MEDIDA DE FUERZA

Gigante del cemento, en alerta: un gremio amenaza con frenar la producción

Se trata de Cementos Avellaneda, una de las cementeras más importantes del país, quien se "enfrenta" a la Asociación Obrero Minera (AOMA)
Por iProfesional
NEGOCIOS - 22 de Diciembre, 2025

Cementos Avellaneda, una de las principales empresas cementeras del país, atraviesa un conflicto gremial con la Asociación Obrero Minera (AOMA), luego de que la semana pasada el sindicato llevara adelante una medida de fuerza en la planta que la compañía tiene en Olavarría. Desde la empresa calificaron la protesta como una decisión "irracional" y apuntaron directamente contra el secretario general de la seccional local, Alejandro "Cala" Santillán, a quien acusaron de "mentir" y de someter al personal a una "situación extorsiva".

La reacción sindical se produjo tras la finalización de seis contratos laborales. A través de un comunicado oficial, Cementos Avellaneda desmintió "enfáticamente que exista una reestructuración o un recorte de personal en curso" y advirtió que la medida gremial pone en riesgo el funcionamiento normal de la planta y la estabilidad de las fuentes de trabajo. En Olavarría, la compañía emplea a más de 400 trabajadores de manera directa.

Cementos Avellaneda: el origen del conflicto en la planta y su impacto

Según detalló la empresa, controlada por la catalana Cementos Molins y la brasileña Votorantim Cimentos, el conflicto se originó en el sector de despacho, a partir de la puesta en marcha de una nueva línea operativa vinculada al cambio de bolsas de cemento de 50 a 25 kilos. En ese contexto, el gremio impulsó una medida de fuerza al reclamar la incorporación de más personal del que la compañía consideraba necesario para el área.

Desde Cementos Avellaneda explicaron que, ante ese escenario, se incorporó personal a plazo por un período de prueba, con acuerdo del propio sindicato. Sin embargo, tras evaluar el funcionamiento del sector, la empresa resolvió no continuar con esos contratos, decisión que derivó en la protesta gremial.

La medida impulsada por AOMA se extendió durante 24 horas y afectó de manera parcial el despacho de productos embolsados y de agregados graníticos, lo que generó demoras y reprogramaciones logísticas, aunque la planta ya volvió a operar con normalidad.

En su comunicado, la empresa fue especialmente crítica con la conducción gremial y sostuvo que Santillán "miente y somete a los más de 400 trabajadores de la fábrica y a toda la comunidad a una situación extorsiva que pretende extender en el tiempo".

Conciliación obligatoria y negociaciones abiertas

Tras una audiencia entre las partes, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria por un plazo de 15 días hábiles. La resolución dispuso el cese de las medidas de fuerza y ordenó la reincorporación de los seis trabajadores mientras dure el proceso de negociación.

Por el momento, no se alcanzó un acuerdo. Desde AOMA señalaron que la empresa mantiene su postura y que las conversaciones continúan, aunque sin avances concretos. El conflicto se da en un momento de menor nivel de actividad para la industria del cemento. De acuerdo con datos de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland, el consumo registró una caída de más del 14% en el último mes en comparación con octubre y acumula una baja interanual cercana al 5%.

Desde Cementos Avellaneda remarcaron que no está previsto ningún ajuste adicional de personal ni el traslado de producción a otras plantas. También advirtieron que la extensión de este tipo de conflictos tiene impacto directo sobre la logística y el cumplimiento de los servicios a clientes y transportistas.

No se trata del primer conflicto protagonizado por la seccional Olavarría de AOMA. Hace cuatro años, el gremio mantuvo un fuerte enfrentamiento con Loma Negra, que llevó a la mayor cementera del país a apagar los hornos de su planta L’Amalí, debido a la falta de insumos provocada por una disputa con Minerar, su proveedora de piedra caliza.

A fines de 2020, AOMA también había reclamado el encuadramiento gremial de los trabajadores de Minerar dentro del convenio de cemento y no bajo el de cal y piedra. El conflicto se resolvió recién después de varios días de tensión, durante los cuales Loma Negra también debió apagar sus hornos y estuvo cerca de interrumpir sus ventas por falta de stock.

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