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¿Macri tiene chances de sumar más votos en las elecciones de octubre?: el crudo diagnóstico de Tereschuk

El licenciado en Ciencia Política conversó con iProfesional sobre los errores estratégicos de Cambiemos y también analizó cómo se alineará la oposición
06/09/2019 - 06:28hs
¿Macri tiene chances de sumar más votos en las elecciones de octubre?: el crudo diagnóstico de Tereschuk

"Habrá que ver cuánto aumentará el caudal de votantes en una elección que se muestra como más definida que la de 2015", reflexiona ante iProfesional el analista Nicolás Tereschuk, licenciado en Ciencia Política y magister en sociología económica.

Esta frase se sustenta en cuestiones más profundas, que superan la mera necesidad del oficialismo de que se presenten más argentinos a votar en octubre para incrementar las posibilidades de forzar un balotaje. Refleja un escenario denso y complejo que tiene una estrecha relación con las estrategias previas y actuales del Gobierno.

En la siguiente entrevista, el co-autor del libro "El príncipe democrático sudamericano. Liderazgos Presidenciales en el Siglo XXI" analiza la situación del oficialismo mucho más allá de lo cuantitativo. Ahonda sobre las cuestiones cualitativas que anticiparon la derrota en las PASO. Además, describe la conformación de la oposición de cara a las elecciones generales.

-En medio de la tensa calma que hay en la previa a las elecciones de octubre, ¿cómo analiza el ambiente político actual?

-Me parece que, para entender lo que está pasando ahora, hay que ver el resultado de las primarias del 11 de agosto no como una foto, sino como una película que arranca más atrás. Después de las PASO, la situación política es muy endeble e imprevista para el sistema, justamente por cómo Macri forzó al sistema político a esta situación.

¿A qué voy? Los presidentes que buscan una reelección lo hacen en otra posición política a la que lo intentó plantear Macri. En general, son mandatarios que tienen más fuerza de la que mostró él al comenzar la campaña formalmente, ya que forman parte de una coalición política más firmemente alineada y cuentan con un mayor respaldo, lo que se puede ver en las encuestas.

Además, en ese ambiente hay partidos y dirigentes que quieren sumarse a su propuesta porque la apuesta de un Presidente argentino a la reelección siempre fue algo seguro. Por eso, justamente, lo que sorprendía de la candidatura de Macri era que las cosas no estuvieron planteadas de esa manera con él.

-¿En qué aspectos observa que la candidatura oficialista a la reelección no termina de ser sólida?

-En varias señales que se dieron, como que se habló de la posibilidad de desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires y de que el candidato a Presidente de Cambiemos fuera María Eugenia Vidal.

Además, el presidente de la Unión Cívica Radical, Alfredo Cornejo, planteó que el candidato no tenía que ser Macri. A ello se suma que las elecciones provinciales anticipadas marcaban un mal desempeño del macrismo en esos lugares. En cuanto a la situación económica, ningún Presidente tuvo un tercer año de gestión tan malo como fue 2018. Por lo tanto, al resultado del 11 de agosto y a la situación política posterior hay que leerlas en función de eso.

-También se cuestionan a las PASO como instancia electoral…

-Escuché muchos análisis que decían que las primarias no sirven y que hay que revisarlas. En realidad, creo que hay una especie de forzamiento de la situación política por parte de Macri y que se ve en el resultado del oficialismo. El dato más relevante es el poco porcentaje de votos que obtuvo la precandidatura del Presidente, un hecho histórico sólo por eso. Algo que tiñe toda la situación posterior: un Gobierno y un Presidente que empiezan a perder el poder y el respaldo en forma acelerada, y que comienzan a no poder controlar las variables económicas.

-¿Considera que a Macri ya se le presenta un escenario irremontable para dar vuelta la elección?

-Me da la impresión que es muy difícil para Macri, sobre todo por este elemento que marcaba antes: mide demasiado bajo en las encuestas en muchos territorios de la Argentina.

Es un oficialismo que está retrocediendo con respecto a lo que sacó en las elecciones Legislativas de hace dos años, y prácticamente suma muy pocos votos respecto a la primaria de cuatro años atrás, perdiendo ahora distritos que está gobernando, como la provincia de Buenos Aires, Corrientes, Jujuy (que es la coalición del Presidente). Entonces, me parece que es una situación extremadamente difícil que va mas allá de las cuentas para ver si se puede remontar o no.

Hay un elemento clave adicional a tener en cuenta: durante la campaña, la estrategia del macrismo fue que no haya más corridas con el dólar o un deslizamiento sobre su precio, pero después de las primarias se vio modificado su valor con el consecuente salto en los precios. También se produjo una baja en los niveles de actividad, todos elementos objetivos que hacen a que le sea muy complicado al oficialismo pensar en poder ganar.

-En base a los resultados de las encuestas y a lo que se pensaba en la previa, ¿qué considera que tiene en cuenta la gente a la hora de votar?

