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El Gobierno intenta transformar el dato de pobreza en una noticia positiva, pero la inflación siembra dudas

La mejora de 3,3 puntos medida por el INDEC fue acompañada por un plan para sacar cada año un millón de personas de la pobreza. Pero los números no cierran
30/03/2022 - 20:00hs
El Gobierno intenta transformar el dato de pobreza en una noticia positiva, pero la inflación siembra dudas

Cómo transformar la peor noticia en un dato esperanzador: ese fue el objetivo que se propuso el Gobierno ante la publicación del dato de pobreza e indigencia, la dolorosa radiografía que marca la involución de la sociedad argentina.

Y, aunque el número global sigue siendo pavoroso -37,3% de pobres, de los cuales 8,2% son indigentes-, el Gobierno encontró un resquicio para que el impacto fuera menos deprimente: el dato marca una mejora -la segunda consecutiva- respecto del peor momento de la crisis social. En el segundo semestre de 2020, con el impacto de la pérdida de ingresos que supuso la larga cuarentena, se había llegado a un récord de 42%.

En los días previos a la difusión del dato se fue preparando el terreno con una serie de anuncios alentadores sobre la mejora en la actividad económica. Primero, en el marco de las medidas para contener la inflación, el ministro de Desarrollo, Matías Kulfas, recordó que la industria está recuperándose a un ritmo de 4% interanual, con 18 ramas de actividad sobre 24 que están tomando personal. El ministro cuantificó en 52.000 nuevos puestos desde 2019 y destacó que hay rubros, como el despacho de cemento, que muestra niveles récord.

Luego se publicó el dato de desempleo, que con 7% tuvo su nivel más bajo en seis años. Y la noticia fue destacada por el ministro del área, Claudio Moroni, como una señal clara de que la política económica estaba en el camino correcto.

Al presentar su plan Argentina Productiva 2030, el ministro de Desarrollo, Matías Kulfas, vaticinó una reducción de la pobreza a razón de un millón de personas por año
Al presentar su plan Argentina Productiva 2030, el ministro de Desarrollo, Matías Kulfas, vaticinó una reducción de la pobreza a razón de un millón de personas por año

Y el martes -es decir, el día previo a que se conociera el nuevo dato de la pobreza- la plana mayor del Gobierno, encabezada por el presidente Alberto Fernández, presentó el plan Argentina Productiva 2030. Es un programa con ambiciosas metas de incremento productivo -por ejemplo, aumentar un 120% las exportaciones y crear 100.000 nuevas empresas- cuyo objetivo principal es crear dos millones de empleos y sacar de la pobreza a nueve millones de personas, a razón de un millón por año.

Ante un auditorio conformado por las cúpulas empresarial y sindical, el Gobierno quiso transmitir una imagen de planificación estratégica a largo plazo y salir de la discusión cotidiana por la inflación de la semana próxima. Los asistentes respondieron positivamente a ese plan de desarrollo, presentado bajo la consigna de "darle una oportunidad al diálogo" que pidió el Presidente y se mostraron dispuestos a colaborar en las "misiones productivas" anunciadas por el ministro Kulfas.

Y, finalmente, se terminó de abonar el terreno con la filtración, a los medios afines al Gobierno, del dato que el día siguiente daría a conocer el INDEC. La "interpretación oficial" es que el número de pobreza correspondiente al segundo semestre del 2021 es una buena noticia, porque implica que unas 900.000 personas dejaron de ser pobres en un semestre, gracias a la reactivación de la economía.

Protesta piquetera: un baño de realidad

Sin embargo, pese a todos los esfuerzos de estrategia comunicacional del Gobierno, ya hubo señales contundentes en el sentido de que no será fácil cambiar el humor social. Por ejemplo, al mismo tiempo que se hacían estos anuncios y pronósticos optimistas, se producía otro masivo "acampe" de organizaciones piqueteras en la avenida 9 de Julio, para protestar frente a la sede del Ministerio de Desarrollo Social.

Las organizaciones sociales no llegaron a un acuerdo con el ministro Juan Zabaleta, a quien le reclaman "la creación de puestos de trabajo genuinos" -siguiendo la nueva postura piquetera esbozada el año pasado en el Día de San Cayetano-. Pero, además, hay un reclamo para que se levante el "tope" a la cantidad de beneficiarios del plan Potenciar Trabajo -que hoy llega a 1,2 millón de personas- y para que se incremente ese pago, establecido en la mitad de un salario mínimo.

Un nuevo
Un nuevo "acampe" piquetero en la avenida 9 de Julio marcó el contraste con los pronósticos optimistas del Gobierno sobre la reducción de la pobreza

Los piqueteros plantean que ese haber debería ser hoy de $48.000 para recuperar la erosión inflacionaria. Una aspiración muy lejana a lo que está dispuesto a dar el Gobierno, que acaba de anunciar un aumento escalonado para que en diciembre el plan llegue a $23.925. Lo cierto es que hoy quien perciba ese plan está percibiendo un 23% de lo que necesita una familia tipo para estar sobre la línea de pobreza.

¿Objetivo modesto o ambicioso?

