El Consejo del Salario se reúne para definir nuevo aumento, bajo la presión de piqueteros y divisiones en la CGT
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Tras la postergación de la semana pasada, el Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil se reúne para definir el nuevo aumento y en el Gobierno confían en que los gremios y los empresarios alcancen un acuerdo este mismo lunes, a pesar de la amenaza de acampe frente al Ministerio de Trabajo por parte de los movimientos sociales que presionan para alcanzar la suma de $110.000.
La reunión se lleva a cabo este lunes por medios virtuales desde las 15:00 con la participación del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, como intermediario por el Gobierno, los 16 representantes de la CGT, la CTA de un lado y los 16 de las cámaras empresariales, además de movimientos sociales afines al oficialismo como la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).
El Salario Mínimo se encuentra desde el 1 de agosto en $47.850. Si bien era la cifra con la que se preveía llegar a fin de año, la alta inflación obligó a adelantar varios aumentos. El último se dio en mayo, cuando se fijó un haber de $45.540 a partir del 1 de junio para pegar el último salto a partir de agosto.
Mientras la CTA dejó trascender en los días previos su deseo de un Salario Mínimo que termine el año por arriba de la inflación con cualquier porcentaje que sea, la CGT evitó dar precisiones sobre el número con el que llega a la reunión. En la central que encabezan Pablo Moyano, Héctor Daer y Carlos Acuña hay algunas diferencias internas que dificultan las definiciones.
No obstante, durante el fin de semana recibieron una carta de los movimientos sociales del frente Unidad Piquetera (que no participan del Consejo del Salario) con su reclamo de un salario mínimo vital y móvil de $110.000.
Con esa consigna se concentran frente al Ministerio de Trabajo, donde van a "evaluar en el transcurso del día si la protesta será con acampe", según señaló a iProfesional Eduardo Belliboni, referente de ese espacio.
Consejo del Salario, bajo presión piquetera: ¿por qué se movilizan?
El monto de los programas sociales como el "Potenciar Trabajo", uno de los más importantes con alrededor de 1,2 millones de beneficiarios, está atado al porcentaje de aumento del Salario Mínimo y eso convierte a los movimientos sociales en un actor más de la mesa, aunque no todos tengan allí un asiento.
"Nos movilizamos por un Salario Mínimo de 110 mil pesos, igual a la canasta básica", sostuvo Belliboni. Sin embargo, esa cifra no asomó todavía ni en las centrales gremiales ni en el Ministerio de Trabajo, donde remarcan su rol de "árbitro" de la negociación.
En la cartera que encabeza Moroni se muestran optimistas respecto de que se dé un acuerdo sobre los porcentajes y los tramos del aumento. "Esperamos que se apruebe en el mismo día, como viene siendo en estos años", señalaron a iProfesional fuentes del ministerio.
De todos modos, en la cartera laboral subrayan que el Consejo del Salario siempre "es la paritaria más compleja de todas" y reconocen que pesará en la negociación el impactante 7,4% que tocó la inflación de julio, cifra récord en 20 años.
A eso se le suma el clima interno de la CGT, que llega al encuentro luego de la demostración de fuerza que dio la semana pasada con una movilización en la que acentuaron el reclamo de un bono para compensar la pérdida de poder adquisitivo, aunque luego de esa marcha quedó un clima enrarecido entre sus principales referentes.
Expectativa por la negociación: ¿qué pasa con la CGT?
La posición de la CGT de cara a la reunión del Consejo del Salario Mínimo se demoró a causa de la marcha de "apoyo" al Gobierno para enfrentar a "los formadores de precios", según explicaron escuetamente en la central gremial. En los hechos, la movilización sirvió también para marcarle la cancha al Gobierno de Alberto Fernández y a la gestión del ministro de Economía, Sergio Massa.
Los dirigentes están a la espera de una reunión con Massa para conversar sobre la propuesta de entregar un bono a los trabajadores registrados que cobran entre 50 mil y 150 mil pesos. El encargado de poner énfasis en ese reclamo durante la movilización fue Moyano.
La charla sobre esa posible medida puede influir en la negociación sobre el Salario Mínimo. Si bien el Ministerio de Economía no interviene oficialmente en ese asunto cuando se reúne el Consejo "siempre hay alguna comunicación", según comentan quienes conocen el ambiente, especialmente por la incidencia del acuerdo sobre los planes sociales, que los paga el Estado.
No obstante, el problema de fondo es la dificultad que encuentran en la cúpula de la central gremial para arribar a posiciones unánimes. El líder camionero viene exhibiendo un tono más duro que el de Daer y Acuña frente al Gobierno y lo mostró en la movilización.
"Alberto, Presidente, poné lo que tengas que poner para terminar con los especuladores. No podemos seguir con estos niveles de inflación. Alberto, saca ese bono y esa suma fija, y mantené las paritarias libres", lanzó el dirigente que también lanzó duras críticas al campo y a grandes empresas, mientras que sus pares se limitaron al genérico pedido por "las medidas que sean necesarias".
Lo que mantiene por el momento amalgamada a la CGT es la negativa a que la entrega de un bono sirva al Gobierno para postergar paritarias luego de que circularan versiones sobre esa posibilidad. De momento, hay charlas entre Massa y algunos de los dirigentes, pero por separado, según supo este medio.
En ese clima, el acuerdo por el Salario Mínimo surge como un objetivo posible, pero sujeto siempre a modificaciones futuras.
Sueldo de empleadas domésticas: ¿un anticipo?
Lo que se resuelva en el Consejo del Salario previsto para el 22 de agosto repercutirá además en la reunión que tres días después se dará entre el Ministerio de Trabajo y la Comisión Nacional de Trabajo de Casas Particulares.
Allí hay algunas certezas más que en la negociación de gremios y empresarios. Como contó iProfesional el reclamo anual de ese sector (que hasta ahora solo percibió un 15% de aumento) será de un 85% aproximadamente, en cuotas y con cláusula de revisión, para terminar en marzo del año próximo en un salario básico cercano a los $100.000 en forma mensual y $800 la hora.
El atraso en el llamado al Consejo del Salario Mínimo provocó el virtual congelamiento de los ingresos de las trabajadoras domésticas que tuvieron que negociar en forma personal una mejora para no seguir perdiendo en la lucha contra la inflación.