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¿El Gobierno usa como espejo de su política monetaria a un país africano?

También aplicó cepos y límites a la compra de divisas; freno a las inversiones; impuestos a operaciones bancarias y un ajuste negociado con el FMI
30/09/2020 - 14:55hs
¿El Gobierno usa como espejo de su política monetaria a un país africano?

Mientras las supuestas 60 medidas que se anunciarían para darle forma al tan esperado plan oficial siguen sin tomar forma, el Gobierno mantiene el esquema de política económica ad-hoc con las cuales supone mejorar la dinámica cambiaria, fiscal o financiera del país.

Se trata de un estilo para dirigir la economía local sin un plan explícito sino con normas particulares (endurecimiento del cepo y amenaza de venta de bonos por parte del BCRA), que aparecen según el problema a atacar pero que, según los analistas y consultores privados, no terminan de resolver el problema de raíz que todos consideran es netamente fiscal y monetario.

De hecho, la presentación del Presupuesto 2021 pudo haber sido una buena oportunidad para el Gobierno de retomar el control de la macro tras el canje de deuda, pero sin embargo no pareció mostrar una convicción suficiente en términos de consolidación fiscal.

Algunos creen que se trata de una estrategia que se mantendrá durante toda la gestión del presidente Alberto Fernández y mientras dure Martín Guzmán al frente del Ministerio de Economía.

Otros, en cambio, anticipan que a partir del acuerdo que se deberá firmar con el FMI para terminar de renegociar la deuda externa, se dará paso a un programa integral acordado con el organismo financiero internacional. Quienes avalan esta idea, recuerdan que durante esta semana, el FMI confirmó que enviará una misión al país a principios de octubre.

Pero mientras este interrogante no se resuelva, para los analistas de las medidas oficiales, la Argentina viene adoptando un camino similar al que en su momento tomó Angola para intentar normalizar su incertidumbre económica.

De hecho, hasta se asegura que la tercera economía de África sirve como ejemplo para pensar la macro que se viene. Por lo menos, así se da a entender en un reciente informe elaborado por Consultatio, en el cual se sostiene que "lo más interesante del caso de Angola pasa por las cuestiones cambiarias".

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Un informe de Consultatio remarca que se puede analizar la tercera economía africana para saber lo que se viene 

País conocido

Angola no es un país desconicido para muchas de las actuales autoridades. En especial para el sector kirchnerista encabezado por la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien en el 2012 encabezó una "desopilante" gira por la nación africana, acompañada de un grupo de empresarios que cerrraron negocios que jamás se terminaron de concretar como los anunciado por los entonces dueños de la feria La Salada, por ejemplo.

En aquel entonces, Cristina se reunió con el presidente José Eduardo Dos Santos, habló de dos países "complementarios en lo económico, político e ideológico", bailó y recorrió la exhibición argentina. La expectativa pasaba por conseguir un nuevo proveedor de gas y petróleo y al mismo tiempo abrir un mercado para la producción nacional.

No ocurrió ni lo uno ni lo otro. Los acuerdos entre las estatales YPF y Sonangol nunca se concretaron, mientras las exportaciones cayeron en 2012 a u$s200 millones y en 2013, a u$s127 millones, según la consultora Abeceb en base a datos del Indec. Es mías, la firma entrerriana que terminó quebrando sin construir ni una de las 18 cosechadoras que la Presidenta anunció con orgullo que habían comprado los angoleños.

Ahora, el trabajo de la consultora financiera creada por el empresario inmobiliario Eduardo Costantini, descubrió que el esquema cambiario con el que llegó Angola al programa de reestructuración de su deuda con el FMI es bastante similar al argentino en lo que respecta al grado y profundidad de las restricciones.

En el caso del organismo financiero, sus respuestas a cada una de las sucesivas revisiones del programa del país africano fueron liberalizar el mercado y eliminar las prácticas de tipos de cambio múltiples, "lo cual implica necesariamente recortar la brecha desde abajo". Es decir, aplicar un ajuste en el tipo de cambio oficial.

"Esto nos hace pensar que, en el caso de Argentina, si el ajuste cambiario no lo hace el mercado durante los meses de transición, lo más probable es que el nuevo marco de política económica se encargue de hacerlo", anticipa el documento de Consultatio.