Si se extrapolan a toda la población nacional los datos del censo del INDEC -que cubre a 29 millones de personas en 9,4 millones de hogares-, entonces la suma total de pobres en el país alcanza la alarmante cifra de 17 millones.

Bajo esa perspectiva, ¿es ambicioso o es modesto el objetivo de sacar de la pobreza a un millón de personas por año? La respuesta está sujeta a infinidad de interpretaciones políticas.

Por un lado, si tuviera éxito la meta anunciada por el ministro Kulfas, eso implicaría que, cuando termine el mandato de Alberto Fernández, el índice de pobreza estará en 34% de la población. Es decir, un nivel similar al que había dejado Mauricio Macri a fines de 2019.

No parece un gran logro para un gobierno que llegó con la promesa de reiniciar la actividad productiva y poner al consumo como locomotora del crecimiento. Y se trata de una meta que parte de premisas optimistas, como que este año el PBI subirá un 4,5% y el año próximo un 3,5%, cifras que son puestas en duda por la mayoría de los economistas.

Pero también es cierto que terminar el período de gestión con 34% de pobreza no es tampoco desdeñable para un gobierno que se encontró con la pandemia, que en el año inicial costó un desplome del PBI del 9,9% y que, en su momento de crisis más aguda -cuatro trimestre de 2020-, llevó la pobreza a un 45%.

En todo caso, el plan presentado por Kulfas prevé que hacia el año 2030 la pobreza en Argentina estará en torno de 20%, que es lo que algunos expertos en el tema califican como "pobreza estructural" -es decir, la que no depende únicamente de una situación coyuntural de ingreso económico sino que obedece a razones de carencias de infraestructura y de falta de capacitación laboral-.

Estudios del Cedlas establecieron que, para volver a los niveles de pobreza que se registraban antes de la pandemia, se necesitará no menos de cinco años, siempre que se logre mantener un sendero de crecimiento continuo de la economía a un promedio de 3%. Ese crecimiento continuo es el que más dudas genera entre los economistas, que siguen viendo al ciclo económico argentino como una sucesión de marchas y retrocesos, la clásica fórmula del "stop ando go".

La inflación sigue acelerando y pone dudas respecto de si en los próximos meses la pobreza e indigencia puedan tener un agravamiento
La inflación sigue acelerando y genera inquietud respecto de si en los próximos meses la pobreza e indigencia puedan tener un agravamiento

¿La inflación agravará los números?

Pero la mejora en la medición de la pobreza tiene su "lado B": hay muchos -incluyendo economistas y dirigentes del kirchnerismo- que no creen en la interpretación oficial. Más bien al contrario, en vez de tomar este dato como el preanuncio de una mejora continua en la situación social, creen que será un punto de inflexión y que, por causa de la inflación, la situación social podrá empeorar en los próximos meses.

No les faltan argumentos a quienes plantean ese escenario pesimista. Para empezar, la inflación adquirió una dinámica que la llevó a una velocidad crucero de 5% mensual, con lo cual la mayoría de los economistas ya hablan de un registro no menor al 60% para el año.

Pero el Gobierno insiste con su referencia de 45% para las negociaciones paritarias -de hecho, el ajuste recientemente anunciado para el salario mínimo implica un 45% escalonado hasta fin de año-. Esto lleva a pensar en que este año pueda ser otra vez de pérdida salarial, sobre todo para el sector informal.

Ya ese sector que se ubica en la base de la pirámide de ingresos sufrió una pérdida el año pasado, si se toma en cuenta el Coeficiente de Variación Salarial, según el cual el sector de informales y subempleados tuvo una mejora de apenas 40% contra una inflación del 51%.

Y para este año la perspectiva es peor, porque ese sector sufrirá un incremento tarifario de 22% y, sobre todo, porque la inflación del rubro alimentos, que es el que compone la porción mayor de su canasta de consumo, tendrá una suba mayor al promedio inflacionario.

Ante esa visión pesimista, el Gobierno responde con las cifras de la mejora en el empleo. Pero también ese punto ha sido puesto en cuestión. Ocurre que uno de los nuevos fenómenos de época es la aparición del "asalariado pobre".

En la Argentina era tradicional que quienes estaban por debajo de la línea de pobreza eran personas subocupados, personas con baja calificación educativa que hacían "changas" o trabajaban pocas horas. Sin embargo, los últimos tiempos han dado paso a una categoría de trabajadores que, aunque estén registrados y perciban un salario regular y demás beneficios sociales, no pueden comprar una canasta básica, establecida en $83.807 para un hogar tipo de dos mayores y dos menores.

De hecho, hoy un hogar con dos salarios mínimos todavía está un 9% por debajo del ingreso necesario para pasar la línea de pobreza. Y la perspectiva no es halagüeña: tomando un cálculo conservador en el que la canasta básica se encarece al mismo ritmo que el promedio inflacionario, entonces la línea se ubicará para diciembre próximo en unos $117.000, mientras el salario mínimo se ubicará en $47.850.

Esto implicará que en un hogar donde se perciban dos salarios mínimos, el ingreso estará 18% de la línea de pobreza, si el Gobierno no hace una revisión que trate de compensar la erosión inflacionaria.

Tal como está la economía hoy, la perspectiva sobre la pobreza e indigencia en el corto plazo no deja mucho margen para el optimismo.

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