La firma del decreto de la extinción de dominio que se publicó este martes en el Boletín Oficial podría acelerar los procesos vigentes por los cuales el Estado incauta los bienes provienentes de la corrupción y el crimen organizado. Es el objetivo del Gobierno. 

Solo en materia de narcotráfico, desde 2016 el Gobierno ya secuestró autos, armas, tecnología y dinero valuados por casi $23.000 millones, informó La Nación

Según datos que maneja el Ministerio de Seguridad, se trata de bienes recuperados desde el comienzo de la gestión de Cambiemos en operativos de las fuerzas federales en todo el país.

Las cifras están volcadas en un informe interno compuesto por datos recabados hasta julio del año pasado. El monto, en términos concretos, es incluso más alto, ya que no se tomaron en cuenta los secuestros de los bienes que provienen del poder político.

En ese grupo entra el lujoso yate de Ricardo Jaime , exsecretario de Transporte del kirchnerismo -preso desde 2016-, valuado en u$s1 millón. Tampoco, el avión privado que perteneció al empresario Lázaro Báez -también detenido desde 2016-, un Learjet 35A valuado en u$s575.000. No obstante, este avión está fuera de uso por precisar reparaciones cuyo costo el Estado no está en condiciones de afrontar.

Ploteados con la inscripción "Vehículo recuperado del narcotráfico" o "de la corrupción", los bienes fueron reacondicionados y son utilizados en la actualidad por las fuerzas federales de seguridad.

El yate de Jaime, por ejemplo, es usufructuado por la Prefectura para patrullar parte del río Luján, en Tigre, mientras que hay rodados en manos de la Policía Federal, que los emplea en sus operativos.

Cuando se trata de dinero, en tanto, el Gobierno buscó alternativas para redireccionar los montos a obras, como lo que se hizo con los u$s800.000 de la valija del venezolano Guido Antonini Wilson. Según el ministro de Justicia, Germán Garavano, con esa plata recuperada se construyeron jardines de infantes.

Pese a que se les intenta dar un uso nuevo, algunos bienes permanecen guardados en depósitos, a la espera de que el Estado los pueda vender. 

A la hora de analizar qué rubros del delito son las que más dinero dejaron al Estado, las incautaciones de estupefacientes son las que aparecen en primer lugar. Los secuestros de marihuana, cocaína y drogas sintéticas alcanzan los u$s524.732.241, unos $20.000 millones. La maquinaria utilizada para producir esos estupefacientes asciende a u$s643.100 o $24.823.660.

En segundo lugar figuran los vehículos. El Ministerio de Seguridad lleva contabilizados u$s49.108.120 o $1.895.573.432.

El grueso de los vehículos son autos -en su mayoría de alta gama-, pero también hay motos, aeronaves, camiones, yates, bicicletas, lanchas y canoas, entre otros.

Según publicó La Nación, hasta mediados del año pasado las fuerzas de seguridad contaban con 676 vehículos recuperados del narcotráfico, la mayoría Mercedes-Benz, BMW, Volvo y camionetas Hilux.

Por su parte, se habían secuestrado 276 vehículos por causas relacionadas con la corrupción del poder. 

En cuanto a las armas, las autoridades incautaron 2.000 armas de fuego y 46.000 municiones valuadas en u$s1.036.191 o $39.996.972.

En tanto, también se secuestraron bienes de comunicación y tecnología valuados en u$s6.684.053 o $258.004.445. En esa categoría entran 21.578 celulares incautados que ya están fuera de circulación.