RELACIONES EXTERIORES

Lobby | Alberto sumó un desencuentro en Roma, ¿hay dudas sobre la relación con el Papa?

Cafiero no pudo reunirse con Bergoglio, pero "Wado" de Pedro pudo hacerlo en secreto hace tres semanas. La estrategia del gobierno para acercar posiciones
Por Claudio Mardones
POLÍTICA - 29 de Abril, 2022

Un dolor de rodilla pulverizó la audiencia que Francisco le iba a conceder al canciller Santiago Cafiero. La dolencia tiene a mal traer al Papa desde hace semanas, pero según la explicación oficial del Vaticano fue la razón que originó la suspensión del encuentro cuando el titular del Palacio San Martín ya estaba en Roma.

El gesto imprevisto y las explicaciones posteriores aumentaron las especulaciones sobre el estado de la relación entre Jorge Mario Bergoglio y el presidente Alberto Fernández.

"La relación del Gobierno con el Papa es muy buena", contestó Cafiero en una rueda de prensa posterior a la suspensión del encuentro. El canciller había llegado acompañado por el secretario de Culto, Guillermo Olivieri.

El funcionario administra la relación con la Santa Sede desde 2003, cuando Néstor Kirchner decidió nombrarlo al frente de una repartición históricamente colonizada por el clero.

Alberto Fernández fue recibido en un par de ocasiones por Francisco en Roma

Alberto Fernández y la relación con el Papa

La presencia de Oliveri en Roma siempre fue una garantía de confianza y respeto en el vínculo de la Casa Rosada con Jorge Mario Bergoglio, desde los tiempos más tirantes del vinculo entre el entonces arzobispo de Buenos Aires y el fundador del kirchnerismo.

Los buenos oficios previos de Olivieri fueron el puente determinante para agendar la audiencia del viernes pasado, pero no alcanzaron para suplantar la reunión formal en el Palacio Apostólico por un encuentro informal en la residencia de Santa Marta, donde suele recibir a sus allegados casi en pantuflas y, si puede, mate en mano.

Las puertas del lugar que Jorge Mario Bergoglio eligió para vivir desde que fue nombrado Papa, el 13 de marzo de 2013, no se abrieron para enviados del albertismo y, a diferencia de las palabras de Cafiero, crecen las sospechas de una sutil tirantez a los dos lados del puente aéreo que une a Roma con Buenos Aires.

"Vengo como canciller de la Argentina y como miembro de la Celac y quería contarle cómo esta el país, que lo extrañamos y siempre lo escuchamos y siempre rezamos por él, como nos pide", detalló Cafiero y dejó muestras de su ferviente catolicismo.

El canciller tuvo que decir en público lo que no le pudo decir en privado a Bergoglio. Distinta fue la suerte del ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, que no dijo una sola palabra pública sobre el Papa, pero mantuvo un encuentro reservado cuyos detalles se mantienen en reserva, aunque la Casa Rosada lo filtró una semana después de su paso por Roma para participar de una cumbre de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El encuentro, según susurran en el Gobierno, duró una hora y media y su contenido aún se mantiene en absoluta reserva.

Alberto Fernández y el Papa durante la última visita oficial al Vaticano

Vía de comunicación informal, en secreto

Es el fiel reflejo del buen estado del vínculo que todavía mantiene Bergoglio con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La relación era fría y distante pero cambió luego de una serie de gestos de acercamiento por parte de Bergoglio con CFK luego de la muerte del expresidente Kirchner. Hubo altibajos.

Cuando se conoció la designación del sacerdote porteño, la entonces presidenta cuestionó el nombramiento, pero luego lo celebró y reordenó una relación que no ha concluido.

Si existe alguna vía de comunicación informal, se ha mantenido en secreto para no opacar y desautorizar el vínculo oficial con el Presidente, pero la reunión con De Pedro confirma que sigue vigente y activo.

Quienes conocen la dinámica de los encuentros con el pontífice argentino admiten que una reunión fuera de agenda de una hora y media es muy significativa y toma otro calibre ante las diferencias internas en el Frente de Todos entre CFK y Fernández. Entre la vicepresidenta y el Papa habría otra coincidencia: no coinciden con el desenlace de la negociación del Gobierno con el FMI.

El Papa no comparte el desenlace de la negociación del Gobierno con el FMI

La vicepresidenta lo cuestionó públicamente pero Bergoglio no ha dicho una palabra, ni la dirá, pero dedicó dos años de gestiones para respaldar al ministro de Economía, Martín Guzmán, en el vínculo con la titular del organismo financiero, Kristalina Georgieva, otra devota católica admiradora del Papa.

Hubo reuniones organizadas por el Vaticano que incluyeron al expremio Nóbel de Economía, Joseph Stiglitz, el mentor académico de Guzmán. Después del cierre de la negociación con el organismo no hubo más gestos y tampoco se escuchó ningun pronunciamiento luego de tantas gestiones celestiales.

Al parecer, para la Santa Sede, el cierre de la renegociación de la deuda que tomó el expresidente Mauricio Macri no fue bueno. Lo mismo que piensa Cristina, aunque Bergoglio no hará otra cosa que guardar silencio y elegir a quienes recibe.

Los cuestionamientos no sólo pasan por el Fondo, sino por la política económica, la situación de la pobreza y la licuación de la ayuda social ante el escenario inflacionario.

En ese contexto de especulaciones ocurrió la postergación sin fecha de la reunión con Cafiero. El canciller volverá a intentarlo y es posible que sea recibido en los próximos meses.

El objetivo del funcionario es abrir los puentes del Vaticano para que el Papa reciba al Presidente antes de que llegue el 2023, porque el jefe de la Santa Sede no recibe a mandatarios cuando atraviesan un año electoral en su país. Quedan ocho meses para que comience.

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