-Evaluar los motivos del voto es algo fácil, casi imposible, pero cuando un Presidente va a reelección es como un plebiscito para ver si continua o no, y lo que significa el voto. Es decir, una primera minoría que puede convertirse en mayoría que manifieste que no sigue el Presidente Macri y que se pase de pantalla a otra situación en Argentina, como forma de indicar que él lo hizo mal, que no funcionaron sus respuestas y que hay que generar una alternancia.

Diría que ese es el voto, si continúa o no. Ahí juegan elementos racionales, emocionales, económicos y otros que superan a todo esto. No creo que haya una sola consideración, sino que van a cambiar pocas cosas en cuanto al encuadre general que habrá desde las PASO hasta octubre.

-¿Cómo evalúa la estrategia (discurso y medidas) tomadas por el Gobierno en los últimos días?

-Creo que todo fue muy desordenado, muy desorganizado, en una situación de crisis donde hubo varios cambios de estrategia y discurso por parte del Presidente.

Hay que recalcar que tuvo que cambiar al ministro de Hacienda, cambiar el plan económico, incumplir con el plan del Fondo Monetario Internacional al que se había comprometido y aferrado, romper con ciertas explicaciones que daba sobre la situación de la crisis económica, tratando de dar algunos alivios o paliativos. También debió romper con algunas cuestiones del tipo ideológicas a las que se había opuesto, como los controles de capitales.

En consecuencia, me parece que hubo contradicciones: en situaciones se pedía diálogo, pero después estuvo la movilización de apoyo en la Plaza de Mayo donde se pidió un combate político. Hay un estado de indefinición, tal como le planteaba Alberto Fernández, sobre si Macri va a ser Presidente o candidato.

-Por el lado de la oposición, ¿cómo analiza la estrategia electoral de Alberto Fernández y Cristina Kirchner?

-Creo que también hay que verlo como una película. En general cuando un Presidente se debilita, como le pasó a Macri desde 2018, lo más probable es que una oposición se vaya unificando y fortaleciendo paulativamente, que es lo que ocurrió con el Frente de Todos.

En este caso, la configuración de la fórmula presidencial fue muy exitosa. Además, la candidatura de Axel Kicillof se probó también con éxito en términos electorales.

En resumen, creo que el hecho que la estrategia se centrara en la mayor debilidad del Gobierno, que es el terreno económico, fue un acierto, con una campaña que diría que fue de menor a mayor, que se fue ordenando y que obligó a que el oficialismo tuviera que hablar de economía. Así que funcionó muy bien en ese sentido, con cada uno de los actores que conforman el frente adoptando una intención explícita de alinearse en un discurso, en una estética y comunicación de campaña muy positiva.

-¿De qué manera pueden jugar en octubre los partidos más chicos?

-Ahí creo que hay una dificultad del oficialismo sobre cómo ir a buscar más votos en esos partidos más pequeños, donde parece haber bastante poco para sacar, debido a que no ha habido demasiadas sorpresas. Es que las opciones afines al macrismo no tuvieron un gran caudal de votos y el que fue para Lavagna me preguntaría el por qué debería pasar de ahí a Macri, en esta situación de tanta debilidad. De hecho, los discursos, diagnósticos y propuestas de Roberto Lavagna y Alberto Fernández son bastantes similares. Por eso, da la sensación que es difícil que haya grandes vuelcos en el escenario actual.

-En caso de ganar el peronismo, ¿cómo cree que pueda desarrollarse la interna, con tantas fuerzas opuestas en su conformación?

-Me parece que la situación de gobierno suele ordenar más al peronismo. Justamente, estar en la oposición desencadena mayor horizontalidad y desorden en el peronismo. Pero cuando logra atravesar esa situación y reordenarse al volver al poder, lo puede organizar mejor y lo pone más en función a un objetivo. Y no gravitan tanto las disputas internas, más allá que las va a haber, porque la historia continúa.

Pero no me imagino que esas disputas y tensiones se den como uno las está esperando a priori. Un ejemplo: luego de que Carlos Menem derrotó a los renovadores en los ´80 en una interna, sus más estrechos colaboradores terminaron siendo renovadores.

-Entonces, ¿a quién beneficia y perjudica la volatilidad económica actual?

-Cuando un gobierno demuestra que no puede controlar a las variables económicas, claramente perjudica a esa gestión en primera instancia. Ocurre que puede ser que tenga que asumir en pocos meses la oposición, entonces si la situación se muestra deteriorada también los complica a ellos, y tampoco es positivo para la próxima gestión.

-¿Considera que puede ir a votar mucha más gente en octubre como para modificar el escenario?

-Algunos analistas dicen que sí, y al ver simulaciones en función de la gente que votó en 2015 y como se distribuyeron los votos, indica que ese mayor caudal votantes que podrían asistir en octubre no tiene por qué implicar un vuelco en los resultados. Habrá que ver cuánto aumentará la cantidad en una elección que se muestra como más definida que la del 2015. Y queda por verse cómo los partidos intentarán incentivar para que se vaya a votar.

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