El periodista Carlos Pagni sostuvo que el principal "fracaso" del proyecto político de Cristina Fernández de Kirchner fue "poner a un delegado" como presidente, en alusión a Alberto Fernández, y que ese "experimento" genera "incertidumbre" en los argentinos, incluyendo los propios dirigentes del oficialismo.

Parafraseando al expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti, Carlos Pagni explicó que "el poder normalmente está arriba y puede estar afuera, pero nunca debe estar abajo", es decir "que el segundo le dé órdenes al primero". En ese sentido, consideró que en ese concepto se encierra "la clave del fracaso de este experimento político" aplicado por Cristina Fernández de Kirchner y que quedó en evidencia tras la derrota del Frente de Todos en las PASO y la posterior crisis de gobernabilidad que sacudió al Gobierno nacional, dijo en su columna editorial de los lunes del programa Odisea Argentina.

Cristina y Alberto, en su mejor momento.

"En el fondo lo que le ha fracaso a Cristina Fernández de Kirchner es el diseño de poner a un delegado (Alberto Fernández) en la Casa de Gobierno que nos quiere hacer creer que piensa distinto de ella. Lo único que puede surgir de ese experimento es incertidumbre para todos, incluso para los que son ‘conducidos’", añadió anoche el conductor en el canal LN+.

Asimismo, Carlos Pagni calificó a Cristina Kirchner como "una vicepresidenta egocéntrica, mandona y exasperada por la derrota", y expresó: "Para los Kirchner, el poder es una dimensión medular de la vida, y para alguien como Cristina Kirchner, con su relación adictiva con el poder, una derrota electoral es mucho más importante que para cualquier otro dirigente".

Caos tras las elecciones.

"Si le agrego la dimensión penal, cuando la pérdida del poder implica una debilidad en ese frente, se entiende todavía más la exasperación", resaltó.

De todas formas, el periodista consideró que detrás de esas fallas en la ejecución de un poder dual también hay "un problema personal de encuentro entre dos psicologías" muy distintas como son la de Cristina Kirchner y Alberto Fernández. "Cristina está enfrentada a alguien que los americanos llamarían passive-agressive, alguien que cuando la ve exasperada trata de calmarla y la convence que le va a cumplir. Alberto Fernández le hace lo que nos hace a todos y la enloquece más", manifestó.

"De este choque entre dos personalidades surge el desastre que hemos visto la semana pasada, de un gobierno que se autoagrede a niveles que uno profesionalmente no puede entender", reflexionó Pagni sobre los amagues de renuncias masivas de funcionarios kirchneristas y los posteriores cambios en el gabinete.