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Auge, caída y renacer de Fiorucci, la marca amada por los "chetos" y odiada por los rockeros

La historia de Fiorucci, la marca que reinventó el jean y fue amada por las clases altas y odiada por los rockeros argentinos de los 80
15/09/2023 - 19:37hs
Auge, caída y renacer de Fiorucci, la marca amada por los "chetos" y odiada por los rockeros

"Fiorucci made in heaven". La información en etiqueta marcaba hecho en Milan, Italia. Pero la gente que usaba la marca sospechaba que estaba hecha en el cielo. Las caras de las dos angelitas estampadas –una rubia y otra morocha- eran prueba suficiente de su origen celestial.

Fundada por Elio Fiorucci, el 31 de mayo de 1967, -fecha en la que se abrió la primera tienda en la capital de la moda italiana- la marca pronto flechó a los jóvenes ricos de la época. Sus jeans eran caros, ajustados (marcaban la silueta femenina) e inaccesibles para la mayoría, una receta perfecta para atraer a un público selecto, ávido de diferenciación. Su local en la Galleria Passarella, frente al Duomo, como para seguir reforzando esa conexión con los dioses del diseño, contó en la inauguración con el popular cantante y actor Adriano Celentano.

Hijo de zapateros –su padre tenía una tienda en Milán- Elio viajaba regularmente a Londres y se embebía de las tendencias de Carnaby Street, donde las tiendas de diseño independiente marcaban el pulso de la moda vanguardista. En esos viajes, contó en alguna entrevista, se hizo experto en descubrir lo que las mujeres querían, y asegurarse de dárselo.

El elastizado que cambió la silueta femenina

Entre los muchos aportes que Elio hizo a la moda está el famoso jean con lycra, elastizado, pensado como una segunda piel para realzar la figura de la mujer. "La idea era transformar el jean, de una ropa pensada para trabajar, en un objeto elegante, perfecto, que pudiera ajustarse a las líneas femeninas", contó el diseñador en una entrevista a un medio italiano años antes de morir en 2015.

A mediados de los 70, Fiorucci inauguró su primera tienda en Nueva York, sobre la avenida Lexington, y su fama alcanzó el cielo. Es que el local, que fue pionero en la idea de los concept stores, atrajo a un público ecléctico y selecto: a artistas de vanguardia como Andy Warhol y Basquiat, a la cantante Cher, al periodista y escritor Truman Capote, a la actriz Elizabet Taylor y a la ex primera dama Jackie Onasis. La mayoría eran asiduos asistentes a las fiestas de la disco Studio 54, que marcaba el pulso de la noche frenética y desenfrenada en la Gran Manzana.

La sucursal diurna de Studio 54

De hecho, Fiorucci fue una especie de sucursal diurna del boliche más famoso de todos los tiempos. En sus vitrinas eran habituales las performances de artistas plásticos y bailarines maquillados e hipersexualizados, vestidos con mallas apretadas fosforescentes o de colores estridentes, que bailaban música disco en medio de los maniquíes y los exhibidores de ropa ante la atónita mirada de los transeúntes.

En 2019, la marca volvió a renacer, primero con una tienda online y luego con una física en el Soho londinense

Por la noche, cuando las persianas se bajaban después de un intenso día de ventas, empezaba lo mejor: las fiestas exclusivas y alocadas. Incluso, una jovencísima y desconocida Madonna debutó cantando en una de ellas. Lo consiguió gracias a su hermano, Christopher Ciccone, que trabajó en la tienda por un tiempo. Y Sofía Coppola contó en más de una vez la emoción que le provocaba visitar la tienda neoyorquina cuando era una adolescente.

Elio entendió como nadie la importancia de la cultura pop y estampó a Mickey Mouse en las remeras de su marca. Pero casi almismo tiempo colaboró con la diseñadora británica Vivienne Westwood, creadora del estilo punk (diseñó el vestuario de los Sex Pistols). Acaso, su aura transgresora le permitía pasar de una frontera a otra sin sentir ningún tipo de remordimiento.

La marca más odiada del rock nacional

En la Argentina, Fiorucci tuvo una aparición estelar en los 80. La comercializó Carlos Wolodarsky, que fue una especie de adelantado a su época, y, a su manera, formó parte de la revolución. "No compramos nunca la licencia. La licencia nos la dieron porque la merecíamos", dijo con tono algo desafiante. El merecimiento estaba basado en hechos: Wolodarsky ya comercializaba Wrangler en el país y era una garantía en el tema.

Entre el argentino y el italiano nació una relación comercial marcada por el éxito. En el país alcanzaron en poco tiempo más 1.000 puntos de venta. De hecho, un clásico argentino como las bombachas de campo inspiraron el modelo baggi –cintura alta, pinzas y piernas anchas- que se vendió como pan caliente: 30.000 pares en un mes. Pero el temor a que el modelo quemara la marca que buscaba ser de culto, puso un necesario freno. Wolodarsky se dio cuenta a tiempo y los discontinuó porque entendió que el baggi, que fue copiado hasta el hartazgo, tenía fecha de vencimiento y serios riegos de ser tildado de "grasa".

En paralelo, Fiorucci comenzó a ser resistida entre íconos argentinos culturales de la época, al punto de convertirse en la marca más odiada de la escena del rock nacional. Luca Prodan cantaba "caras conchetas, miradas berretas y hombres encajados en Fiorucci" en La Rubia Tarada y Charly García la mencionó en su tema Transas después de ser acusado de "venderse" a la marca que auspició el recital que dio en el estadio de Ferro en 1982. Fue la primera en hacerlo. "Él se cansó de hacer canciones de protesta y se vendió a Fiorucci", ironizó en el primer verso de la primera estrofa.

Varios desaciertos y un relanzamiento de la marca

La marca empezó a desintegrarse con el nuevo milenio, tanto en Argentina como en el resto del mundo. Wolodarsky vislumbró que se acercaba el final y vendió su licencia al Grupo Furlotti y Elio hizo lo propio a H&M. Pronto la imagen de los ángeles alados comenzó a transitar un amargo camino de desaciertos hasta desaparecer por un buen tiempo. Hasta que el 30 de diciembre del 2016, a través una cuenta oficial en Instagram, resurgió de la mano de sus nuevos dueños, Janie y Stephen Schaffer.

A mediados de los 70, Fiorucci inauguró su primera tienda en Nueva York y su fama alcanzó el cielo

Para la campaña de relanzamiento del verano 2017, la dupla se inspiró en la realizada en 1977, y contrataron a la modelo Georgia May Jagger, hija del líder de los Rolling Stones. En 2019, una alianza con Adidas la puso nuevamente en el centro de la escena.

Desde entonces, la marca volvió a renacer, primero con una tienda online y luego con una física en el Soho londinense. Es cierto que jamás recuperó el halo celestial que supo tener en aquellos frenéticos años de los 70 y 80. Pero al menos hoy no hay un jean Fiorucci ardiendo en el infierno. 

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