Los temblores políticos de los últimos días, sumado a los cambios fijados para la economía, volvieron a poner en situación de congelamiento la reclamada modificación a la ley de alquileres. Expertos y comercializadores coinciden en que los cambios no tendrán lugar en julio por efecto del vaivén gubernamental y la cercanía de las vacaciones de invierno. Y anticipan un incremento como nunca antes visto para los contratos de agosto. El mes que viene, afirman, las subas serán más altas que las registradas incluso en años de hiperinflación.

Desde entidades como CUCICBA, el colegio de corredores porteño, señalaron ante iProfesional que el receso invernal terminó por sumar una traba más a una discusión que se empantanó en los últimos días. La semana pasada hubo sesión en Diputados pero no se incluyó el tratamiento del marco.

Si bien ya existen dos dictámenes sobre el tema, con el Frente de Todos acumulando mayoría de firmas en las comisiones de Legislación General y Presupuesto y Hacienda y Juntos por el Cambio consolidando supremacía en el recinto, lo cierto es que el cambio en el Ministerio de Economía y la decisión oficial de aplicar modificaciones a sus políticas en esa área dejó a la ley de alquileres fuera de la nómina de prioridades.

La propuesta de Juntos por el Cambio + Interbloque Federal incluye la reducción de 3 a 2 años en los plazos de los contratos y actualizaciones semestrales a negociar entre dueños e inquilinos.

Al mismo tiempo, ambas fuerzas contemplan la inclusión de incentivos fiscales como, por ejemplo, exención del pago de Bienes Personales para quienes declaren los contratos de alquiler. También aplicarían cambios en el monotributo para aquellas personas con inmuebles alquilados y la exención del impuesto al cheque para los propietarios.

En la vereda de enfrente, el Frente de Todos mantiene vigente una propuesta que no modifica el marco actual. El proyecto oficial sostiene los 3 años de contrato, sigue adelante con los ajustes anuales y apenas si propone, como supuesta modificación, un incremento en los controles para que la ley se respete.

La oferta de propiedades en alquiler es la más baja en más de una década.

Cambiar la ley de alquileres dejó de ser prioridad

"El enfoque político está en otro lado", dijo a este medio Marta Liotto, presidenta de CUCICBA. "Hoy el Gobierno tiene como prioridad definir otros aspectos de la economía, mientras que la oposición se mantiene alerta porque entiende que el contexto de la Argentina es de falta de unión y consenso", agregó.

La directiva sostuvo que, aunque predomina la urgencia entre los inquilinos, propietarios y comercializadores, "julio concluirá sin cambios en la normativa que rige en la actualidad, por lo que vamos por aumentos que romperán nuevos récords".

A tono con esto, Liotto comentó que el índice de incrementos de estos días alcanza al 58 por ciento, un porcentaje inédito desde que se contabilizan los ajustes. Pero esta falta de cambios complicaría aún más los bolsillos en agosto. La titular de CUCICBA pronosticó aumentos que no se han dado incluso en escenarios de macroeconomía en crac como los sufridos en 1989 o el 2001.

Agosto será otro mes dramático para el bolsillo de los inquilinos.

Agosto será otro mes de suba récord

"En agosto, a este ritmo, vamos a hablar de subas en los alquileres del orden del 60 por ciento. Si no hay una modificación inmediata de la ley, bueno, llegaremos a esa cifra. Es algo que no ocurrió nunca. El mercado inmobiliario, más allá de las crisis transcurridas, jamás operó con semejantes niveles de ajuste", dijo.

Liotto sostuvo que "ni en los tiempos de hiperinflación a finales de los 80 alcanzamos niveles de incrementos tan elevados". Afirmó que "siguen sin ingresar propiedades al mercado, por lo que oferta se restringe más y más" y alertó sobre una crisis habitacional pronunciada a partir de la falta de respuestas del Gobierno al reclamo de todos los protagonistas –propietarios, inquilinos, inmobiliarias y desarrolladores– de la actividad inmobiliaria.

"El estado de ánimo del sector está por el piso. No se hacen nuevos contratos de alquiler y sólo se generan renovaciones. Por otro lado, las personas con propiedades sólo quieren vender. Pero la realidad es que con semejante movimiento del dólar los potenciales compradores prefieren esperar. Eso genera un ‘sobrestock’ que traba las ventas y, al mismo tiempo, oprime aún más la oferta de viviendas puestas en alquiler", concluyó.