federal pueden hacer uso de las veredas. Quienes no contaban con permisos para sacar las mesas y sillas en la previa a la pandemia ahora no podrán hacerlo", sostuvo ante iProfesional Ariel Amoroso, presidente de la AHRCC.

"Muchos de los emprendimientos gastronómicos no tramitaron habilitaciones porque carecían de grandes espacios en las veredas. En todo caso, tenían la expectativa puesta en poder instalarse en plazas o ramblas. Eso quedó totalmente descartado, según el Boletín Oficial. Nos quedamos con un sabor agridulce tras ver lo que se estableció", añadió.

Complicaciones para Puerto Madero y Avenida de Mayo

Según Amoroso, la reapertura sin espacios abiertos como jardines, patios o terrazas, complica aún más la supervivencia de la gastronomía en puntos de la Ciudad como Puerto Madero o la Avenida de Mayo.

"Sin turismo, los restaurantes de esas zonas están muy complicados para seguir adelante. Por otro lado, en Avenida de Mayo los emprendimientos históricos no sacan mesas a las veredas. Por política de los restaurantes, sobre todo. Ahora, aunque quisieran, tampoco podrían porque está cerrada la posibilidad de tramitar habilitaciones", explicó.

El directivo sostuvo con preocupación que, de no flexibilizarse aún más las pautas para la reapertura de los locales, el cierre de emprendimientos gastronómicos seguirá siendo una constante. "Si no se liberan más aspectos, para cuando se levante la cuarentena del todo apenas si la mitad de los restaurantes quedará en pie en Buenos Aires", dijo.

La vuelta a los salones comenzaría a discutirse dentro de dos semanas.

De cara a lo que viene, Amoroso sostuvo que desde el oficialismo porteño comunicaron que, según cómo funcione este retorno en términos de impacto sanitario, quizás en el transcurso de dos semanas comiencen las reuniones para avanzar con la vuelta de los servicios dentro de los salones.

"Dependemos de lo que ocurra con los números de contagios. Confiamos en que así como hay muchas actividades que funcionan sin restricciones más allá del contexto, la gastronomía también tendrá su posibilidad siempre respetando al máximo todos los cuidados sanitarios necesarios", concluyó.