Essen despidió a 30 personas: el gremio denuncia que reemplazó parte de la producción por importaciones de China
La empresa Essen, dedicada a la fabricación de ollas y sartenes, redujo su planta de producción de 20.000 metros cuadrados ubicada en Venado Tuerto (Santa Fe). Según explicó la compañía en un comunicado, la baja en el consumo la llevó a desvincular a 29 empleados.
La firma confirmó que "en los últimos meses, la demanda disminuyó, lo que obligó a realizar algunas desvinculaciones para adecuar la producción: en total, 12 empleados efectivos y 17 de personal eventual".
La fábrica de ollas Essen recortó al 10% de su personal
De acuerdo con la UOM, el recorte -que incluye tanto ceses directos como no renovación de contratos temporarios- implica un ajuste equivalente al 10% del personal. El gremio sostuvo que la empresa se comprometió a no realizar más despidos durante lo que queda de 2025 y que, aunque consideraron que "el ajuste fue necesario", seguirán monitoreando la situación.
La organización sindical también advirtió que la compañía reemplazó cerca del 45% de la producción por mercadería importada desde China, lo que aumenta el temor a que ese proceso continúe y genere nuevas cesantías.
La empresa salió al cruce de esos planteos al afirmar que "la medida no está relacionada en lo más mínimo con la importación, sino exclusivamente con la baja de la demanda", y remarcó que "fabrica la enorme mayoría de sus productos en Venado Tuerto". En la misma línea, defendió que "la marca y la industria argentina son conceptos profundamente vinculados".
"Essen continuará produciendo en el país sus productos icónicos con la calidad y pasión que la caracterizan. Mantiene, además, su compromiso con el empleo y su preservación", declararon desde la empresa. También señalaron que trabajan para recuperar los niveles de actividad y proyectan mejoras en los próximos meses.
La compañía subrayó que, a lo largo de sus 45 años de historia, ha sabido "adaptarse, innovar y evolucionar", y que mantiene la misma premisa fundacional: sostener un estándar de calidad junto con una fuerte vocación por la industria nacional.
En un contexto de mayor apertura económica, la empresa comenzó a incorporar insumos y productos fabricados afuera, como hacen otros fabricantes cuando resulta más económico importar que producir localmente. Su planta en Santa Fe -dirigida por la tercera generación de la familia- es considerada la mayor instalación del mundo dedicada a piezas de aluminio fundido con esmalte vitrocerámico.
Cambios en la estrategia de negocios: busca un modelo "más productivo y eficiente"
Su CEO, Wilder Yasci, nieto del fundador, había explicado meses atrás que Essen busca un modelo "más productivo y eficiente". En ese marco, en agosto presentaron "Rein", el primer robot de cocina de la marca, pensado para competir con modelos importados como el Thermomix. Para ese desarrollo, que costó u$s1,2 millones, trabajaron junto con un fabricante asiático.
El robot, que incluye 500 recetas precargadas -actualizadas de manera automática-, forma parte de la nueva estrategia de ampliación del catálogo. Yasci había dicho en agosto que "con el mercado cerrado, nos enfocábamos en otras cosas", en referencia a la mayor apertura comercial que ahora habilita alianzas con proveedores extranjeros.
Tras las desvinculaciones, Essen emitió un comunicado en el que explicó que "la apertura del mercado permitió a Essen ampliar su capacidad de innovación a través de nuevos productos que idea y diseña en la Argentina, pero cuya fabricación se realiza en el exterior debido a que la tecnología necesaria para producirlos no existe localmente". Aclararon que los productos llegan desarmados y se ensamblan en el país, por lo que remarcan que no importaron "ningún producto terminado".
También precisaron que los artículos importados complementan —pero no sustituyen— la producción histórica. En ese conjunto, las cacerolas representan en 2025 apenas 1,9% de las ventas, dado que no hay tecnología local para producir ese tipo de piezas.
La historia de las míticas ollas Essen
Essen nació a fines de los años ’70, cuando Wilder Yasci, hijo de inmigrantes nacido en Villa Cañás y radicado luego en Venado Tuerto, creó la empresa con un sistema propio de fundición y un modelo de comercialización basado en revendedores. Tras dos años de ensayos y correcciones, comenzó a fabricar cacerolas de aluminio, inspirándose en un producto visto en Macy’s durante un viaje a Nueva York, en un mercado local dominado por utensilios de hierro, chapa, cobre y acero.
La marca acumula 30 millones de productos vendidos a través de más de 20.000 distribuidores. Para fortalecer la relación con los consumidores, en 2024 lanzó "Essen+", su programa de fidelización -el primero del sector en la región-, que ya reúne al 60% de los clientes activos y permitió canjear más de 40.000 cupones por cacerolas y sets de cocina.
Con presencia en seis países de América Latina -Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú y, recientemente, México- Essen exporta el 30% de su producción y avanza en un plan regional de crecimiento.