Pero la forma en que esto ocurra no será neutral en términos macro ya que si la devaluación se da en el marco de un programa macro creíble, acompañado de una política monetaria y fiscal consistente, se minimiza el impacto inflacionario y se maximiza la recuperación de la actividad. Desde ese punto de vista, para los autores del informe comparativo, los intereses políticos y macroeconómicos deberían estar alineados.

Otra de las similitudes que se destacan entre Argentina y Angola, país totalmente dependiente del sector de hidrocarburos, se refieren al uso de tipo de cambio que hizo la nación africana entre el 2016 y el 2017 como ancla nominal mientras experimentaba una expansión fiscal fenomenal financiada por su Banco Central.

Esto derivó en la necesidad de imponer una serie de restricciones cambiarias que llevaron a la brecha a niveles de 150%, con niveles de deuda, inflación y actividad también bastante comparables con los argentinos.

El plan angoleño comenzó en el 2016 a patir de una dinámica desfavorable en los precios del crudo en conjunto con un mix de políticas inconsistentes de cara a las elecciones de agosto de 2017 y que pusieron a la economía angoleña bajo estrés y derivando en el pedido de un programa de facilidades extendidas en diciembre de 2018 tras una recesión de tres años consecutivos.

el esquema cambiario con el que llegó Angola al programa de reestructuración de su deuda con el FMI es bastante similar al argentino
El esquema cambiario con el que llegó Angola al programa de reestructuración de su deuda es bastante similar al argentino

Similitudes

Para los autores del informe de Consultatio, las similitudes con el punto de partida de Argentina "llaman la atención". En el período 2016-2017, Angola comenzó a utilizar el tipo de cambio como ancla nominal, fijando la paridad oficial en 165 kwanzas por dólar (AKZ/USD), mientras profundizaba el déficit fiscal, que pasó de 3,3% en 2015 a 6,3% en 2017, cuando se disputaron las elecciones presidenciales.

Parte de ese aumento en el déficit fiscal fue financiado por el Banco Central de Angola, lo que acrecentó los desequilibrios y llevó a la inflación a duplicarse (desde 12% en 2015 a 22% en 2017) a pesar del ancla cambiaria. Durante ese período, el Banco Central perdió u$s6000 millones de reservas, lo que colaboró para que la política monetaria sea relativamente restrictiva a pesar de la monetización del déficit.

"Esta situación terminó obligando a las autoridades a instaurar cada vez más restricciones cambiarias como límites para la compra de divisas en ciertas operaciones; límites a las transferencias de divisas al extranjero, impuesto a operaciones cambiarias; impuesto a transferencias por servicios de no residentes; prohibición de compras de moneda extranjera considerada "especulativa" y creación de una lista de acceso prioritario al mercado de cambio, entre otras medidas. Por esto mismo, en Angola se terminó formando un mercado paralelo en el cual la brecha cambiaria llegó a tocar el 150% a fines de 2017.

El informe de Consultatio también asegura que existen paralelismos entre las características principales del programa financiero en el que se involucró Angola y en el que podrían estar presentes en el caso argentino:

1) Política fiscal: el FMI puso como meta acelerar la consolidación fiscal que comenzó en 2018 de manera tal de contener el aumento en los niveles de endeudamiento y mitigar los efectos de una liberalización cambiaria en la inflación. El ajuste fiscal se basaría en contraer el gasto corriente (disminución real de salarios públicos, reducción de planta en áreas no prioritarias y reducción en el consumo de bienes y servicios), y en un menor gasto de capital. Otro aspecto central fue la eliminación de subsidios.

2) Política monetaria: se estableció un esquema de metas y se impuso un límite de financiamiento anual al Tesoro de 10% de los ingresos corrientes del año previo, de manera tal de controlar la dominancia fiscal.

3) Política cambiaria: con la asistencia del FMI, se comenzó a liberalizar el mercado, levantando restricciones, eliminando distorsiones y deshaciendo prácticas de tipos de cambio múltiples. Una meta explícita fue asegurar que los depositantes puedan retirar sus depósitos en dólares del sistema (algo que no estaba ocurriendo) y desarmar la obligatoriedad de encajar los depósitos en dólares en deuda del Gobierno.

4) Reformas estructurales: creación de un instituto para fortalecer la gobernanza de las empresas públicas y la restructuración integral de la petrolera estatal Sonangol. También se impusieron reformas para mejorar el clima de negocios y fomentar la inversión como una nueva ley de quiebras, fortalecimiento de derechos de propiedad.

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