Cuál es la estrategia de los supermercados chinos para bajar los precios, ante la caída en las ventas
"Se acabo lo que se daba con los intermediarios. Abril marcó la pauta que no se puede seguir así, perdiendo plata al ritmo que la gente compra menos", explicó un encargado asiático de un local ubicado en el barrio de Mataderos en la ciudad de Buenos Aires. Los datos del cuarto mes del año fueron contundentes y esperados. Una caída en las ventas del 10% y quejas que se acumulan de los clientes de los barrios donde operan los supermercadistas chinos por las remarcaciones y las escasas ofertas que encuentran en sus salones de venta.
El alerta en la comunidad de los supermercados chinos se había dado en el mes de diciembre pasado cuando cayó un 18% el consumo en un contexto de salarios atrasados y tarjetas de crédito extenuadas. El 2024 finalizó con pérdidas del 10% en las ventas y el 2025 continúa con la tendencia de retracción del consumo masivo mientras crece la preocupación por las listas que las empresas de alimentos y bebidas comenzarán a hacer llegar a partir de la segunda quincena del mes.
Yolanda Durán es la voz de los supermercadistas chinos y, en declaraciones periodísticas, señalaba que a "...diferencia de los grandes hipermercados, los supermercados chinos se han esforzado por mantener precios más estables. Nosotros tratamos de comprar barato para vender barato", explicó.
Esta estrategia de contención de precios contrasta con las prácticas de algunos grandes empresarios del sector alimenticio, a quienes Durán acusó de inflar los precios aprovechando su posición dominante. Además, señaló que la intermediación en la cadena de distribución encarece los productos, lo que representa un desafío constante para los comerciantes que tienen locales de cercanía.
Supermecados chinos: la intermediación en la mira
Precisamente, la intermediación será el punto a atacar de los supermercadistas chinos para dar una respuesta a su clientela y lograr bajar los precios de los bienes de consumo masivo hasta en un 30%. Y, para ello, van a inaugurar el primer centro mayorista chino donde solo podrán comprar los dueños de los locales de la comunidad.
Durán, de la Cámara Empresarial de Desarrollo Argentino y países del sudeste asiático (CEDEAPSA), anunció que "...ya estamos trabajando con distribuidores chinos mayoristas en determinadas categorías como gaseosas, galletitas, bebidas alcohólicas como vinos y cervezas. Y, vamos a abrir nuestro primer centro mayorista chino, para que sólo puedan comprar los dueños de supermercados chinos. Estamos en conversaciones con varios municipios para instalarnos en un predio de 10.000 metros cuadrados. Luego lo replicaremos provincia por provincia. Sólo se pagarán gastos de administración y de logística, sueldos, impuestos y mantenimiento, no buscamos rentabilidad. Queremos que sea de los chinos y para los chinos", explicó.
La discusión por los precios es, principalmente, con los mayoristas. Si fuera por los dueños de los locales comprarían directamente a las fábricas y tacharían al intermediario que vende al por mayor. Están convencidos que de esa manera los precios que paga el consumidor final bajaría entre un 25% y un 30%. De conseguir un repunte en la venta se justificará el argumento de continuar inuagurando locales de cercanía en distintos barrios de la CABA y el Conurbano y también en varias provincias.
No solo intentarán ser más agresivos con precios más bajos sino que también intentarán fidelizar a su clientela con descuentos a los jubilados y pensionados que gasten más de 5.000$. Por ahora, no existen las ofertas, reintegros de las entidades bancarias que tienen otras grandes cadenas de supermercados.
Los supermercados chinos gozan de buena salud
En ese contexto, los super chinos gozan de buena salud, con planes concretos para el corto plazo. La actividad, que reemplazo a los tradicionales y recordados almacenes de los inmigrantes españoles, se extendió por todo Buenos Aires y por las provincias cambiando el paisaje urbano y, en la actualidad, hay más de 4.000 locales repartidos en el territorio.
En cuestiones laborales continúan trabajando de la misma manera desde hace treinta años. Es normal observar como estos pequeños empresarios subalquilan espacios dentro de sus tienas a otros comerciantes, verduleros y carniceros, a menudo de origen boliviano y paraguayo. No hacen publicidad en medios ni de por casualidad ni tampoco se los ve activos en redes sociales. Es una manera de tener bajos costos operativos.
Con respecto a la contratación de personal es usual que empleen a familiares y trabajen extensas jornadas de hasta 14 horas. No se sabe que el sindicato de Empleados de Comercio de Armando Cavalieri tenga mucha incidencia a la hora de protestar por las condiciones laborales en estos comercios. Y, detrás de esta aparente normalidad, existe un lado oscuro que la Justicia no termina nunca de dilucidar a través de sus investigaciones.
Uno de los temas más controvertidos es la presunta existencia de una mafia china que extorsiona a los propietarios de supermercados. ¿Operan organizaciones mafiosas de China tras bambalinas?
Existen informes que ya fueron tratados por la prensa que indica que los dueños de autoservicios, deben pagar cuotas mensuales a organizaciones mafiosas para poder operar sin problemas. La pintura de las rejas o de las cortinas de los negocios en colores específicos, como el celeste o azul, se interpreta como una señal de lealtad o pago a una facción particular de la mafia china.
Fuentes de la Policía Federal señalaron a iProfesional que la predominancia del color celeste en algunos locales se asocia con una organización originaria de la provincia de Fu Jian, en el sur de China. Se estima que esta organización facilita la inmigración ilegal de ciudadanos chinos, estableciendo negocios para ellos y exigiendo un pago mensual perpetuo. que podría ascender hasta los 2.500 dólares. Las consecuencias para quienes se niegan a pagar estas cuotas pueden ser mortales, y de allí la importante cantidad de hechos policiales que se reportaron en supermercados chinos a lo largo de estas tres décadas.